|BRENDA|
Me llamo Brenda tengo veintiún años, hasta hace poco vivia en Barcelona con mis padres pero he decidido mudarme a Madrid para independizarme y seguir mis estudios aquí
Soy muy familiera así que ha sido duro para mi poder sobrellevar el cambio que estoy pasando en mi vida
Al principio costó mucho ya que me sentía muy sola pero con el paso de tiempo pude adaptarme socializar y hacer amigos; en especial una que es con la que paso más tiempo.. se llama Lucía, la conocí hace poco pero es como si nos conociesemos de toda la vida, desde aquella vez que coincidimos en una fiesta hace unos meses somos inseparables.
Hoy es mi primer día en la universidad y estoy algo nerviosa..
-Amiga te irá bien ya verás, te estás comiendo la cabeza por nada.- espetó Lucía tratando de brindarme confianza
-Eso espero.- respire profundo.- bueno creo que ya es hora
Sé que parezco algo exagerada pero tengo problemas de ansiedad, y más cuando me rodeo de gente descononocida no es mi fuerte conocer gente nueva de echo me cuesta mucho
-Solo relájate, todo va a estar bien amiga - espetó tierna
a lo que yo asentí con una sonrisa y fui derecho a esta nueva etapa que me interesa bastante vivir.
La universidad no quedaba muy lejos de el edificio en el que resido, así que opte por ir caminando tratando de pensar positivo.
Pasé cerca un parque donde habían varios chicos, no me tome la molestia de mirarles solo seguí con mi camino hasta que escuché algo que desearía no haber escuchado.
-Mami para donde tan sola, y asi de buena.- soltó alguien con un tono de voz que me sonó repugnante
Podría ser la más inofensiva pero había algo que no toleraba, y eran los comentarios fuera de lugar así que voltee y con todo el asco del mundo pronuncié
-cerdo.
Allí me di cuenta que no estaba solo, me vi rodeada de una cantidad de chicos quienes miraban entretenidamente la situación.
-ven aquí y te demuestro lo cerdo que soy.- replicó con la misma bulgaridad
Estaba por perder los estribos, y darle un puñetazo pero una voz que intervino me detuvo
-No tienes nada mejor que hacer que acosar mujeres.- exclamo imponente.- pargela
Voltee confundida para ver de quien se trataba, y me encontré con un chico que se veía más o menos de mi estatura de tes blanca, ojos color café que se adornaban con unas largas pestañas.
Y una fría mirada que me causó escalofrios...
Frunci el ceño extrañada, para volver a dirigir mi vista hacia el otro tipo quien ya no estaba alli, no se ni cuando se habia ido supongo que me demore bastante escaneando a aquel desconocido
-Gracias..-exclamé, fue lo único que pude articular en ese momento.
- nada, no deberias andar sola por aqui.- exclamó sin expresión alguna
-Es una calle principal.- dije obvia
-Poco transitada.-respondió instanteamente para luego voltear e irse
Quedé algo desconcertada, que chico tan extraño pensé para luego seguir con mi camino más abrumada de lo que ya estaba, trate de no darle más vueltas al asunto, pero por alguna razón no podía
Aquel castaño había captado toda mia atención...
Luego de un breve trayecto llegue a la uni, pensé que iba tarde ya que en el percance que tuve perdí algo de tiempo pero no, creo que el salir media hora antes resultó efectivo.
Las horas transcurrieron muy rápido, me fue bien después de todo; hice un par de amigos y todo estaba yendo sobre ruedas
Ya era hora de salida, asi que me dispuse a marcharme lo más rápido que pude ya que después de las clases tenía trabajo y me quedaba poco tiempo.
Llegué al depto, tomé una ducha y luego me dirigí al trabajo, que es en una cafetería donde mi labor es atención al cliente.
al parecer no seria un día muy ajetreado debido a la poca gente, solo había algunos que otros estudiantes los cuales atendí sin problema.
-Ey Bren - llamó Brandon captando mi atención.
-Si, dime.-respondi
-Tienes planes esta noche?.- preguntó sonriente
sabía por dónde iba, es un chico que desde que entre a trabajar ha estado detrás mio
-No, pero estoy bastante cansada y luego de salir me voy a casa a descansar.- dije cortando todo tipo de intensión que tenía de invitarme
-Nunca me das chance- exclamó haciendo puchero
-Otro día a lo mejor.-espeté sonriendo
El solo río negando con la cabeza, sabía perfectamente que no había ningún otro día, ya le he dejado claro varias veces que no me interesa
El horario laboral habia culminado luego de atender a los pocos clientes que quedaban, me dirigí a casa eran aproximadamente las ocho de la noche, tome un taxi que me dejo justo en frente de mi edificio
Me adentre a el, fui a mi piso me tumbé en el sofá y pensé..
¡No fue un mal día!
