Tus orbes cafeínas obtienen mi atención cada vez que nos encontramos, mi cordura amenaza con ser expandida por tus facciones delicadas y aspecto dominante, la necesidad de tenerte a mi lado inunda mis emociones provocando que un sentimiento en mi se...
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-¿Bakugou-kun?- musitó la castaña con tranquilidad, apoyando temerosamente el hombro del nombrado con uno de sus delicados dedos- ¿Te encuentras bien?-preguntó angustiosa-.
Se preocupo aún más, cuando no recibió respuesta alguna del contrario y sólo su respiración agitada se hacía resonar en aquel desolado pasillo, formando un sepulcral silencio.
Uraraka dio un pequeño espasmo, cuando el rubio alzó la mirada abruptamente, su vista saltaba de rincón en rincon en cada uno de sus facciones desesperado como si se serciorara de algo, pero está de inmediato se suaviso, calmando a la castaña.
El rubio simplemente se limitó a acariciar las cortas hebras castañas de la menor con ternura, como si en cualquier momento está se quebrantaria, se detuvo unos instantes titubeando tomó la mano agena y la llevó a su pecho mantenía un semblante hido y abrumado, la castaña ante el tacto áspero de la mano contraria se sorprendió, sentía el débil latido de este punzar en su palma.
Los sentimientos de Bakugou estaban al límite y los de ella no se quedaban atrás.
-¿Qué es esto cara de angel? ¿Por qué me duele? ¿Por qué me duele cuando hablas con otros chicos? ¿Por qué duele que tus miradas no son para mí? El corazón se me acelera cuando pienso en ti, cuando sonríes también soy feliz aún que no sea por mi- saco a flote esas palabras descompasadamente como si al decirlas su garganta ardiera y que estas por mucho tiempo hayan permanecido acorraladas y reprimidas esperando el momento justo para estallar, hundiendo su rostro en el hombro de la castaña soltó un Suspiro- se que diré algo egoísta pero! Al carajo!¡ Me importa una mierda! .. Quiero tenerte toda para mi, para que me sonrías, me mires a mi y solo a mi, lo se... soy un puto repulsivo ¿no?- ahogó esto en una mueca de dolor-.
Ni siquiera él sabía como es que estos sentimientos de egoísmo y la necesidad de poseer completamente a la castaña habían surgido tan retorcidamente de la nada.
-B-Baku..-.
-Me odio por no tener la maldita capacidad de odiarte e ignorarte como a los demás extras, atraes mi atención como un puto insecto hacia la luz, mierda.. - mencionó tomando por lo hombros a la morena y alejandola- ¡maldita sea! ¿como puedo olvidar esta basura? -apreto su pecho con amargura tratando de sacarse aquel sentimiento o al menos apasiguarlo-... ¿Qué.. que es lo que piensas sobre esto?-.
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Uraraka estaba desconsertada parecia perder el hilo de la situación extendiéndose más lejos de lo que ella pudiese imaginar, todo esto pasaba tan rápido ante sus ojos que apenas podía procesarlo, su corazón agitado parecía que estallaria como una bomba, no sabe cuanto tiempo pasó craneando la manera de decir sus sentimientos que al igual que a los del rubio eran emociones desconocidas y confusas, las palabras se le estancaban en la garganta incapaz de expresar su cometido, ante todo fue su sorpresa, cuando simplemente vio la espalda del chico abarcar su campo de visión y alejarse por el pasillo con pasos descompasados.
