><Cap. 2><

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Rubius: me ayudas? Sabes que yo no me puedo levantar Veg -dijo sin mas, tratando de sonar amable y que su voz no se escuchara quebrada, pues sabía que ante cualquier cosa Vegetta no tardaría en hacer preguntas; tenía que admitir que de vez en cuando el comportamiento de su compañero era algo molesto, pero aun haci no se quejaba, ya que ese compañero se estaba encargando de cuidarlo.

Vegetta rápidamente reaccionó y soltó una risa nerviosa, para luego acercarse a el teñido y cargarlo, al final término dejando a Rubius en la silla de ruedas.

Ese era el inicio de un nuevo día, un día lluvioso y nublado, donde los únicos que se encontrarían en la casa serían Rubius y Vegetta.

Ruben y Vegetta se encontraban en el comedor, el pelinegro estaba comiendo el desayuno, mientras que el teñido se disponía a mirar el plato que su compañero le había traído, el plato seguía lleno, pues Ruben se negaba a dar bocado alguno. Quien diría que al terminar la guerra tantas cosas cambiarían en Ruben, ya que antes de la guerra Rubius se la pasaba todo el día hambriento, pidiendo comida a cualquier persona que se le acercará y ahora, simplemente miraba la comida con asco o simplemente la ignoraba.

Vegetta: Qué pasa? No tienes hambre? -pregunto después de haber tragado un pedazo de su comida, miraba a el de silla de ruedas con confusión, pues el antiguo Rubius ya abría terminado el plata y seguramente estaría pidiendo más.

Rubius: la verdad es que no tengo apetito...quizas coma más al rato... -mencionó aún mirando el plato de comida sin ganas algunas de probar bocado, sabía que Vegetta se había esforzado en hacer el desayuno, pero la verdad es que en esos momentos Ruben no tenia hambre. Vegetta había preparado unos deliciosos waffles con miel, pero aun haci nuestro querido Doblas no dio ni siquiera una mordida a este alimento.

Vegetta: oh vamos chiqui, te hice waffles con todo el amor del mundo -pronunció sonriendo, tratando de convencer a su compañero de que probará el waffle- al menos dale un mordisco Doblas -mencionó, aun con la intención de convencer a su amigo.

Rubius: es encerio Veg, el día de hoy no amaneci con hambre -dijo, dando a entender que no probaría ni un bocado del waffle, mostrando una sonrisa fingida. Vegetta al mirar esto comprendió que en estos momentos Rubius no estaba de ánimo.

Vegetta: Okey, pero no conseguirás librarte de mi tan fácil
cabezón -mencionó, levantándose de la silla y acercándose a Ruben para revolverle levemente el cabello. Rubius no protestó ante esto, al contrario, dejó que Vegetta le revolviera el cabello sin soltar quejido alguno, mientras miraba atentamente al chico de ojos morados.

Rubius: si claro Veg -mencionó, sin mostrar sonrisa alguna; siempre que Rubius actuaba de esa manera tan depresiva Vegetta no podía evitar sentirse horriblemente mal, a la vez que se lamentaba por no haber echo nada para protegerlo en su momento. En la mente de Vegetta se repetía demaciado la palabra 'hubiera', pues demaciadas veces aquel chico de ojos morados pensaba "y si yo lo hubiera defendido?", "si yo lo hubiera vigilado...", "si hubiera sido tuyo, en lugar de el?". Pero como muchos dicen 'el hubiera ya no existe'. Y en eso tienen razón y es que no puedes arreglar las cosas del pasado, aunque sería increíble si pudieras hacerlo.

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Bueno, este capítulo fue más corto que el anterior, haci que perdón si esperaban algo más :>

Bien, aquí les quiero hacer una pequeña pregunta....

Les gustaría que hiciera un capitulo donde explique o mejor dicho, narre lo que ocurrió en la guerra?

Bueno eso es todo y ya se, actualice demaciado temprano o al menos es temprano en mi país :^

Gracias por su tiempo, y adiós~

I Love You                                  &gt;&lt;(Rubegetta)&gt;&lt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora