Parte uno.

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Lo hice un two-shot porque sí lo volví un tanto largo.

Pedido hecho por -Dc-Chan- espero que sea de tu agrado, lo cambié un poco, espero que no te moleste <3. Lamento si no cumple con expectativas.

|[...]|

¿Por qué había cedido a creer en ellos tan rápido? ¿habrá sido por su amable manera de ser? ¿habrá sido por el cariño que le transmitieron desde el primer instante? ¿habrá sido por el simple hecho de parecer buenas personas?

Tantas preguntas con respuesta, pero ninguna resolvía la primera. Desde pequeño te enseñan a no confiar en desconocidos a primera vista, porque incluso la persona más amable puede ser un verdadero monstruo. Pero, al parecer, con Momo y Shouto las cosas habían sido diferentes. Ambos transmitían ese aura de confianza casi instantáneamente, eso fue lo que convenció a Izuku a reunirse una segunda vez con ellos.

Gran error.

Pero, ¿cómo había empezado todo esto? Bueno, fue gracias a un accidente.

|[...]|

Izuku se encontraba haciendo las compras, algo apresurado pues ya era un poco tarde y quería llegar en cuanto antes a su hogar. Casa la cual compartía con otros tres amigos, dos de ellos siendo pareja.

Al cambiar de pasillo chocó con una figura femenina, lo supo por la delgadez del cuerpo cuando se estampó.

La chica cayó al suelo no tan fuerte, pero Izuku igual se alarmó.

—¡Oh dios! ¿Está usted bien? Lo lamento mucho, déjeme ayudarla. —le tendió la mano y la chica la aceptó con una sonrisa amable.

Midoriya notó como su camisa ahora estaba manchada gracias a la salsa que se le había caído al chocar.

—Oh no te preocupes, fue un accidente, yo tampoco veía por donde iba. Lo lamento yo también. —aquella chica pelinegra, aunque se veía de su misma edad era notoriamente un poco más alta que él, más sin embargo aquella suave sonrisa no desaparecía de su rostro.

—Momo, hay que irnos, recuerda que debemos preparar la cena para... —no terminó de hablar un chico que venía hacia la pelinegra debido a que se encontró con la mirada de Midoriya—. Oh, lamento interrumpir.

—No se preocupe, yo ya me iba. —dijo rápidamente el peliverde, pero antes de irse la chica volvió a llamarlo.

—Disculpa de nuevo, ¿dónde compró la camiseta? Para comprarle una nueva, esa mancha no saldrá de ahí ni aunque se lave bien. —al ver la cara de confusión del peliverde esta volvió a hablar—. ¡Ah! Disculpa mis modales, soy Momo, Yaoyorozu Momo.

—Midoriya Izuku, no se preocupe por la camisa, no es mucho problema.

La chica lo miró apenada e hizo un puchero.

—Oh insisto, no sería molestia, aparte, fue mi culpa que esto pasara. —el peliverde la miró a los ojos y obtuvo un aire de confianza.

Lo suficiente como para decirle que estaba bien.

—Está bien, pero por el momento llevo algo de prisa, ¿le importaría si nos reunimos otro día?

La chica sonrió complacida y le preguntó al bicolor algo que Izuku no escuchó.

—¿Le parece este sábado, Midoriya-san? —Izuku lo pensó un poco y asintió.

—Suena bien, bueno, nos vemos Yaoyorozu-san y... —paró de hablar al no saber quien era el otro chico.

—Oh, él es mi prometido, Todoroki Shouto. —sonrió alegre.

Los tres se despidieron y siguieron sus caminos, Izuku no lo notó, pero en cuanto se alejaron, la pareja se miró cómplice.

Lo que le seguía a la vida de Izuku era algo mucho peor de lo que se imaginaba.

|[...]|

Los días habían pasado un poco más rápido de lo que Izuku se hubiera imaginado. Pronto llegó al lugar de encuentro, el cual era la misma tienda de conveniencia.

Vio como ambos se acercaban a él y lo miraban con una bonita y amable sonrisa.

—¡Buen día Midoriya-san!

Sonrió de igual forma, —Buen día Yaoyorozu-san, Todoroki-san.

Hablaron un rato y deambularon por los negocios de ropa para reemplazar la camisa manchada del peliverde, lo cual al punto de vista de una persona común ers una estupidez, pero ambos se veían como unas buenas personas, así que, ¿qué daño podrían hacer?

Compraron lo necesario y la chica lo invitó a su casa a tomar algo de té, como compensación de lo que había ocurrido previamente en la semana.

Midoriya aceptó gustoso de conocer más a la joven pareja, al llegar a aquella casa Izuku se vio sorprendido al ver que era una mansión, de colores oscuros pero en perfectas condiciones, el auto negro se estacionó frente a las puertas de aquel grande hogar y los tres entraron.

Se sentaron en las sillas al llegar a un pequeño comedor de daba vista a un bonito lago cerca de ahí.

—Entonces, Midoriya-san. —pausó un poco el bicolor—. ¿En qué trabaja usted?

—Bueno, estudié para contador, en este momento estoy trabajando en una pequeña empresa —notó como la sonrisa de la bella chica se ensanchaba—. Aunque es pequeña me pagan muy bien, lo necesario para pagar la renta.

—Oh, ¿usted vive en un departamento? —esta vez el que preguntó fue Todoroki.

—Así es, vivo con otros dos amigos que estuvieron conmigo en la universidad.

Después de escuchar aquello la pelinegra salió del comedor y se dirigió a lo que parecía la cocina. Dejando al bicolor y a Izuku solos.

—¿Sigue en contacto con su familia? Digo, es que al comenzar la vida laboral uno tiende a alejarse de familiares, lamentablemente así pasó conmigo —guardó silencio y continuó—. Ahora solo hablo con mi hermano mayor y ya, mis padres hace años que fallecieron y mis demás hermanos ya tienen otras vidas de las cuales preocuparse. Fue un poco triste alejarme de ellos —dijo con tristeza en su voz.

—Lamento que eso haya ocurrido, normalmente la familia es uno de los vínculos que más duele alejarse. Yo por el momento solo hablo con mi madre, mi padre hace años dejó de ser parte de mi vida y, solo la tengo a ella como familia.

—Debió ser duro... Mi padre era un completo imbécil, abusaba de mi madre, de mis hermanos y de mí, cuando quizo disculparse ya era demasiado tarde, aquel trauma sigue presente en algunas ocasiones. Pero, Momo siempre ha estado para mí, supongo que fue mi salvación.

Izuku sonrió. —Lo más probable, de nota que se quieren mucho, felicidades por su matrimonio. —dijo a lo que Shouto sonrió amable.

Vieron como Yaomomo regresaba al comedor, se encontraba hablando por teléfono y con dos personas a sus espaldas preparando el té. Aquellos trabajadores sirvieron tres tazas y en cada una sirvieron el té recién hecho.

—Entiendo, muchas gracias Touya-san, esperamos verte pronto. Mucha suerte con "todo eso". —terminó la llamada y dirigió la mirada hacia ambos chicos.

Se sentó a lado del que era su prometido y continuaron hablando normalmente, la pareja dirigiéndose ciertas miradas que Midoriya no le daba importancia.

Habían pasado unas cuantas horas y aunque Izuku se lo había pasado bien debía regresar a casa. Le dijo esto a ambos y ellos le sonrieron con inocencia.

Pero antes de poder abrir la puerta para salir recibió un fuerte golpe en la cabeza por detrás. Dejándolo completamente inconsciente.

Oh Dios, lo que le esperaba a Izuku...

Fin de la parte uno.

Merciless » TodomomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora