Asimilando los cambios

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Tal y como lo dije a la mañana siguiente llamé a una inmobiliaria para que buscara algo mas pequeño.

- ¿Alguna preferencia? - me dijo la mujer al teléfono.

- Si, pequeño no más de tres habitaciones quiero que sea perfecto para una niña.

- Muy bien cuando sepa de algo le llamo Señor Márquez.

- Muy bien.

Salí de mi habitación ayer la cambié, no iba a dormir en la misma que esa mala mujer. Fui a la habitación que le dí a Evangelina. No estaba.

- Evangelina - le llame pero nada, comencé a asustarme pero una vocecita de la planta de abajo me alivio.

-¡Aquí estoy! - baje las escaleras y la encontré en la cocina buscando no sé qué enganchada en la encimera.

-¿Que buscas? - pregunté al verla tan concentrada.

- Cereal, no lo veo - me reí - Sabes quién lo robó.

- Nunca ha habido.

Ella bajo de un salto de la encimera y se ubicó frente ami.

- ¿No comes cereal? - negué - ¿Y que come la gente como tú?

- Gente como yo - quize saber - explicate.

- Rara. Que no comen cosas normales.

-¿ Y tú como sabes que como yo?

- Simple, en toda esa parte hay granos y frutos secos y en toda esta muchos vegetales raros ¿Pero tu que comes?

- No son mios - admiti con gracias - Son de mi Ex prometida.

Abrió los ojos y miro a todos lados.

- Vámonos antes de qué nos encuentre en su casa - no lo pude evitar y comence a reirme - Si que eres raro chico.

- Evangelina - trate de coger aire - Está es mi casa, bueno mientras tanto.

- Dime Eva no me gusta el nombre de vieja que mamá me puso.

- Es un nombre hermoso.

- Si, para viejitas además Eva es más corto - trató de convencerme - Siempre te gusto que te dijeran el nombre completo? - asenti - Eres mas raro de lo que pense.

- Si sigues diciendome raro no te diré Eva - le dije.

- Eres el hombre más normal del mundo.

Igual a su madre sin duda pense.

- Ven vamos a salir - tome las llaves de mi auto.

- ¿A donde? - preguntó siguiendome

- A comer, conozco un lugar muy bueno.

Ella en vez de sentarse a mi lado como toda niña que quiere ser adulta o eso quiero creer, se sentó atrás y aparte se puso el cinturón.

Cuando iba llegando al sitio recibí la llamada de Edgar, la conteste con el manos libre.

- Tú que haz faltado hoy es porque anoche de seguro te fuiste con alguna a...

-¡¡Edgar!! Tengo el manos libres y no voy solo - dije antes de que dijera alguna tontería.

- Mmm no estas solo eh... Muy buenos dias Madame -dijo el idiota

- Buenos dias - dijo la vocecita de atrás la miré por el espejo y estaba riéndose.

- Joder... esa voz no es de una mujer es de ¡Una niña! Seras cabr...

Colgue la llamada.

- ¿Quién era? - miré a Eva pensando seriamente en que decirle.

- Un idiota que tengo por amigo.

Mire mi teléfono y vi otra llamada de él, la ignore.

Llegamos al IHOP el mejor lugar para un buen desayuno, cuando ya estuvimos solos después de pedir nuestra orden la vi mirando la ventana, sus ojitos estaban tristes.

-¿Que tienes Eva? - dije tomando su pequeña mano - ¿Sucede algo?.

- Mamá solía traerme a veces a desayunar a uno de estos, se siente raro hacerlo sin ella.

Como ayudar a alguien que perdió a su única familia apenas 72 horas atrás, En ese momento me juré protegerla contra quién sea. Ella ya era de mi familia aunque aún no asimile mi estupidez. Pero me comprometí y le dije que sí no podía quedar como un cobarde.

- Ella esta en un lugar mejor - trate de hacerla sentir mejor.

- Esta en el cielo - dijo mirándome - Gracias Sergio, pense que te ibas a poner como loco cuando te enteraste de mi. Pero mamá tenía razón no eres malo.

- Claro que no, un poco loco si.

Cuando llego nuestra comida la vi comer y me sentí bien, Irene le había hablado de mi y eso me hizo sentir importante.

- ¿Te gustó? - miré su plato ya vacío si que come rapido

- Si, estoy muy llena.

- La comida se come al paso para poder disfrutarla más - le dije dando mi último sorbo -vámonos  .

- ¿ A donde?

- A comprar comida normal.

Nunca había ido a un supermercado a hacer compras, yo apenas se calentarme agua y hasta eso se me quema a veces. Ella sabia que tomar y que no. Me aseguraría de contratar una cocinera para ambos, luego de mucho rato cabe decir casi una hora salimos del lugar con un sin números de cosas.

- Pense que sólo querrías cereal - dije poniendo las bolsas en la cajuela - Hemos acabado con todo el super mercado.

- Mamá decía que para que falte que sobre - dijo subiendo al auto.

Irene y sus dichos típico de ella

15 minutos despues llegamos a la casa, al abrir la puerta del garage me encontre con una sorpresa.

María estaba aqui...

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El de la foto es como yo me imaginó a Sergio Márquez.

Como No Te Voy A QuererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora