-¿Quedarme contigo? -resopló- ¿abandonar toda mi vida por algo como tú?
-Min Ho... Min Ho... por favor.
-¿Qué eres? -preguntó para luego quitar con fuerza los brazos que le rodeaban su cuello. Empujó a Tae Min y se levantó del sillón, quedando cara a cara; teniéndolo frente a frente lo miró con odio, con repugnancia, como si en cualquier momento se le lanzaría encima devorándolo como un depredador caza su cena. El pecho del escritor subía y bajaba con rapidez, su respiración estaba agitada. Min Ho representaba el desquicio por completo con su presencia.
-Soy lo que...
-¡Deja de decir esa mierda! dime la verdad ¿estás dentro de mi cabeza? ¿o ésto es una maldita escena de acción montada?
-Ninguna de las dos -respondió seco-. Mira a tu alrededor, la habitación se pone muy bonita cuando quiere ¿verdad? Ahora estamos en una biblioteca, pero también estuvimos en tu casa, en las calles de Nueva York y en el hospital, lamento eso último porque sé que no te agradan. Pero escúchame Min Ho, voy pedirte que seas realista una vez en tu vida, quédate conmigo para la eternidad y dejarás de sufrir. Ya no tendrás que preocuparte por vender algún otro libro, pagar la renta, tus necesidades, superar la muerte de aquella ex novia y demás. Yo te aseguro que a mi lado serás feliz...
-¡No! ¡No!- Min Ho enredó sus dedos en su cabello, sus ojos parecían salir de sus órbitas, quería gritar, quería salir corriendo, desaparecer, morir y nacer de nuevo pero en otro contexto porque si tuviera la oportunidad de poder hacerlo; no volvería jamás a ese puto burdel.
-¿Esa es tu respuesta final amor? -preguntó Tae Min.
-Sí, entiende maldito enfermo, ¡yo no voy a quedarme en este lugar! -gritó el escritor para después correr hacia el cuerpo del otro y sin importarle el sillón que los separaba, saltó sobre éste y llegó al destino que quería. Mientras ambos caían al suelo en cámara lenta; la escenografía parecía cambiar a su alrededor: la habitación estaba mutando. Cuando tocaron el piso, que se sentía frío, las cosas ya no eran igual. Min Ho estaba solo, aturdido y adolorido por la caída. Gritó, gritó con fuerza pero era absurdo porque nadie parecía escucharlo.
¿Qué veían sus ojos ahora? echó un vistazo cuando se giró para abandonar la posición de estar boca abajo y el techo que tenía sobre él parecía desmoronarse en cualquier momento. Min Ho lo describiría como ruina, aquella habitación que al principio montaba el lujo de cualquier suit presidencial ahora parecía un nido de ratas por lo roto, descuidado y sucio que estaba. Se sentó pero no amagó en levantarse. Tae Min no estaba allí, se había esfumado. Giró su cabeza para mirar por detrás, pero confirmó su teoría de estar solo allí en ese lugar. ¿Dónde se había metido aquel rubio? pensó. Con la poca cordura que le quedaba miró la puerta y no dudó; corrió hacia ella y entre tambaleándose torpemente tomó la manija casi gritando libertad.
Pero la puerta seguía cerrada. Min Ho hizo presión varias veces, hasta llegar a golpear aquel pedazo de madera con sus manos y sus pies. Quería derribarla, cruzarla como de lugar; pero solo no podía parecía una misión imposible. Volvió a gritar agudizando sus cuerdas vocales, ya le quedaba poco, ya no tenía ánimo de seguir insistiendo. Se giró sobre sus talones y buscó en su bolso lo que había traído y que pensó que no iba a ser de suma importancia: un cigarrillo.
El escritor miró aquel objeto con detenimiento, por un momento recordó vagamente la primera vez que fumó cuando tenía catorce años y la última vez cuando le prometió a su novia que jamás volvería a ese vicio mortal. Si ella estaría frente a él lo estaría regañando por lo que pensaba hacer. Puso el cigarro y el encendedor en su bolsillo trasero del pantalón y buscó sobre la mesa que estaba frente a la puerta la botella de Whisky que ya había degustado, al lado de ésta había un teléfono que no parecía haber sufrido daño alguno. Por simple curiosidad levantó de aquel artefacto y marcó el número que estaba escrito por arriba de las teclas numéricas "048 141 308" con la descripción de "recepción"
-Buenas noches, usted se comunica con el servicio del Burdel Lucifer, ¿en qué puedo ayudarlo? -habló una voz femenina por el otro lado de la línea. Min Ho parecía no creerlo.
-Hola, hola soy de la habitación 1408 por favor
-Le recuerdo que el servicio de cocina está disponible de las 20 hasta las 00 de la noche, el servicio de limpieza de 10 a 12 del mediodía. Si usted desea alguna de las siguientes opciones apriete el botón.
-No, no señorita por favor escúcheme. Soy de la habitación 1408, ¡necesito salir de aquí!
-Marque 1 si desea contratar algún juguete sexual, marque 2 si necesita profilácticos, marque 3 si desea algún otro trabajador sexual, marque 4 si...
-¡Oigan, por favor alguien allí! -gritó apretando el teléfono con su mano, intentó marcar alguna tecla para comunicarse con alguien real pero era imposible; aquella operadora seguía diciéndole las malditas opciones.
-Marque 8 si desea que Tae Min le haga compañía,
marque 9 si desea que Tae Min lo abrace
marque 10 si desea que Tae Min lo bese
marque 11 si desea que Tae Min se desnude
marque 12 si desea que Tae Min lo complazca
marque 13 si desea quedarse con Tae Min para siempre-.Aquella voz se hacía cada vez más irritable, el escritor soltó el teléfono porque parecía haberse recalentado. Sus ojos no podían creer lo que veían, "marque 13 si desea quedarse con Tae Min para siempre, marque 13 si desea quedarse con Tae Min para siempre, marque 13..." se repetía esa opción una y otra vez. Pero eso no era lo que lo desorbitó, el teléfono se derretía frente a él, como si fuera una vela consumida por el fuego.
Min Ho gritó expulsando su estrés a los cuatro vientos, quería quitarse la mochila de encima, liberarse de todo ese mal rollo, de todo este desastre. Si tuviera que comparar el infierno de Dante con estar en aquella habitación; el infierno se quedaría chico.
Lanzó varias patadas contra los muebles de allí, algo medio estúpido porque algunas cosas ya estaban rotas y en mal estado. Pero todo aquello que le faltaba un poco para romperse en su totalidad, Min Ho lo había encontrado y hecho trizas. Cuando ya parecía haberse calmado un poco, tomó de su camisa que por alguna extraña razón la llevaba puesta, porque cuando saltó de la ventana estaba desnudo sí. Se quitó aquella prenda y la rompió, tomó de ésta un pedazo y haciendo presión la metió por el pico de la botella de aquel Whisky que había buscado con anterioridad.
Sacó de su bolsillo trasero el cigarrillo y lo prendió con el encendedor, dio la primera calada y se sintió en el paraíso. Dejó el enrollado entre sus labios y con sus manos prendió aquella tela que salía de la botella, había fabricado una bomba molotov para hacer estallar el lugar. El fuego agarró rápidamente el algodón, Min Ho tiró de aquel recipiente de vidrio como si fuera una pelota de béisbol directo a la pared que estaba por detrás de la cama. La botella estalló, y la llama ardiente hizo contacto con lo primero que encontró. El escritor retrocedió unos pasos y sentándose en el piso al lado de la puerta vio como el fuego consumía cumpliendo a la perfección su trabajo.
-¿Qué has hecho? -preguntó una voz que resonó a su lado diestro.
-Incendiaré este lugar, no puedo permitir que alguien más viva este calvario -respondió Min Ho disfrutando de su cigarrillo, unas caladas más y se terminaría. Todo se acabaría en cuestión de segundos.
-Te das muy rápido por vencido amor, pero déjame decirte que has sobrevivido a la primera hora, la hora mortal. ¡Felicidades!
-¿Sabes qué Tae Min? -tiró de su cigarro a un lado de la habitación, el ambiente se hacía cada vez más pesado y era dificultoso respirar- no creo que sea mala idea quedarme contigo- Min Ho giró su cabeza mirando al rubio a los ojos, con su mano estirada tomó del mentón a aquel personaje tan delicado y lo besó.
-Min Ho... -dijo separándose- bienvenido a la eternidad.
Fin
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Habitación 1408 - 2Min
FanficChoi Min Ho es un escritor que ha perdido toda gracia de inspiración. Abrumado por la incontinencia del tabaco visita un burdel para saciar sus deseos carnales y desmentir, como otras veces, un mito urbano de carácter paranormal. En el lugar tendrá...