Mi auto era un convertible negro con sus recorridos infinitos. El paisaje era hermoso, la ciudad tenia sus deleites visuales y gustativos. El viento en mi cara y las luces de los letreros de neón daba paso a la oscuridad. Por fin llegue a mi edificio, estacione mi auto y decidido a entrar cuando me tope con una chica, mejor dicho, nos estrellamos y cuando ella se iba cayendo la atrape.
Su rostro era hermoso, nariz fina, ojos cafés claros, labios detallados y cuerpo normal. La ayude a ponerse de pie, ella también entro en el condominio y yo fui detrás. Pero fui detenido por arrendatario.
- Me debe, dinero señor – con una sonrisa hipócrita, era un señor, de mediana estatura, rostro amable y pelo negro. - disculpe por ser insistente, pero las necesito para arreglar algunas cosas en el edificio –
Sacando mi chequera le pague, el pobre señor hace dos meses tuvo una llamada, donde se le notifico que su padre, fue asesinado por un loco que destripo a su familia y amigo, para luego suicidarse.
- Necesitará mano de ayuda, para poder hacer los arreglos de la casa – dije.
El solo sonrió honestamente y me dio un par de palmadas en el hombro. Siguió su camino, llevaba dos años en este edificio, jamás había sucedido nada especial, me mude aquí pues mi trabajo queda cerca de esta ciudad. Una empresa de importación marítima, lo malo era que tuve que dejar de ver a mis padres y hermanos. Pues la ciudad de donde provengo estaba a cinco hora de viaje y no podía realizar eso todos los días, por eso me mude, cuando recibí el trabajo y los visito en días festivos y cuando pueda.
El ascensor no bajaba y ya me desesperaba; pues vivía en el ultimo piso. Este edificio tenia quince pisos en total y el quince avo era acogedor, no era tan caro y de la ciudad no me podía quejar. me acorde de la chica del rostro hermoso, pero ya no la podía ver en ningún lugar. me pregunte en que piso viviría y si seria alguna vecina nueva pues nunca la había visto en el edificio.
Cuando me decidí subir por las escaleras con pasa manos blanco, escuche el pitido del ascensor. Del cual salieron un señor calvo, que vivía en el décimo y una gorda que estaba en ese mismo piso. Sin reclamar, entre y aplaste el botón de ultimo piso, se cerraron la puerta y decidí acomodarme el pelo en el espejo, el pitido de los pisos eran rítmicos. Llegue a mi piso, ya era tarde exactamente las diez de la noche, la fiesta duro poco, eran de personas del trabajo y por una discusión entre ellos me decidí retirar.
Abrí la puerta, mi cuarto, dulce cuarto, amplio, amueblado y con una excelente vista de la ciudad. Me acosté en la cama y me desabroche la camisa, las luces eran automáticas pues a un cierto tiempo se apagaban y solo me quede hay viendo mi techo falso, después todo oscureció.
Una niña estaba llorando, era pequeña tenia un traje rojo y su pelo era largo. era obvio que era un sueño. Pose mi mano en su hombro, pero sentí como alguien posaba una mano en mi hombro cuando gire, pude verlo ese era mi amigo imaginario, había cambiado bastante desde la ultima vez que lo vi. Era un niño cuando lo cree o como él dice lo encontré, fue en un hospital tras la noticia de que se murió un familiar.
Ese hospital era grande y me perdí, llegué a la morgue.no sabia como regresar.
Perdido y triste, una cálida mano se poso en mi hombro y hay lo conocí, era como un señor alto de rostro agradable, llevaba lentes, pelo negro, nariz fina, labios gruesos y tenía una barba abundante, vestía con smoking. Él me ayudo a encontrar la salida de ese lugar, pero después no se alejó de mí.
Supongo que es un fantasma, no me lo ha dicho que lo es, aunque es obvio. Aparece y desaparece en su antojo, mayormente para darme recomendaciones de vida, se había vuelto muy pesado.
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3n 3l t3jado
RandomClamo por mi vida y por mi alma, santa o maldita a sido mi vida. Realmente no se lo que me ha estado sucediendo. Mi cabeza me esta dando vueltas, buscándole lógicas a lo inexplicable. Como trato mi vida, como trato mi mente, como mierda le diré la p...