Deseos.

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Entonces, ¿Adónde vamos desde aquí? Porque no puedo hacer que todo desaparezca.

He tratado de ser lo que tú querías, pero no podemos enfrentarlo

Porque no sabemos por dónde empezar.

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La gira había terminado y nuevamente se encontraba en la ciudad de Nueva York, han pasado un par de meses desde que le había dado por primera vez a beber ese té misterioso y muy poco efecto había hecho sobre Terry, la rubia estaba empezando a sucumbir ante la rabia, algo no estaba saliendo bien y su paciencia está rozando el límite.

Por más que lo buscase para pasar tiempo juntos el castaño simplemente le daba de lado, se aislaba en el tejado del teatro para leer unas hojas que según creía era algún libreto que estaría preparando, hasta que entró sin permiso en el camerino del hombre y descubrió cierta correspondencia que se intercambiaba con alguien de Chicago, no le hizo falta darle mucha vuelta para saber que se trataba de Candy.

Mientras camina por la calle en dirección del apartamento del castaño, se encuentra con la figura de un hombre vestido con traje gris, esa sonrisa perversa que le dedico hizo que al instante cayera en cuenta de quién se trataba.

          -¿Se puede saber qué haces aquí?

Espetó molesta al caballero, sin siquiera saludar

          -Vaya... estás molesta, me pregunto ¿Por qué?

          -Qué pregunta más tonta... ni sé ¿Por qué me molesto en dirigirte la palabra?

          -Querida, no pretenderás culparme a mí, de que el brebaje que os di no funcione

          -¿Y a quién sino? Fui completamente engañada

          -¿Estás segura? A caso ¿Pagaste el precio para que este surtiera su efecto?

          -¿El precio? ¿Cómo pretende que lo pague si no sé cómo se hace? ¿Cómo se rompe un corazón?

          -Querida... es tan simple

El hombre se acercó e introdujo su mano en el pecho, la rubia podía sentir claramente como sus dedos rodeaban su órgano y lo estrujaba, una mueca de dolor se dibuja en su rostro y siente que el aire le falta, el extraño se inclina para hablarle al oído.

          -Puedo romperte el corazón aquí mismo, pero estoy seguro que prefieres en este momento sea el de otra persona y no el tuyo el que salga lastimado... así que más vale que te dejes de idioteces y pagues el precio

El aliento cálido pegaba en la piel de su cuello, un olor a rancio y azufre invadió sus sentidos, tiembla, Susana se estremece por el dolor y el miedo ¡Ese hombre se ve capaz de eliminarla en un abrir y cerrar de ojos!

Unos pasos se escuchan acercarse, y la rubia gira su rostro para saber de quién se trata

          -Susana ¿Ya te marchas?

          -Ed-dward

          -¿Te sientes bien? Estás pálida

Cuando ella vuelve a ver hacia el frente donde sabía estaba ese hombre torturándola se sorprende al descubrir que ¡No hay nadie! Aunque sigue sintiendo la sensación de su mano sobre su corazón, hace una inspiración fuerte y contesta al chico.

          -Sí... estoy bien, no te preocupes

          -¿Estás segura? ¿No prefieres que te acompañe hasta la puerta de tu casa?

"Hicimos un Trato" Minific SusanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora