Gift y Jennifer Lawrence

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-No sé cómo narices puedes hablarle así-Álex negó con la cabeza-Estás completamente loca
-Créeme que yo tampoco lo sé-suspiré
-No lo entiendo-pinchó de su comida-¿Cómo se te ocurren esas cosas?
Me encogí de hombros-Sinceramente no lo sé-miré mi plato-Hacía tiempo que nadie me enfadada tanto como lo hace él-levanté la mirada-Y eso que apenas lo conozco...

Caminábamos en silencio, una al lado de la otra. Me recordaba a cuando teníamos 7 años y paseábamos todas las tardes. Andar es la mejor manera de pensar y yo tenía que pensar mucho.
-Te paso a recoger luego, ¿vale?
Asentí con la cabeza, abracé a mi mejor amiga y justo cuándo me giré me encontré con unos ojos verdes. No, no eran del todo verdes ¿azules quizás? No lo sé
-Señorita Smith-saludó a mi amiga
-Señor Müller-sonrió ella
Entonces hizo que sus ojos miraran los míos, sus ojos de color extraño, porque ya no eran verdes.
-Gift-me guiño un ojo, atravesó las puertas y desapareció entre la gente
-¿Qué te ha llamado?-inquirió mi amiga
-Gift-respondí mirando el interior del edificio
-¿Y eso que significa?-insistió
-Veneno-apreté la mandíbula -Me ha llamado veneno-cerré los ojos por completo soltando el aire fuertemente-Nos vemos luego
Y me fui. Es que este hombre era tonto o ¿qué le pasaba? Iba hecha una auténtica furia, en cuanto viera a Julieen se lo contaría, ¡hombre que si se lo contaría! Quién narices se cree el neandertal este para insultarme, ¡y encima en alemán! Si se creía el tipejo éste que se iba a ir de rositas lo llevaba claro. Una de las cosas que agradezco son las vacaciones de Navidad a Gelsenkirchen para visitar a mi tía. Gracias a eso me defiendo bastante bien con el Alemán, y podría jugar con un pie por delante con respecto al abogaducho de pacotilla. Éste se iba a enterar de quién era yo cómo que me llamaba Allisson Iabarazzi.
Al entrar en la sala vi que Jul estaba acompañada por una chica, más o menos de mi edad. Iba a acercarme pero un grito me detuvo.
-Ally-dijo
-Granujilla-reí cogiéndola en brazos-¿Qué tal?
-Bien-sonrió-Quiero jugar contigo-dijo aplastando mis mejillas
-Por supuesto que si-dije caminando hacia Jul y su hija, supongo
-Hola-saludé
-Hola-dijo tocando el pelo a la pequeña que llevaba en brazos-Os presento a mi hija Danielle
-Hola-saludó la morena
-Encantada-estiré mi mano-Soy Ally
-Hola, yo me llamo Anna-dijo la pequeña

Minutos después Danielle era cómo una más. Me recordaba a alguien, pero no estaba segura de a quién. Tenía el pelo castaño y unos grandes ojos grises, cómo los de su madre. Era una chica guapísima, no hacía falta mucho para darse cuenta. En cuanto los niños estuvieron entretenidos decidí contarles lo ocurrido con el tipo este, desde lo del ascensor hasta lo de la calle, no sin antes poner al día a Danielle.
-Y me llama Gift el idiota-sonreí-Pero que poquito va a durar. Si se piensa que me voy a quedar de brazos cruzados lo lleva claro
-Sois los dos unos cabezotas-dijo Jul mirando a su hija la cual no paraba de reír
-¿Y tú cómo sabes que es cabezota?-pregunté
-Teniendo en cuenta que después del incidente de la cena el sigue intentando hacerte enfadar-se explicó Danielle-Supongo que es cabezota, y tú-rió fuerte-tú no te quedas atrás mujer
-De verdad, jamás me había enfurecido tanto una persona, pero éste hombre agg-coloqué mis manos en la cara-Odio a Eric Müller
Unas manos me agarraron el brazo y al levantar la cabeza me encontré con unos ojos miel mirándome
-Ally-cuando levanté la cabeza Anna se puso los brazos en las caderas-No se odia a nadie-me regañó
-Perdón-reí abrazándola-Sólo no me cae bien
-Así mejor-dijo-¿A que si?-inquirió 
-Si-sonreí
Tras unas horas más de juegos y risas los niños se fueron poco a poco. Yo no paraba de pensar en Müller y en cómo asesinarlo sin que nadie sospechara pero un pensamiento se cruzó de pronto. Anna. Dentro de unos días la operarían.

