Empaque todos mis libros,
sin menor cautela,
repase la lista de cosas.
Millones de veces.
No falta nada.
La caja afuera de mi apartamente estaba llena.
Repleta de recuerdos.
Y de sueños.
Tú saliste y te posaste sobre el umbral de tu puerta.
Tus ojos celestes reclamaban alegría.
Estaban tan tristes.
Dios, hasta quize llorar contigo.
No me dijiste adiós.
Yo tampoco te dije adiós.
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Ojos azules
Teen Fiction¿Sabes por qué el cielo es tan gris? Porque todo el azul se ha quedado en tus ojos.