A la deriva

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Llevaban un buen rato caminando sin dirección alguna , pero Sett preferia seguir guiando a Aphelios sin dejar que este se diera cuenta que en realidad estaban perdidos.
Mientras tanto Sett trataba de distraerlo hablándole cosas sobre él.

-.En realidad no soy un cualquiera..-.
-.¿Me llaman Sett; el jefe-.
-.La arena de la que salimos : si, es mía, y ...yo la dirijo-.
-.Tuve que pelear a muerte con el que en aquel entonces era el jefe-.

Durante mucho rato Sett fue arrojando este tipo de diálogos cortos, pero Aphelios no expresaba demostrar ni el más mínimo interés; aunque en el fondo, toda la historia , Si le parecía interesante.

Sett al pensar que su acompañante no le prestaba la atención que acostumbraba a recibir de otra gente, se detuvo algo desconcertado.

-.¿Sabes... nunca había estado tan lejos de mi má... de seguro ella se pregunta donde estoy-.
Dijo Sett esta vez un tóno triste, tanto que causó algo en el jóven Lunari.

Aphelios se detuvo y volteó a ver a Sett.
Sus pequeñitas orejas le causaban cada vez más ternura, que se le hizo imposible quitarlas de su vista.

Él quien no acostumbraba verse enfrentado a este tipo de situaciones tan sentimentales, pensó que aquella apariencia tan distinguida de un poderoso luchador, no era más que una ilusión para cubrir a alguien ; que en el fondo no era más que un niño solitatio.

Aphelios se acercó y cuidadosamente se dejó sentar a su lado, tocándole un hombro y dejándo en claro sin decir nada, empatizaba con él.

Sett quedó nuevamente sorprendido.
No entendía como es que en el fondo ese chico le causaba una extraña sensación de tranquilidad .
Su figura tan serena y pacífica, le traía calidez cerca suyo.

Sett, intentando borrar el tema, cogió uno de los extremos del pañuelo celeste claro que llevaba Aphelios y lo observó, tratándo de desviarse del tema.
Aphelios se puso en pie , entregándole a Sett el pañuelo en sus manos.

Sett quedó maravillado, e inmediatamente cruzó sobre sus gruesos hombros su nueva prenda provisoria.
Inmediatamente pudo sentir el olor de la prenda; un olor suave , muy suave y con gusto dulce.
Aquello le reconfortó; era un aroma que jámas olvidaría .

Permanecieron quietos un buen rato hasta que por fin Aphelios se dignó a romper el hielo.

-.¿Qué eres?-.
Señaló en el mismo tono cortante que lo distinguía, sabiéndo que su pregunta era precisa y que no necesitaba hablar más.

Entonces dio paso de hablar a su compañero de orejas peludas.

-.Verás... mi pá era un perro noxiano y mi má , una simple campesina vastaya...como podrás imaginar... el bastardo nunca más volvió-.

-.Todos me decian "niño bestia bastardo" y aún así mi má siempre estuvo para ayudarme con eso... entonces fui creciendo , hasta que me dí cuenta que liberar esa ira con los puños me funcionaba.... así fue como un dia reté al dueño de la arena y gané, quedándome con toda la arena y el tirulo de :"Sett , el Jefe"-. Terminó su pequeña historia.

Aphelios no necesitaba mas explicaciones que aquella; y pensó que Sett era un hombre interesante y fuera de lo común, algo que jamás había visto.

Por su lado Sett, mantenía la intriga de saber quien era ese chico, pues hasta ahora, él ya le había contado todo, y pensaba que debía averiguar con que clase de persona se encintraba caminando sin rumbo a su lado.

-.¿Qué me dices de ti chico?-.
Dijo Sett confiado.

Pero la respuesta de Aphelios no fue más que un suspiro lento y triste.
No pensaba responder ni si quiera pudiendo hablar, ya que hablar de su pasado, o incluso de su situación actual le parecía algo dificil de hacer; la única persona en su vida a quien le confiaba sus más intimos secretos era a su queridísima hermana Alune: y aún así, ni si quiera se le hacía necesario hablar, si no que la conexión era tan grande que Alune podía escuchar los pensamientos de Aphelios , lo cual en ocasiones era controversial.

Sett entendió gracias al suspiro del jóven, que aquello era un tema del cual no hablaría, al menos no por ahora , y decidió olvidarlo.

Ambos permanecían sentados en la misma posición, sin hacer ninguna clase de ruido, hasta que Aphelios sacó algo de entre sus bolsillos.
Un pequeño fragmento de piedra lunar que su hermana Alune le había regalado, y hasta ahora era lo único que lo hacía sentir cerca de ella a pesar de no estarlo.
Lo apretó con sus manos tan fuerte que dejando caer una pequeña y casi invisible lágrima , también dejó caer un rastro de sangre que atravezó su oscuro guante .

-.Hey! ¿Qué haces?-. Exclamó Sett , tomándo la mano herida del chico y dejando que la suya se ensuciara con la sangre de este.
Inmediatamente algo le llamó la atención: parecía que Aphelios estuviera completamente helado, su mano era un hielo y cara se veía extremamente pálida.
Sett pensó que debía hacer algo ahora.

Luna nueva : Sett x ApheliosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora