Cena de amigos

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2 de febrero de 2009

14:07 p.m.

Narrador omnisciente:

El chico de cabellos rubios yacía acostado en el sofá del salón y seguía dormido, puesto que, se había acostado demasiado tarde la noche anterior porque estaba muy "ocupado" bebiendo, no lo despertaron los rayos del sol, ni siquiera el canto molesto de los pájaros que volaban por allí o se posaban en la ventana; lo único que consiguió despertarlo fue una llamada de su teléfono. El sangre pura se despertó de un salto al escuchar el ruidoso y molesto tono de llamada que le penetro los oídos haciendo que su dolor de cabeza incrementara. Entonces rebuscó entre sus bolsillos el teléfono y al ver quien era la persona que osaba a interrumpir su sueño le cogió la llamada inmediatamente.

-H-Hola Cissy.- Dice mientras intentaba ocultar su tono de voz de recién levantado.

-Hola Lucius- Respondió ella al otro lado de la línea con voz seria.

-¿Pasó algo, querida?-

-Ya lo hablaremos cuando llegue a casa, que por cierto, estoy a 5 minutos.-

-Vale... Ya hablamos cuando llegues... Adiós Cissy.- Intenta fingir un tono alegre y cariñoso.

-Adiós Lucius Abraxas.- Cuelga la llamada.

El de orbes plateadas suspiró estresado "esta mierda es lo que me faltaba..." Pensó sobándose la cabeza para acto seguido levantarse rápidamente, pero esa acción fue un gran error, ya que, como estaba mareado; se cayó al suelo llevándose un golpe no muy agradable y para completar su desgracia escuchó la puerta abrirse seguido de unos pasos que se dirigían a donde él se encontraba.

-Mierda...- Masculló en un leve susurro. "¿No dijo que llegaría en 5 malditos minutos?"

-¿Lucius? ¿Qué diablos haces en el suelo?- Preguntó una Narcissa muy confundida.

-Pues nada mujer... Aquí casual, abrazando el suelo porque me dijo que estaba mal.- Dijo con sarcasmo.

-Ya...- Se fija en la mesa y ve varias botellas de Whisky de fuego. -¡¿Estuviste bebiendo?!- Chilló indignada.

-AHG.- Se queja tapándose los oídos con ambas manos. -¡Cuida tu tono mujer! Estoy sensible por la resaca, joder...-

-Eres imbécil Malfoy.- Rueda los ojos.

-Más respeto por tu marido. ¿Vale? Si no fuera por mí tú no serías nada.- Responde en tono soberbio a su insulto.

-Como sea...- Responde indignada y suelta algo en la mesa.- Fírmalos y cuando lo hagas dámelos de vuelta.

-¿Qué son?- Se levanta con pesar del suelo apoyándose en el borde de la mesa para no volver a caerse.

-Los papeles de divorcio.- Se encoge de hombros. -Solo he venido a recoger mis cosas...-

-Espera... ¡¿QUÉ?!- Dice entrando en un pequeño estado de shock y olvidándose de su molesta resaca. -N-no puedes hacerme esto.- Responde indignado. -¿Y donde te vas a quedar si no? No tienes a nadie que te quiera.- Usa un tono sombrío en su voz.

-Oh querido... Por supuesto que puedo. Y sobre en donde me quedaré, me quedaré con Sev en su casa, junto con Draco.- Saca su varita y hace que todas sus pertenencias y las de draco aparezcan a su lado dentro de varias maletas.

-Ni hablar. Llévate todo lo que quieras, pero a mi hijo ni lo toques y menos lo lleves con el pervertido degenerado ese que a saber lo que le hace.- La mira como si se le hubiese ido la cabeza.

-Pues este pervertido degenerado es mucho mejor que algunas personas.- Responde Severus apoyándose en el marco de la puerta con una sonrisa de oreja a oreja y los brazos cruzados, sorprendiendo a Lucius.