Capítulo 6

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Después de salir del club, pase por el edificio de Nat, pero vi sus luces apagadas, por lo cual preferí irme a mi casa y hablar con ella el día de mañana a primera hora.

Llegue a mi departamento y me fui directamente al bar para sacar un vaso y servirme un poco de whisky.

Camine con mi vaso en la mano y me senté en mi sofá favorito, frente a él estaba la foto que nos tomamos Nat y yo en mi graduación de la Universidad. La tomé desde la mesa de centro y deje el vaso que aun no había tomado nada. Acaricie el rostro de ella en la foto pensando en aquel día, se veía tan bonita.

Deje la foto en la mesa y tomé mi vaso llevándolo a mis labios y bebiendo el contenido de una vez. Pensar en Natasha hace que mi corazón se acelere y me hace recordar de aquella noche que estuvimos juntos. Cierro mis ojos y tiro mi cabeza hacia atrás, cada vez que pienso en eso, los recuerdos se van intensificando y siento que si estiro el brazo, mi mano rozara su suave piel. Recuerdo como trace su tatuaje de mariposa, el cual llevaba a su más dulce miel.

Abrí los ojos y mire a mi entrepierna que tan solo pensar en Nat se había levantado como si fuera una tienda de campaña.

Me levanté del sofá y me fui al baño de mi habitación, me quite la ropa y solo sentir el roce de mis bóxer al bajarlo hizo que mi erección se pusiera mas dura. Me metí a la ducha y aunque intente bajarlo con agua fría, termine masturbándome pensando en Nat. Luego, ya algo saciado, me sequé y me acosté, mañana sería un día difícil, en especial para mi dulce Nat. Se siente bien decir "Mi" Nat, sonrío y mientras seguía pensando en ello, me quedé dormido.

Desperté de una horrible pesadilla, donde Nat lloraba y me pedía perdón por no ser fuerte. Ella estaba mirándome desde el balcón de su piso y de pronto ella se lanzaba al vacío y yo no podía hacer nada.

Con una sensación amarga, vi la hora y era las 5:50, Nat se levantaría pronto y tenía que hablar con ella. Me levanté y me metí a la ducha para quitarme el sudor que me había provocado la pesadilla.

Luego de 30 minutos, salí de mi piso rumbo a tomar mi auto e ir al departamento de Nat, con suerte ella ya estaría lo suficiente despierta para asimilar lo que tenía que decirle, aunque ni yo me lo creo.

Al llegar al edificio de Nat, saludo al Sr. Fernández, quien llevaba trabajando desde que Nat se mudo aquí hace 5 años.

Esta vez decidí subir por la escalera los cinco pisos, ya que aun tengo una mala sensación de la pesadilla.

Al llegar a su departamento golpee la puerta, ya que solo faltan diez minutos para las siete de la mañana y ella a las 6:30 am ya estaba en pie, pero después de varios llamados a su puerta y ver que ella no abre la puerta comencé con la preocupación.

Baje nuevamente a consultarle al portero si ella ya había salido, pero al ver que negaba volví a subir, esta vez por el ascensor y comencé esta vez a golpear nuevamente la puerta y a gritar su nombre hasta que sentí movimientos del otro lado de la puerta.

Cuando Nat al fin abrió la puerta, ella salió corriendo a su habitación, dejándome con la palabra en la boca. Corrí detrás de ella cerrando la puerta de un golpe, pero ella entró en su habitación y me cerró la puerta en la cara.

Trate de abrirla pero está había sido cerrada con llave.

-Nat abre la puerta- golpeando la puerta -¡Nat!

En vista que ella no me abría y que ahora además la escuchaba sus sollozos, la desesperación se hizo parte de mí y sin pensar mucho más, di unos pasos hacia atrás y tomando un poco de fuerza, golpeé la puerta con mi cuerpo abriéndola de golpe llevándome de paso la cerradura.

Mi mejor Opción©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora