¿Cómo voy a pagarle a la enfermera del abuelo la semana?
Pensaba mientras me quitaba de la cintura el delantal algo descolorido color rojo con el nombre la cafetería JoJo's en la que había estado trabajando de seis de la mañana a dos de la tarde, todos los días durante nueve años.
-No almorzaste Tumn- oigo decir a Mia, mi compañera de turno y mejor amiga, mientras se atraganta con unos fideos que sin duda alguna se ven deliciosos.
-No tengo tiempo, comete mis fideos- respondo mientras entro al baño a mirarme en el espejo mientras recojo mi cabello corto en una cola de caballo alta.
- ¿Acaso quieres que engorde? - responde llevando de manera dramática una mano a su pecho mientras termina su plato y se sirve lo que queda en la olla siendo este mí almuerzo.
Sonrió, saliendo del baño cerrando la puerta detrás de mí.
-Si eso fuera siquiera posible, lo cual sabemos que no es así porque puedes comer lo que te plazca y nunca subes de peso, aun así, serias la mesera rubia más sexy que esta cafetería podría darse el lujo de pagar- suelto mientras me acerco por su espalda y pellizco su trasero haciéndola saltar en la silla.
-Oye para, debes pagar para poder hacer eso- bromea haciéndome reír. Sonríe llevando de nuevo el tenedor cubierto de pasta a su boca.
Mia Gubler es el tipo de chica que sin duda alguna si en este pueblo olvidado hubiera un cazatalentos la tomaría como modelo de primera plana de cualquier revista famosa. Su cabello rubio lacio le llega casi al trasero, su piel pálida hace que sus ojos verdes musgo resalten al igual que sus labios carnosos siendo estos de un rosa llamativo.
Tan llamativo que he escuchado a algunos clientes preguntarle cuánto cobra por una mamada, no sin enseguida recibir un buen derechazo de la rubia. Su metro sesenta y cuerpo delgadamente esvelto y con curvas magnificas guarda la fuerza de un guerrero de la edad media, y su temperamento es el de un pequeño troll enfadado. Creo que es de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida, bendecida claro con el carácter de un señor gruñón de 80 años.
-Deberías ducharte antes de ir al club, apestas a rayos- dice terminando de comer y levantándose de la silla para poner el plato en el fregadero y comenzar a lavarlo.
-Solo si tú me enjabonas- digo haciendo que voltee a verme y subo y bajo mis cejas de forma que creo es insinuante pero que no hace más que sacarle una risa ronca.
-Deja tus tácticas para Herny- dice cuando pone el plato en el escurridor, la sonrisa que estaba en mi rostro se desvanece y mis ojos se transforman en dagas. Se gira y me mira con una sonrisa socarrona, sabe que odio que me moleste con el mayor pervertido del pueblo, el cual por supuesto y para nuestra desgracia es nuestro supervisor.
-Olvídate de mis almuerzos el resto de la semana, sucia- anuncio y me hace un puchero el cual en mi se hubiera visto ridículo, pero que a ella la hace ver como una modelo de un anuncio de algún tipo de perfume, o película para adultos.
- ¿Qué harás para tu cumpleaños? - pregunta, clavo mis ojos en el suelo mientras escucho el sonido de la llave abierta, había olvidado que en dos días cumplo un año más en este mundo.
- Hare lo que hago todos los sábados, cuidare a la bebé Torrance- digo al tiempo que tomo una toalla para secar la loza que me pasa mi compañera.
- Creí que descansarías Autumn- dice con voz fría. Solo me llama por mi nombre completo cuando esta enfadada, casi siempre usa ese ridículo apodo Tumn que me puso casi al instante de conocernos. - Jamás celebras tu cumpleaños y este no es cualquier cumpleaños, cumples veinticinco, quiero que salgamos, bebamos y te aloques por un día, luego podrás pasar otros veinticinco años fingiendo que no existes- suelta y toma aire, luego acerca a mí y pone sus manos juntas frente a mí en modo de súplica. - Por favor eres mi mejor amiga y quiero estar contigo en tu día especial-.
La dejo en la cocina y me dirijo hacia la parte trasera a el cuarto donde guardamos nuestras cosas al llegar, el cual debería tener unos casilleros propiamente dispuestos para los empleados y la seguridad de sus pertenencias, pero que en lugar de eso es un cuarto pequeño que no tiene iluminación natural y nuestros "lockers" son cajas vacías que antes contenían las bolsas de pan para la elaboración de la comidas basura/ hamburguesas/ Hot dogs.
-Te veo mañana, culo de avispa- Le digo a la rubia viéndola con su teléfono recostada en el largo mesón color rojo sangre, despacho de la cafetería. Alza el rostro de me sonríe de forma forzada mostrando dientes blancos bien ubicados en su boca.
-Te amo- le digo mientras le saco dedo medio y lo beso, sonrió de la manera más dulce que puedo, y me congelo con la sonrisa y el dedo levantado, mientras ella no cambia su cara que parece se fuera a romper, hago que solo mis piernas se muevan mientras camino hacia atrás sin dejar de verla hasta llegar la salida trasera de la cafetería, las dos continuamos mirándonos hasta que mi trasero toca la puerta, reímos al tiempo, empujo la puerta con el culo y salgo de ahí dejando a mi preciosa rubia.
Gracias a ella logro salir una hora antes, no imagino como sería mi día a día si no tuviera el apoyo de mi peculiar amiga Mia.
Salgo a la calle, suspiro y me dirijo a casa. Me quedan una horas para ir a trabajar.
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Dos Vidas (Amor Inesperado libro #1)
Teen Fiction- ¿Cuál fue tu primera impresión de mí? - Pregunta sin despegar sus ojos de mí, expulsando el humo del cigarrillo a través de sus dientes. - Cenizas- Es todo lo que respondo viendo sus ojos un instante y luego viendo al suelo Autumn Saint Joseph...