La euforia de KiHyun no duró más allá del primer semáforo. La corriente de adrenalina que le había atravesado durante la desagradable situación vivida con HoSeok desapareció rápidamente. Además, él era demasiado práctico como para dejarse llevar por aquella fantasía durante mucho tiempo. En cualquier caso, cuando HyunWoo enfiló hacia su calle él ya se había derrumbado.
Son HyunWoo. Todavía no podía creérselo. Y si él encontraba su barrio modesto en comparación con la fastuosa residencia de Jongno-gu en la que había crecido, fue lo suficientemente educado como para demostrarlo.
Era la imagen misma del perfecto caballero, con la excepción de que conducía demasiado deprisa. No le habría hecho falta leer el artículo de la revista sobre él para saber que eso formaba parte de sus gustos. La velocidad. Los retos. El afán de hacer lo que a los demás mortales les daba miedo. Sus hazañas eran legendarias. KiHyun supuso que tendría que ser excitante atravesar la noche en aquella bala plateada. Pero él carecía de aquel instinto aventurero. Era un caso perdido. Y HyunWoo se había equivocado respecto a su nombre. Ratón le iba perfectamente. Era un cobarde.
KiHyun suspiró con fuerza. No pegaba nada en aquel Porsche plateado. Ni tampoco pegaba nada con aquel hombre, ni en sueños ni en la realidad por mucho que él tratara de facilitarle las cosas. Y, que Dios lo bendijera, HyunWoo lo había intentado. Pero, para mortificación de KiHyun, en la media hora de trayecto hasta su casa la conversación se había limitado a sus repetidos agradecimientos por llevarlo y a las constantes bromas de HyunWoo en referencia a sus nudillos, blancos de ir tan agarrado al salpicadero.
Aquel hombre estaba fuera de su alcance.
Debería haberse sentido aliviado cuando aparcó por fin frente a su casa y apagó el motor. Y sin embargo, lo invadió una extraña mezcla de frustración y remordimiento.
KiHyun acarició el cuero del asiento y exhaló otro resignado suspiro de frustración mientras buscaba la manilla de la puerta.
La aventura había terminado.
—Espera —dijo HyunWoo—. Yo lo haré.KiHyun no estaba en realidad tan resignado como pensaba, así que esperó mientras él se bajaba del coche, lo rodeaba y le abría la puerta del copiloto con la galantería de un caballero medieval.
El castillo, notó HyunWoo, resultó ser una construcción modesta de los años sesenta en tonos blancos y negros. Estaba situada en el medio de una manzana de un barrio limpio y bien conservado. En el interior de la casa había una luz encendida, y un gato gordo y grande los contempló a través de la ventana con aire de superioridad mientras se acercaban.HyunWoo era un hombre observador y se dio cuenta de que el césped estaba cortado y que había dos filas de flores bordeando el sendero que llevaba hacia la casa. El porche era más pequeño de lo normal, y en el había cestos con petunias que colgaban de unas columnas que tenían la pintura pelada.
HyunWoo no supo qué lo conmovía más: si el hecho de que KiHyun fuera un chico que cultivara flores y probablemente cortara él mismo el césped, o la pintura en mal estado que indicaba que tenía poco tiempo o bien poco dinero.Al final no fue ninguna de aquellas cosas, sino la visión de una rana de cerámica horrorosa del tamaño de un puño que estaba en el felpudo de entrada. No sabía por qué, pero eso lo conmovió.—Bueno —dijo el pequeño pasándose la mano nerviosamente por el cabello y sin mirarlo a los ojos-.Gracias otra vez. De verdad. No hacía falta que me acompañaras hasta la puerta.
—Ni se te ocurra —le advirtió él antes de que KiHyun comenzara de nuevo con la misma insistencia que había repetido durante todo el trayecto—. Habíamos hecho un trato, ¿recuerdas? Ya no ibas a pedirme más disculpas.
—Tienes razón. Lo sien...quiero decir, que no voy a pedirte más disculpas —se corrigió con una sonrisa angelical.
KiHyun se agachó para recoger la rana. Estaba sonrojado y tenía un aspecto adorable.
ESTÁS LEYENDO
Un apuesto caballero ||SHOWKI [Adaptación]||
RomanceCuando el bibliotecario Yoo KiHyun vio al hombre que lo había salvado de su ex novio, no podía creérselo. Sólo en los libros y en sus sueños había visto a un hombre tan sexy como Son HyunWoo. Era todo lo que un héroe debía ser: guapo, valiente, mill...