La playa

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Era un día soleado e ideal para ir de viaje. Un día perfecto para derretir un poco el hielo que se forma en los corazones frágiles, traspasando el calor del amor. En un lugar de París, Zoe, una rubia emocionada, abrazaba a su hermana.

- ¡Quiero que seas mi madrina! - exclamó Zoe. - Necesito escoger mi vestido, y no hay nadie con mejor estilo que tú.

- Obviamente, pero... ¡Cuéntame todo! - respondió Chloe, intrigada.

- Ahh, fue un sueño... ya sabes, con su tema de los conciertos. Me dedicó una canción y me hizo subir al escenario. Me cantó una linda melodía, y la verdad es que no me esperaba ese desenlace - suspiró Zoe, con una sonrisa. - Fue tan romántico que no pude evitarlo, y sin dudar le dije que sí.

Chloe, en su interior, estaba mal. Aquel chico con el que su hermana estaba comprometida había sido su más grande amor en el pasado. Pero eso quedaba atrás, y su hermana estaba feliz. No quería arruinarlo. Él también lo estaba, y sería ilógico estropear esa felicidad.

"No te pongas así por él", se repetía Chloe en su mente. No podía estar toda la vida enamorada de Luka. Tenía que continuar sin él.

Aunque la verdad era que estaba feliz. Su hermana se iba a casar con un gran chico, y ella lo sabía.

- Me alegra mucho, Zoe. Es un gran chico, no lo dejes ir - dijo Chloe.

- Nunca lo dejaré ir. Lo amo y quiero estar con él por el resto de mi vida - Zoe le pasó una invitación. - Aparentemente, ya venía preparado y había hecho invitaciones. Esta es la más elegante, solo para ti... y mira - mostró una carta. - Alguien me entregó esto. Es una invitación a la playa con todo pagado, y es para ti. Alguien te invitó a un viaje especial, ¿eh?

- Ay, por favor, Zoe. ¿Quién te dio esto?

- Emm, no lo sé. Solo me dijo que te la diera - mencionó Zoe, guiñándole el ojo.

- No tengo idea de quién mandó esto, y si me secuestran... - Chloe actuó de manera dramática, sacando una risa a su hermana. - Bueno, en ese caso, se la daré a Marinette. Quizás ella lo disfrute más.

Pásamela- dijo quitándosela - gracias por el comunicado cupido, cuídate y... Felicidades.

Chloe, después de recibir la misteriosa invitación, se despidió de su hermana y se dirigió a su departamento. Al día siguiente, en el aeropuerto, esperaba su vuelo hacia Marsella. Al llegar a su destino, descendió del avión y admiró el hermoso lugar. Una limusina negra la esperaba afuera, y el conductor abrió la puerta para que entrara.

En un abrir y cerrar de ojos, Chloe se encontraba en el "Intercontinental Marseille - Hotel Dieu", un lujoso hotel de cinco estrellas. Según la carta, tenía una reserva por tres días. Se acomodó en su habitación, esperando si la persona secreta que la había invitado aparecería.

El tiempo pasaba, y el cansancio se hacía presente. Chloe se recostó en la lujosa cama, cerró los ojos e intentó dormir. Sin embargo, unos golpes en la puerta la sobresaltaron. Pensó que era uno de los empleados que venía a darle indicaciones, pero al abrir la puerta, se encontró con una sorpresa inesperada: el prometido de su hermana estaba allí. El corazón de Chloe dio un vuelco mientras lo miraba, sin saber qué decir.

¿Por qué él la había invitado? ¿Qué pretendía? No tenía sentido.

- Couffaine, ¿qué haces aquí? - preguntó Chloe.

- Lamento todo esto, pero era la única manera de que pudiéramos vernos - dijo Luka, apenado.

- ¿Por qué me trajiste aquí? - Chloe procesó lo que iba a decir. - En el pasado, este lugar era especial para mí. ¿Por qué todo esto simplemente para verme? ¿Juegas con mi hermana? Responde.

- Calma, te explicaré todo - Luka vio cómo Chloe se sentaba en la cama. Cerró la puerta e hizo lo mismo. Comenzó a hablar. - Mira, Chloe, supongo que Zoé ya te contó lo que pasó. Bueno, quiero que sepas que la amo y que soy incapaz de hacerle daño. Por supuesto que no juego con ella. La razón por la que te necesitaba era para hablar.

Chloe quedó confundida. - ¿Hablar? ¿Solo eso? - dijo incrédula. - ¿Todo esto solo para hablar? Eres un tonto.

- Era necesario. Necesitaba privacidad y un lugar donde los paparazzi no supieran dónde estaríamos. Además, crearían rumores, y no quiero que afecten mi compromiso - explicó Luka, mirándola fijamente. - ¿Entiendes?

Chloe, con una expresión seria, le exigió a Luka que revelara el motivo de su encuentro.

- Dime ya qué quieres hablar, Couffaine - dijo con firmeza.

Luka tomó sus manos y confesó: - Te quiero. Pero ya te superé y seguí adelante. Estoy comprometido, y sé que tú aún me amas. No quiero herirte porque es tu hermana a la que amo. Con ella quiero pasar el resto de mis días, y mi corazón ya decidió. Sin embargo, mi mente me decía que debía hablar contigo. Fuiste la primera persona a la que entregué mi corazón de verdad, la que amé con intensidad. Pero a veces las cosas no están destinadas a ser, y no lo tomaste muy bien. Te resignaste a vivir tu vida, siempre encerrada en esa burbuja de amargura. Me sentía culpable. Por eso, vi necesario este encuentro para poder decir todo lo que nos faltó aquella última noche.

Chloe estaba aturdida. - Couffaine, yo... no sé qué decir.

- Espera, yo quiero comenzar - Luka soltó sus manos y la miró fijamente a los ojos. - Chloe, sé que esperabas un día en el que yo llegara a tu puerta y te dijera cuánto te amaba. Sé que anhelabas esos besos que te robaban suspiros mientras dormías. Sé que te ilusioné, y también sé que te herí al saber que estaba con tu hermana. Pero quiero que me mires. Quiero que me digas lo que sientes y que saques todo, no dejes nada por dentro. Expúlsalo. Lo que menos quiero el día de mi boda es verte con esa cara de sufrimiento, deseando algo que no podrás tener. Solo quiero que seas feliz, Chloe. Yo soy feliz, pero ¿tú? - terminó acercándose a la rubia.

Chloe lo miró y titubeó. - Yo... - lo observó - yo... Couffaine, deja de hacerme esto - dijo, alejándose del chico. - Solo quiero que Zoé sea feliz, y si es contigo, no puedo hacer nada al respecto.

La tensión en la habitación era palpable mientras Luka Couffaine sostenía el mentón de Chloe, forzándola a mirarlo. La pregunta resonó en el aire:

- ¿Eres feliz?

Chloe, con los ojos entrecerrados, respondió con un simple "no". Luka se alejó de ella y se dirigió hacia la puerta.

- Eres de pocas palabras, siempre lo fuiste a la hora de la verdad - dijo, mirándola de reojo. - En verdad espero que algún día encuentres tu felicidad.

Abrió la puerta y continuó: - Disfruta de tu estadía y que la playa aclare tu mente. Te regalo esto como último aniversario. Y que el calor del amor derrita ese frío corazón, mi reina. Nos vemos en mi boda.

Con un portazo, Luka se fue. Chloe cerró los ojos, luchando por contener las lágrimas. Ya no había oportunidad para ellos, pero la vida seguía. Se trataba de vivirla y no quedarse atrapada en el pasado.

"Hasta pronto, cuñado", pensó. "Sé feliz... Yo también lo seré."

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Espero les este gustando la idea

No tengo sueño asi que estoy de inspireichion

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(Este capitulo está editado)

EMBRIAGADOS DE AMOR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora