Era un día de clases en el colegio, los alumnos se habían retirado y por terminar de copiar la tarea me quedé solo con la maestra. Ella me dejó solo porque tenía que hacer. Cuando estaba por salir, la puerta se cerró fuertemente y quedé atrapado en el salón, sentí escalofríos y no supe qué hacer, quise abrirla con la llave que estaba puesta, pero no pude.
Escuchaba en el pasillo que arrastraban unas cadenas, pedí ayuda pero nadie me respondió, corrí y me escondí debajo del escritorio de la maestra, de pronto sentí que la puerta se abrió y nuevamente arrastraban las cadenas, sentí que me desmayaba cuando de pronto una mano tocaba mi hombro. Al despertar, me dí cuenta que estaba en mi cama y muy aliviada me dije a mi misma: "Qué tal pesadilla, qué gran susto el que pasé en mis sueños".
Me di la vuelta, agarré mi oso de peluche, lo abracé muy fuerte y traté de descansar. Al instante escuche nuevamente que arrastraban las cadenas, una mano pasó por mi cuello y otra me tapó la boca para que no gritara, me arrastraron y al salir vi que estaba en medio de un bosque tenebroso sin fín.
Desde entonces nunca más pude volver a casa, ni ver el rostro de quienes me llevaron, sólo sé que hay muchos niños aquí, que gritan y lloran como yo en un mundo de tinieblas, hace frío a veces pero en otras demasiado calor, se parece al mismo infierno.