Ayer empecé esta idea como modo de matar el aburrimiento, y ya hoy estaba buscando el momento para escribir algo; espero al menos sirva para liberarme y aprender a expresarme para tener la valentía algún día de poner estas palabras en mi voz y atreverme a contar todo lo que me pasa.
Nunca antes había vivido algo así. Parece que mi caos interno se ha extendido al resto de la humanidad en forma de virus. No digo que no vea la importancia de la situación, pero algo en mi interior se alegra de tener unos días por delante para descansar, aunque la simple idea de tener que pasar 14 días dentro de mi habitación hace que lo más interno de mi ansiedad se revele contra mi físico. ¿Cómo voy a sobrevivir? No tengo ni idea. Al menos voy a tener tiempo de pensar mirando por la ventana (en las pelis parece guay...).
Me planteo verdaderamente decirle a alguien la existencia de estos escritos, o simplemente dejarlos nacer en tranquilidad. O incluso que nunca nazcan: comentarios de una chica subidos a la red sin visitas ni audiencia, como siempre antes me ha pasado. Pero somos narcisistas, e incluso estas cosas que nunca he querido que se sepan me hacen sentir ahora la necesidad de que lleguen a todos vosotros. No sé bien si la causa es por la manera en que las redes sociales actúan en nuestra mente; la felicidad de recibir mensajes y cumplidos de desconocidos acerca de algo de tu creación, o por la verdadera necesidad de encontrar con quién liberarme. A medida que los días pasen, y las visitas vengan o se vayan (o nunca planeen su salida debido a una cuarentena del mundo de las ideas), supongo que seré capaz de resolver este interrogante.
Hoy sigo queriendo salir corriendo de aquí, y no por el mero hecho de no aguantar a los que me rodean, es que hoy no me aguanto a mí. Ayer llegué a unos niveles de ira contra todo lo que me rodeaba que pocas veces había alcanzado. Hubiese roto todo el hormigón de las paredes de mi cuarto con mis puños si hubiese tenido la fuerza necesaria, pero cuando toda esa ira te desaloja poco a poco te das cuenta que te encuentras terriblemente peor que antes de su asalto contra ti; y no hablo de la fuerza física, sino de la mental, que es de la que escaseo (aunque no vaya sobrada de ninguna de las dos). Esa incapacidad de hacer nada que no sea llorar como una cría en busca del consuelo de una madre, pero tampoco eso, porque en esos momentos sólo busco el consuelo de liberar la mente viendo algún vídeo de algo trivial, como ese concurso de música con el que tanto sueño pero sé que nunca voy a alcanzar... Hay muchas cosas que contar para poder entender menos de la mitad.
Ahora mismo pienso en la hora y media de semilibertad que me queda por delante, y en que no sé si tengo ganas de llegar a casa o no. Y bueno, eso ya es un avance, por lo menos ya sé que no es un no rotundo. Debo de abrir la mente en ese sentido porque todo lo hacen por mi bien, pero a veces solo quiero eso: esfumarme y aparecer en otro planeta, en otro siglo, donde nadie me conozca... D E S A P A R E C E R. Huir de los problemas no es la solución pero quien tenga el remedio que venga y me lo cuente, por favor.
Yo no quiero una búsqueda y captura intensa e indefinida, sólo una pequeña escapada de estas que liberan y te hacen abrir los 5 sentidos y el corazón; y esto espero que sean los 15 días lejos de toda la rutina.
Mientras que este texto se desvanece, yo me voy pensando en las ganas que tengo de cantar pero en la soledad, donde nadie me escuche, nadie que no sea yo misma. Ser una con mi guitarra, como ya es costumbre. Esa va a ser la primera medida que tome en contra del virus que se ha apoderado de mí y no me deja ser yo misma. Ya basta de llorar y no saber mirar hacia delante, hay maneras de salir. Aunque no me gusten las que haya visto, ahora tengo que tener la esperanza de pensar en estos días en una mejor a las ya propuestas y no dejar esta propuesta (ja ja, el chiste del juego de palabras, soy muy estúpida) que he comenzado porque mientras escribo, olvido un poco más.
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Pequeño caos.
Short StorySi quieres saber de qué va esta historia, vas a necesitar algo más que una simple descripción para entenderla, porque ni siquiera sé si yo la entiendo. Son relatos que no buscan la forma sino el contenido y basados en todas aquellas cosas que no me...