CAPÍTULO VI

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Con Massimo decidimos darnos un día de descanso, por lo que nos levantamos a las 10.30 de la mañana. Luego de un baño para recuperar energías y una pequeña discusión con Massimo por querer llevar la misma ropa por cuarta vez, salimos a explorar. Por lo tanto nada de Kishibe Rohan ni de

Nuestra primera parada fue en una roca conocida como la Roca de Angelo, que tenía un aspecto grotesco, pero que la gente la tomaba como un punto de encuentro.

-¡Massimo! ¡Sacame una foto!- Imploré

Le di la camara, que aun la tenía bajo mi resguardo. Me coloqué al lado derecho de la Roca y levante el dedo pulgar derecho. Cuando senti el flash escuché un "Agios" proveniente de la roca. Me alejé por instinto y abracé a Massimo, quien me agarraba tratando de no dejarme caer.

-¡¿Escuchaste eso?!- Me preguntó Massimo.

-¡¿Que fue?!-

Lo solté y di un suspiro mirando asustada a la roca, la cual, si se observa con detenimiento, se puede apreciar un rostro humano.

-Perturbador- Comentó Massimo antes de irnos. Asentí dandole la razon

El rubio sacaba de fotos de las tiendas por las que pasabamos, le pedí que por favor no sacara fotos ni a las casas ni a las personas, ya que no quería meterme en problemas. En Morioh hay de todo, yo creo que si seguimos caminando podríamos llegar a un restaurante italiano.

-¿Y si vamos al cementerio?- Propuso mi compañero.

-¿A quien quieres ver?- Pregunté levantando una ceja.

-Pues a sacar fotos, y en una de esas poder captar a un fantasma-

-Massimo- Frené mi paso y estiré mis brazos -Los fantasmas no existen-

-Oh vamos, no seas así- Negué con la cabeza reanudando mi paso. -Es importante para mí-

-¿Importante? Tienes que ser mas racional, nada de eso existe-

Clavé mi vista en una tienda que llamó mucho la atención. Tropecé, Massimo agarró mi brazo derecho y pisó sin querer una de mis botas especiales. Pero me importaba en absoluto, aquello que veían mis ojos era simplemente una luz que hacia no despegar los ojos.

-Mira eso- Apunté con mi dedo indíce izquierdo el lugar-

-¿Qué cosa-

-¡Eso!-

-¡¿Que cosa es eso?!-

Rodeé lo ojos ya cansada del sciocco de Massimo. Tomé su cara con mi mano derecha y la moví hacia el centro. El rubio miraba hacia el cerro.

-¡Oh por dios!- Dijo embobado -¡Es hermoso!-

-¿Qué estamos esperando?-

Apresuré mi paso y abrí la puerta del local Trattoria Trussardi. ¡Por dios! es como estar en Italia.

-¡Huele a Italia!-

-No seas ridiculo, Massimo-

-Buon giorno- Dijo una tercera voz. (Buenos días)

Giramos la cabeza al mismo tiempo. Un hombre alto y rubio vestido de chef nos sonreía amablemente. Fruncí un poco el ceño, este hombre es tan familiar.

-¡Sei italiano!- Dije sin pensar. Alcé mis brazos alegres. (¡Eres italiano!)

-Lo sein anche tu- Dijo asombrado con sus ojos azules levemente abiertos (Ustedes también lo son) -¡Benvenuto!- (Bienvenidos)

Nos agarró la mano y luego nos saludó a ambos con dos besos en la mejilla que aceptamos gustosos.

-Siediti per favore- Me ofreció la silla como todo un caballero (Tomen asiento, por favor) -¿Como si chiamano? Gentiluomo e bella signora- (¿Cómo se llaman? Caballero y bella señorita)

Open Your Heart, Kishibe Rohan ¡ACTUALIZANDO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora