Redención

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"Se puede hacer mucho con el odio,

pero aún más con el amor".

-Shakespeare-

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La brisa matutina acariciaba el horizonte. El sol se ocultaba tras los tejados, pintando el cielo con fulgor. Luka vestía de negro, como si el luto fuera su única compañía.

El espejo reflejaba a un hombre irreconocible. Sus ojos, una vez llenos de esperanza, ahora estaban nublados por la tristeza y la ira. ¿Cómo podía amar a alguien que había causado tanto dolor? ¿Cómo podía odiarla y, al mismo tiempo, anhelar su redención?

Marinette, su dulce melodía, yacía inerte en aquel baúl. Los recuerdos de su risa, su ternura, se aferraban a su mente como espinas. ¿Cómo podía vengar a su amada sin perderse en la oscuridad?

El río de emociones fluía sin control. El odio, como un ciclón, amenazaba con arrastrarlo. Pero también estaba el amor, más fuerte que nunca. Recordaba los momentos compartidos con Marinette. ¿Podía encontrar el camino en el amor?

Fue en un suspiro que Luka decidió su destino. No podía dejar que el odio lo consumiera por completo. Chloe, su némesis, era la clave. Debía enfrentarla, no solo por Marinette, sino también por sí mismo. En ese enfrentamiento, tal vez encontraría la paz o la perdición definitiva.

Así, vestido de negro y con el corazón en un puño, Luka se adentró en las sombras de París. El atardecer lo envolvía, y la brisa matutina se desvanecía. La lucha interna continuaba, pero una cosa era segura: el amor y el odio eran dos caras de la misma moneda, y él estaba dispuesto a apostar todo por su princesa perdida.

Luka y Chloé, con sus corazones cargados de pasado y sus almas enredadas en una danza incierta, se encontraron en la oscuridad de París. Sus miradas se cruzaron, y en ese instante, el mundo pareció detenerse.

Chloé, con su orgullo intacto y su armadura de indiferencia, no esperaba ver a Luka allí. Pero él no la miró con odio ni con deseos de venganza. En cambio, extendió la mano hacia ella, como si ofreciera una tregua en medio de la tormenta.

"¿Qué haces aquí?", preguntó Chloé, su voz cargada de sorpresa y desafío. Pero Luka no respondió con palabras hirientes. En lugar de eso, sus ojos reflejaban una mezcla de dolor y determinación.

"No más odio", dijo Luka con voz firme.

Chloé parpadeó, confundida. ¿Cómo podía alguien perdonarte después de todo lo que habías hecho? ¿Cómo podía él, el hombre cuyo corazón había sido destrozado por su mano, ofrecerle algo tan inesperado?

Pero Luka no esperó su respuesta. En cambio, tomó su mano y la atrajo hacia sí. Los dos estaban atrapados en un abrazo incierto, como dos náufragos en medio de un mar tormentoso.

El destino de ambos estaba en juego. ¿Podrían sanar sus heridas juntos o se hundirían aún más en la oscuridad?

En ese momento, mientras sus dedos se entrelazaban, Luka sintió que había elegido el camino correcto.

Después de ese abrazo incierto, se encontraron en un punto de no retorno. Sus manos seguían entrelazadas, y el mundo parecía reducirse a ellos dos en medio de la penumbra.

Chloé, con sus ojos llenos de interrogantes, buscó respuestas en el rostro de Luka. ¿Por qué él la perdonaba? ¿Cómo podía ofrecerle amor después de todo lo que había hecho?

Luka, con la determinación de quien ha elegido su camino, habló en voz baja pero firme: "Te perdono".

Ella parpadeó, incapaz de comprender completamente sus palabras. Pero algo en su interior se removió. El odio que había alimentado durante tanto tiempo parecía menos feroz en comparación con la luz que Luka irradiaba.

"No merezco tu perdón", murmuró Chloé, luchando contra las lágrimas. "He causado tanto dolor".

Luka la miró con compasión. "Todos cometemos errores, Chloé. Incluso tú. Pero también podemos elegir cambiar, sanar y encontrar la redención".

"¿Cómo puedes ser tan bueno?, deje morir a Marinette y esto es lo que me dices" dijo con un murmullo.

Luka sostuvo su rostro entre sus manos, mirándola con intensidad. "Porque el amor no se mide por los errores del pasado, sino por la capacidad de transformar el presente. Marinette vive en nuestros recuerdos y en la esperanza de un futuro mejor".

Chloé tembló. "¿Y si no puedo cambiar? ¿Y si soy irredimible?"

"Entonces cambiaremos juntos", afirmó Luka. "No estás sola en esto. Yo también tengo mis demonios, mis heridas. Pero juntos, podemos sanar".

En ese momento, mientras sus dedos seguían entrelazados, sintió que era lo correcto. Juntos, enfrentarían su pasado y construirían un futuro donde la redención floreciera como una flor en medio de la penumbra.

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ME LA FUME 🤑

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⏰ Última actualización: Mar 18 ⏰

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