La noche estaba cargada de rumores espectrales, el bosque estaba envuelto en penumbras, la luna brillaba en esta noche tan oscura, haciendo imposible ver las estrellas en el cielo.
A cualquiera le darían miedo estar solo en el bosque, con el temor d...
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Hashirama caminaba en dirección a su hogar, donde ahora ahora se estaba llevando a cabo una junta con los jefes de los clanes del pueblo, donde se resolvería por fin el misterio sobre los aparentes compromisos; de él y su hermano.
De repente paró su andar, una sensación lo removió ligeramente, mandando una señal de advertencia por toda su columna vertebral.
Giró su rostro y vio por todos lados sin encontrar a alguna persona.
—¿Quién anda ahí? —preguntó, elevando la voz.
Espero un tiempo, pero no recibió respuesta alguna. Solo el sonido de las hojas de los árboles, siendo movidas por el aire frío que había hoy.
Volteo lentamente y siguió con su camino.
La sensación de advertencia no se iba.
Hace ya un tiempo que siente la mirada de alguien o cosa, sobre su ser.
Al principio no le tomo importancia, pensaba que era algún aldeano o un animal del bosque, ya que por su linda apariencia, no sería la primera vez que los hombres lo miraban.
Pero esta era diferente...
Juraría que esta sensación ya la había sentido antes, sabía que alguien lo miraba, pero cada vez que intentaba que esa persona revelara su identidad o intentaba averiguarlo por su cuenta, era en vano... la persona o ser que lo observe no tenía ninguna intención de darse a conocer.
Aunque debía admitir, que desde que ese ser apareció, ha tenido una extraña sensación de paz y protección... algo que había perdido desde la masacre del clan Uchiha.
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Pasó un tiempo, y los jefes observaron cómo los hijos de su líder entraban a la reunión, incluyendo al último Uchiha.
Ambos donceles tomaron las orillas de sus kimonos e hicieron una reverencia, agachándose ligeramente. Mientras que el varón posaba su brazo izquierdo por atrás y se inclinaba ligeramente.
Después de hacer reverencia, los tres se acercaron hasta estar al lado de la cabeza de la familia Senju, quedándose en la parte atrás de este.
—Bueno, ya que todos nos encontramos aquí, diré finalmente quién será la persona que tomará la mano de mi hijo mayor, Hashirama —dicta, señalando al castaño—, en matrimonio. Al decir el nombre quisiera saber únicamente la opinión de ustedes.
Todos los presentes movieron la cabeza en señal de asentimiento.
—Bien —voltea ligeramente, dirigiendo su mirada a sus hijos—. Hashirama, Tobirama vengan aquí.