Los días fueron pasando y después de ese encontronazo con Müller no volví a verle y sinceramente estoy muy aliviada por ello. Danielle y yo pronto nos hicimos amigas, incluso Álex se llevaba bien con ella. Veía a Lucas más seguido ya que a veces Jul me daba unas horas libres por la tarde. Todo era, dentro de lo que cabe, perfecto. Pero entonces llegó el día que cambiaría todo, el más horrible e infeliz  y a partir de ahí las cosas irían de mal en peor tanto para mí como.... para ella.
-Ally cielo-me llamó Jul-deja de dar vueltas
-No puedo-andaba de un lado para otro-Están tardando demasiado-paré en seco
-Estás poniendo más nerviosos a sus padres cariño
-Perdón-agaché la cabeza
-No te preocupes-habló Susan-Créeme que yo haría lo mismo, pero me mirarían muy raro
-Por supuesto que lo harían-intervino su marido a lo que todos reímos
-¿Señor y señora Hopkins?-se escuchó
-Nosotros-dijeron a la vez
Pasaron a una sala y diez minutos después salieron
-¿Que os han dicho?-pregunté
-Emm.. que está todo bien-me abrazó-No te preocupes
Correspondí a su abrazo un tanto extrañada, si estaba bien ¿por qué parecía que no?
-¿Seguro? Porque creo que ya soy lo suficientemente adulta cómo para que me digáis las cosas-dije
-Ally-Danielle tocó mi hombro-Está todo bien, tranquilízate mujer
-Yo-agaché la cabeza-De verdad que lo siento es que bueno... estas cosas no me gustan ni un pelo y no sé-suspiré-Me alegra que todo haya salido bien
Horas después me encontraba entrando por la puerta de la pequeña habitación de Anna. Ella dormía, como si nada estuviera pasando, tranquila y feliz. Andaba lentamente hasta sentarme en la silla que se encontraba en el lado izquierdo de su cama, al lado de la ventana.
-Hola-sabía que no podía oírme-He pensado que el viernes podríamos ir a cortarnos el pelo-agarré su mano-Lo peor ya está solucionado, ahora hay que ser fuerte
-Ally-una enfermera me llamó-sal un momento, por favor
Asentí con la cabeza, besé la frente de Anna y me puse en pie. Al pasar al lado de la enfermera escuché un 'lo siento' y no entendí por qué.
Lina, la directora del hospital se encontraba hablando con Jul y Danielle, esta última negaba con la cabeza.
-Lina-saludé-¿Ocurre algo?
-Ally-sonrió-Verás cielo-tocó mi cabeza-Tienes que recoger tus cosas, ya no puedes volver a trabajar aquí
-¿Qué?-pregunté atónita
-Prometí que nunca volverías a pasar por lo mismo y ya he roto demasiado esa promesa-habló tajante
-Estoy bien ¿vale?-grité-No puedes despedirme por favor-sollocé-Por favor
-Lo siento, recoge tus cosas
Y se fue. Y ahora que todo empezaba a ir bien tenía que desmoronarse ¿Qué narices está mal con mi vida? Tenía ganas de llorar, pero no iba a hacerlo. No. Antes me ahogo que llorar delante de nadie.
Hecha una furia recogí mis cosas ignorando las llamadas de Danielle y de su madre. Pero esto no iba a quedar así, me había despedido pero podía entrar aquí cuando quisiese, para algo existen las visitas.
Salí a la calle y el aire de otoño me golpeó en la cara. Caminé, caminé y caminé hasta que paré en seco y me golpeé la frente con rabia. Qué bien, ahora no tenía trabajo, perfecto. Dicen que la vida las cosas suceden por algo. Pero esto ya era demasiado, la vida estaba empeñada en hacerme bailar como a un ridículo títere a merced de su creador. Me daba algo para luego quitármelo. Definitivamente iba a demandar a la vida por atentar contra mi persona.

Little Big Secret [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora