Louis ha estado actuando realmente extraño durante los últimos meses. Para Harry ya no parece ser el mismo chico del que se enamoró hace algunos años atrás. Atento, romántico, protector, gracioso, un buen compañero. Y ya casi no pasan tanto tiempo juntos como antes.
Hoy el rizado lo ha citado en su casa para que puedan hablar al respecto. Y el castaño empieza a dar vueltas al tema, queriendo que pareciera que nada ocurría, aunque ésta vez Harry no está dispuesto a creerle, sabe que hay algo más, algo que lo ha hecho cambiar.
-¿Hay alguien más? –exige saber el joven Styles, parándose ante su novio-.
-¡¿Qué?! No, no hay nadie más -le asegura, negando con vehemencia, sintiéndose un tanto insultado por su suposición-. Yo te amo solo a ti –le dice, tomando su mano y mirándolo con sinceridad fijamente a los ojos-.
-¿Entonces por qué ya no quieres que vivamos juntos? Lo hemos planeado por tanto tiempo, hemos ido juntos a elegir las cosas para nuestra casa…y ahora te echas para atrás. ¿Qué sucede Louis? -cuestiona el ojiverde, con sus ojos tornándose algo cristalinos-.
-No es el momento aún Harry… -responde con simpleza, aunque le duele hablarle de ese modo, baja la mirada y deja escapar un leve suspiro-. No es que ya no quiera vivir contigo, claro que quiero –le asegura, volviendo sus ojos hacia él. Realmente quisiera pasar el resto de su vida junto al rizado-.
-¿Cuándo lo será según tú? Si mal no recuerdo hasta hace dos meses decías lo contrario, que ya estábamos más que listos para convivir -le recuerda, reprimiendo el nudo en su garganta, harto ya de tener que esperar-.
-No es que no estemos listos –acota, reconociendo que sí ha dicho tales palabras, sonriendo de lado camina aproximándose a él-. Será pronto, ¿sí? –le propone, besando con dulzura sus labios, aunque el otro no queda muy conforme con su respuesta-.
El castaño recibe una llamada a su teléfono móvil, la cual responde tan solo escuchando en principio.
-Voy para allá –dice a la persona del otro lado del auricular, con temple serio y corta el llamado, sin dar ninguna explicación-.
-¿Qué ocurre? –le pregunta Harry con curiosidad-.
-Tengo que irme… -dice algo dudoso, como si estuviera preocupado-. Volveré para la cena, ¿sí? -le sugiere, acariciando la palma de su mano con el dedo pulgar-.
-¿A dónde tienes que ir? -interroga el rizado, pensando en no dejarlo ir nuevamente hasta que le de mayores explicaciones sobre su actitud-.
-Es algo de mi nuevo trabajo, nada grave –responde, acercándose para darle un beso fugaz y enseguida se marcha de la residencia del joven Styles-.
“¿Nuevo trabajo? ¿Qué nuevo trabajo? Nunca ha mencionado eso…”, medita Harry por algunos segundos, muy confundido por todo.
Decide que es momento de seguirlo y saber en qué anda realmente su novio. Segundos después sale de su casa y comienza a seguirlo a una distancia prudente para no ser visto.
Louis ingresa en un callejón semi oscuro por encontrarse entre dos grandes edificios y es poca la luz que entra a ese recoveco.
El ojiverse se detiene y oculto tras una pared lo espía desde allí. No es mucho lo que puede ver desde ese sitio, porque gran parte de la escena la cubre el vehículo en el que el castaño ha llegado. Ve como le muestra a un hombre robusto algo que hay en el baúl del coche y luego se van hacia la parte posterior del callejón. Parecieran estar haciendo negocios, turbios negocios, aunque Harry no puede creer que se trate de eso. Todo es muy sospechoso pero no quiere sacar conclusiones apresuradas.
Sigilosamente y a gatas llega hasta el automóvil, echando un vistazo al baúl que ha quedado semi abierto. Definitivamente se trata de un negocio sucio, Louis está vendiéndole armas de contrabando a ese hombre. Abre su boca bien grande, no pudiendo creer eso de su amado novio, él no pareciera ser del tipo de personas que trabajaría en ese tipo de negocios. ¿Por qué lo haría? Su Louis no es así, definitivamente no es así.
Pero algo más logra sorprenderlo en ese preciso instante. Se escuchan unos disparos que lo hacen sobresaltarse, delatando su posición. Levanta su mirada, ubicando la escena, observando todo el lugar con temor a que hayan dañado a Louis, pero es éste quien porta el arma y ha matado a ese hombre robusto sin piedad.
-Harry… -murmura el castaño al verlo, dejando caer el arma con la que había ajusticiado a ese hombre que ahora yacía sin vida junto a él-… ¿qué haces aquí? -le cuestiona, asustado, con mayor nerviosismo que hace una hora atrás cuando estaban hablando, discutiendo, en su casa-.
-¿Q…quién…eres? –le pregunta Styles, desconociéndolo, ese no puede ser el hombre que ama-.
Apartando las lágrimas que están asomando e invadiendo su visión, se levanta de inmediato. Empieza a correr a toda prisa, alejándose de allí lo más que puede, por temor a que él también sufra la misma suerte que aquel hombre que su novio ha asesinado.
No puede quedarse en ese lugar. Regresar a su casa no es una opción, Louis podría encontrarlo allí. Recurre a uno de sus amigos para pedirle algo de dinero y toma el primer vuelo que lo lleve lejos de esa ciudad. Intenta ocultarse de su novio, ¿o debería decir ex- novio?, rogando no lo encuentre jamás.