✧ Caminando con Namjoon ✧

UN POCO

Para ti, a quien le rompieron el corazón sin compasión alguna y siente que todo ha acabado cuando no es así.

—Disculpe, ¿Puedo tener un vaso con agua? —Namjoon volvió a toser y se sentó en aquel banquillo, un hombre de cabello rosa le miró sin expresión alguna y asintió.

—Aquí tiene.

—Gracias.

Una punzada atravesó el pecho de Namjoon y tosió nuevamente, dejó el vaso sobre la barra y se acomodó sus gafas— ¿Puedo tener-oh... estás triste, ¿Por qué estás triste...Ki...m.?, Seokjin —susurró leyendo la etiqueta del hombre.

El pelirosa suspiró y recargó su barbilla en la palma de su mano—Porqué nací para estarlo, ¿qué me dices tú, viajero? pareces un poco cansado.

—Eso es porqué vengo desde muy lejos —respondió Namjoon—, no deberías estar triste, los males de amores siempre son pasajeros.

Seokjin le miró sorprendido— ¿Cómo es que lo sabes? —Resopló—, olvídalo, no sirvo para esas cosas, ¿de qué sirve entregar algo que no te van a regresar? uno se esfuerza en dar... y...sólo, ugh.

—La verdadera felicidad está en regalar sin esperar algo a cambio, inténtalo y te sorprenderás de lo que puedas llegar a recibir —Namjoon asintió—. Tu alma es pura, pero... oh... te falta un parche justo ahí —señaló el herrero.

Arqueando una ceja, Seokjin miró su camisa—Joder, acabas de señalar mi pecho, ¿Cómo es que...?

—¿Tus pulmones están dañados?

—Tantos desamores me hicieron gastar en muchas cajas de cigarrillos —respondió Jin sin tomarle mucha importancia—, ahora mis pulmones mueren lentamente.

Namjoon sonrío—Yo conozco a alguien que se llama Yoongi, la última vez que lo vi, fumaba. Pero ahora que posee un fragmento de mi alma puedo sentirlo, y sé que ha dejado ese mal vicio y si mi corazonada no me falla, en este momento se encuentra en su propio estudio y ayer visitó a su madre, ¿no es genial?

—Qué bien para ese tal Yoongi, aunque no lo conozca. Al menos él si recibe amor. ¿Pero yo? pff, el amor no es algo para mí.

—El amor está hecho para todos, no dejes que esas cosas te pongan triste ¿sí?, toma, esto es para ti.

—¿Qué haré con un pétalo?

Namjoon tosió y sonrió poco después—Sólo apriétalo con cuidado y desea que no tengas más esa horrible enfermedad.

Seokjin negó con la cabeza y dejó escapar una risa—Un simple pétalo no curará una enfermedad de hace años.

—Créeme, las cosas más pequeñas son las que te dan más sorpresas, ¡así que ánimo! el amor es bello y puro, tienes que saberlo usar adecuadamente, ¿sí? sé que ahí afuera hay alguien esperándote, no lo busques, no vayas por él, él tiene que llegar a ti, las mejores cosas siempre vienen sin aviso alguno.

Seokjin sonrió tiernamente—Eres demasiado amable, viajero.

-—Soy un herrero, vivo para curar almas. Ese es mi trabajo y propósito en esta vida.

—¿Herrero? ¿Trabajas en construcciones o algo así?

—No, reparo almas.

Seokjin comenzó a reír nuevamente—Ten, te empacare un emparedado y un par de galletas, ¿vas muy lejos?

Namjoon sonrió con emoción—Voy al gran árbol de la vida.

—Okey, no sé dónde queda eso, pero espero esto te sirva para el camino, también metí una pequeña botella de agua, te servirán de algo.

—Gracias, eres un buen hombre, la vida va a sonreírte, confía en mis palabras.

—¡Ten un buen viaje!

Namjoon asintió—Y tú una buena vida.

El hombre alto y de cabello rosado miró como aquel rubio se alejó con lentitud y suspiró, observando aquel pétalo en su mano y apretujándolo con una sonrisa, ¿él curarse?, ¿de cáncer de pulmón?

—Jin, te hablan al teléfono —alguien más dijo.

Enseguida se alejó de la barra para tomar el artefacto y llevarlo a su oreja—¿Diga?

—Habla el doctor Cho, me alegra hablar con usted Kim Seokjin, tengo buenas noticias ¿recuerdan los análisis que le hicimos hace meses? donde le decíamos que posiblemente tendría solo pocos meses de vida, pues hemos vuelto a revisarlos y me llena de felicidad decirle que habíamos confundido los resultados, usted no está enfermo, ¡Usted va a vivir!

Sin pensarlo, Seokjin dejó caer el teléfono y corrió fuera de aquel lugar, miró a la calle y hacia los lados, pero era tarde, aquel viajero ya se había ido. Con una sonrisa de felicidad y brillantes lágrimas apretó a aquel pétalo con suavidad.

—Gracias. 

-susy