Décimocuarta carta.

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Una caja de recuerdos

había vida en cada intento,

de escuchar el compás.

Ya es un clásico oír tu tristeza

o tu aliento aquí detrás.

Un desorden milimétrico

me acerca a tu lugar,

aquella vista panorámica que haces de la ciudad.

Es algo trágico jugar con los recuerdos,

y escuchar nuestra soledad.

Llantos de invierno,

rompiendo su silencio,

promesas de hielo,

testigos de este entierro.

Fue tan largo tu duelo

que hasta al final;

casi lo confundo con mi hogar.

Ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora