Capítulo 4

11 1 0
                                    

Volverla a besar es mucho mejor de lo que recuerdo. Es como tener el cielo en mi manos otra vez.

-Esto no debe pasar - dijo Nat terminando el beso- yo aún estoy con Alan.

Nat terminó de separarse mí, y aunque el cobertizo era pequeño, la sentí muy lejos de mí, algo que me cuesta asumir.

-Nat - tomo su rostro entre mis manos y mirándola fijamente- él no es para ti, él no te merece.

-Alan me dijo la razón por la que estuvo ausente y distante.

-Mierda Nat - la suelto y llevo mis manos a mi cara frustrado- como le puedes creer?

-Es cosa mía - me dice abrazándose- y por lo demás es mi problema.

-Nat, toda tú eres MI problema - recalcando- independiente de lo que pasó, siempre velo y velaré por ti.

La tome nuevamente y la besé, aún sin saber con certeza que quería decirle. Confundido termino el beso y salgo del cobertizo dejando a Nat en el.

Al volver a la casa, Alan me miraba con cara de molestia, pase de largo sin darle importancia, en realidad no me importaba como me mirara, por mi que desapareciera.

Fui hasta donde estaba mi padre, el hermano y el papá de Nat, tomé una cerveza. Nos pusimos a conversar de los partidos de hockey de la temporada.

Vi que Nat volvía y Alan se la acercó a ella llevándosela a la cocina.

-¿Nick a quien le vas a apostar?

Volví a mirar al grupo sin saber a ciencia a cierta quien me había preguntado.

-Nick, amigo que te pasa - Max me golpea en el hombro - estás en la luna.

-No nada, cosas - levanto mis hombros restándole importancia- ¿a quien le vas a apostar?

-Obviamente me voy por los Islander -Dice levantando su cerveza - el mejor equipo de New York.

-Amigo ni lo sueñes - bebo un trago- los Rangers ganaran esta temporada.

-Ya quisieras -comenta Max.

-¿Hijo cuánto vas a apostar? yo voy con 100 por los Ranger- me dice mi Padre.

-Papá yo con lo mismo.

-Nick, estas muy confiado... - Max ríe moviendo la cabeza - papá mira vamos a ganar 200.

-Hijo, tu sabes que los Islander ganaran - dije el papá de Nat- así que haremos una barbacoa con esos 200 dólares para que lloren con un buen filete y una buenas cervezas.

-Amigo - dice mi padre- lamentaré mucho tu decepción cuando veas a los Rangers barrer el hielo con los Islanders.

Estaba tan centrada en la "discusión", que por cierto es la misma de todos los años, que no me di cuenta cuando Nat y Alán se estaban despidiendo. Note que Alán no le quitaba la mano de la muñeca de Nat, y por la cara de ella se notaba que estaba ejerciendo presión.

No dude y me acerque a ellos.

-¿Algún problema Nat?- dije mirando los ojos de Nat.

-No ninguno - respondió Alan- Nat está cansada e iré a dejarla a su departamento.

-¿Nat estás bien?- le pregunté pero Alán nuevamente respondió por ella.

-Solo es cansancio.

Nat no quiso mirarme, algo muy extraño.

Terminaron de despedirse del resto de la familia de Nat y de la mía y se fueron.

Después de que Nat se fuera, no fui capaz de concentrarme en nada, y aludiendo cansancio ya que era jueves, me despedí de todo el mundo.

Pero mientras iba a mi departamento, no pude evitar desviarme hasta el edificio de Nat. Dude un minuto en bajarme e ir a verla, pero mientras estaba pensando si bajarme o no, vi como salía Alán y por lo visto muy molesto. Se subió a su auto y se marchó de ahí.

Recordé lo que le había dicho a Nat, que este hombre no era lo que decía ser, y decidí en último momento seguirlo.

Lo seguí por alrededor de 20 minutos hasta que se estacionó frente a un club, se bajó y entró en el.

Lo sorprendente es que al bajarme, me doy cuenta que era un club de strippers.

No dude un minuto y entre, busqué un rincón oscuro y comencé mi búsqueda, la cual no demoró mucho. Alán estaba con una chica en sus brazos mientras la besaba.

-¿Te sirvo algo guapo?- me dijo una camarera.

-Si, tráeme una cerveza por favor.

-Aquí tienes- me dijo la camarera que volvió en menos de un minuto - se llama Alán.

-¿Perdón?- dejé de mirar al idiota y fije la vista en la chica.

-El tipo que miras se llama Alán- se encogió de hombros- la chica con la que está se llama Juliette.

La mire confundido pero antes de preguntar ella comenzó a decirme todo lo que necesitaba saber.

-Él viene todas las noches desde hace 3 meses y desde ese entonces está con Juliette de manera exclusiva.

-¿Cuando dices que está, te refieres a una relación?- la chica asintió.

-¿Por qué me dices esto?- le pregunté a la chica mientras tomaba un sorbo de la cerveza.

-Juliette se enamoró de él-se dio vuelta a mirar a la chica y soltó un largo suspiro - ella es mi hermana pero sé que él no es bueno. Hace unos meses le había regalado un collar de una mariposa de oro blanco, pero se lo pidió porque se estaba quedando sin dinero y además tenía que calmar a su novia. Pues ella era una buena fuente de ingreso.

Sabía que este tipo estaba escondiendo algo, nunca estaba con ella y la dejó muchas veces plantada. La ira comenzó a fluir en las venas y comencé a apretar la botella sin darme cuenta.

-Guapo, cálmate- me dijo la camarera.

-Ese maldito hijo de perra.

-Es lo mismo que le digo a mi hermana, pero no me hace caso.

-Ese maldito es el novio de mi amiga.

-Supuse que lo seguías desde que entraste - un hombre llamó a la chica- me tengo que ir pero en 5 minutos ellos irán al privado. Síguelos y grábalo.

-¿Porque me ayudas?

-Porque desde que apareció, mi hermana dejó de ser la chica dulce, ella solo atendía mesas, pero con tal de darle dinero ha comenzado a hacer privados - la chica apretó sus manos - mi hermana se perdió por él.

La chica se fue, pero mi rabia comenzó a fluir de una manera que apenas podía controlar. Este tipo nunca me dio confianza, pero llegar a engañar a Nat, a la mujer más dulce y buena no puedo soportarlo. Yo no he sido un santo pero jamás he engañado a una mujer.

A los 5 minutos Alán y la chica se levantaron y se dirigieron a un pasillo. Me levanté y fui hasta allá. El guardia al verme me dejó pasar y me dijo que era el segundo cuarto. Creo que la chica le había avisado.

Eran 5 privados y solo el segundo estaba cerrado. Abrí lentamente la puerta y para mi suerte, el pequeño ángulo me permitió verlos mientras estaban acostados. Saque mi celular y comencé a grabar.

No fueron necesarios las palabras, con esto decía todo. Grabé hasta que estos terminaron y me dio asco ver todo lo que este hombre le hacía a la chica y espero que jamás se lo hubiera hecho a Nat.

Ahora con pruebas, le puedo demostrar a Nat que este hombre nunca se la mereció.

Con el vídeo listo, le di una propina al guardia. Busque a la chica y pague mi cerveza, le di una propina y me fui del local.

Mi mejor Opción©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora