Los nervios me invadían por completo, estaba en una cafetería con nada más y nada menos que Miranda, la chica quizá más guapa del instituto se encontraba delante mío, sus manos recargando su cabeza y su mirada fija en mi llena de curiosidad, me hacían querer salir corriendo de ahí.
--Eres linda si se te ve de cerca-- Susurro sin dejar de verme haciendo que mis mejillas se volvieran de tonalidad rojiza de la vergüenza --Asi que no será difícil conseguirte al menos unos 3 chicos para que te acuestes cada que te dé la gana-- Sonrió de lado para después tomar un sorbo de malteada.
-Pero, pero como es que se los propondrían- Tartamudie con nerviosismo haciendo que una carcajada saliera de sus carnosos labios rojos.
--Los chicos son como animales en celo, a cualquiera que se lo propongas te hará el favor de acostarse contigo, en especial si ese chico es feo--demostró sequedad en sus palabras para después acercarse un poco hacia a mi-- Mira cómo por ejemplo ese chico que está en aquella mesa, porque no vas y se lo propones- susurro en mi oído para después regresar a su lugar separando su rostro del mío.
--¿Cuál?-- Pregunté con curiosidad mirando a mi alrededor con curiosidad.
--El chico de playera negra es bastante guapo y estoy segura que si se lo propones incluso paga el hotel-- Su seguridad se transmitió en todo el lugar haciendo que voltearan hacia la víctima, era un chico bastante atractivo, su espalda ancha y sus brazos tonificados hacían que más de una volteara a verle, su rostro adornado con una barba bastante cuidada y unos ojos café obscuro me dejaban sin aliento de solo verle.
--No puedo es demasiado guapo para mi- Balbuce haciendo que Miranda carraspeara.
--Eres divina y se te debe quedar metido en la cabeza, nadie es demasiado para ti, tu lo eres para ellos- La firmeza en su voz me hizo estremecer --si que ahora levántate y ve hacia el chico-- mostró seriedad haciendo que con nerviosismo me levantara de mi asiento para caminar hacia la Meza de aquel chico.
No sabía cómo había terminado en este lío, mi único propósito era saber si aquel hilo maldito aparecía en mi muñeca pero no lo había hecho, pese el tiempo compartido con aquella chica no había vuelto a mi mano, aún así estaba ahí caminando directamente a un chico que no conocía para pedirle tener sexo conmigo y una chica bastante atractiva tras mío mirándome con seriedad esperando que lo logrará.
--¿Necesitas algo?-- Una voz varonil me hizo salir de mis pensamientos, haciéndome ver qué había llegado, me encontraba delante de la Meza de aquel chico desconocido bastante atractivo -¡oye te estoy hablando!- hablo más fuerte moviendo su mano de un lado hacia otro tratando de que yo dijera algo.
Mi garganta parecía estar bloqueda no podía respirar de lo nerviosa que me encontraba y mi boca no articulaba palabra alguna.
--¡Quieres tener sexo conmigo¡--Grite de la nada haciendo que todos en aquel lugar me mirarán y el chico se volviera en un segundo de color rojo tomate por mi propuesta.
--Amm lo siento soy gay-- Pronuncio en voz baja haciendo que mi cara se pusiera completamente roja de la vergüenza y las lágrimas comenzarán a salir sin previo a aviso.
--Yo lo siento era una broma--Balbuce para después salir corriendo de aquel lugar a toda prisa.
Las lágrimas aún salían de mis ojos, había pasado la mayor vergüenza de mi vida ¿Cómo es que se me había ocurrido hace aquella tontería?¿Porque esto me tenía que pasar a mi?¿Cómo había pasado de ser una cita para ver si Miranda era mi alma gemela a pedirle sexo a un chico que me había rechazado aparte era gay?.
Las preguntas invadían mi cabeza haciendo que está estuviera apunto de explotar, deje caer mi cuerpo sobre el pavimento frío y solté un grito de frustración.--¡Era obvio que me iba a rechazar, soy malditamente fea, es más lo más probable es que ni alma gemela tenga, nadie podría querer a una maldita gorda como yo!-- Grite captando la atención de varias personas que pasaban a mi alrededor mirándome como bicho raro.
--vuelves a decir eso y te morirás antes de que llegues a los 20-- una voz bastante conocida me hizo levantar la vista para mirarle con la cara llena de lágrimas -¡eres preciosa Gala y no por un chico que no conoces vas a pensar lo contrario!-
-Pero, pero es que- balbuce haciendo que el me abrazara con fuerza.
--¡Pero es que nada gatita, eres hermosa y apostaría un millón de pesos a que mas de uno te quiere follar!-- Levanto mi cuerpo poco a poco aún sin soltar su abrazo haciendo que sonríera de lado.
--Tu no tienes un millón de pesos-- comenté en voz baja acomodando mi cara en sus hombro.
--Pues no lo tengo pero ellos no lo saben así que calla gatita pronto seremos millonarios-- Una risa broto de su boca haciendo que yo también riera.
--¡Gracias por estar aqui!-- Comenté con suavidad haciendo que el me abrazara más fuerte.
--¡siempre lo estaré gatita así que no agradezcas!-- Mordio tiernamente mi oído haciéndome reír --vamos a casa, ya fue mucho por hoy--.
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soulmate I'll find you
Teen FictionCuando tenía 8 años mi mamá me llevó con una bruja, está me dijo que cuando cumpliera 20 años si no encontraba mi alma gemela iba a morir, ató un hilo rojo a mi muñeca y dijo que éste desaparecería cuando él estuviera cerca, lo malo es es que el mal...