Hip | JaeDo

He doesn't care; it's just action.

Al día siguiente, el profesor Doyoung no se presentó en las clases de la academia. Un sentimiento de ¿tristeza? se apoderó de mí. Estaba un poco decepcionado — bastante. En todo el día no perdía la esperanza de verle, pero simplemente transcurrió todo con normalidad, como si nadie se acordase de él. Pero él no quería salir de mi cabeza.

— ¡Jaehyun! ¿Otra vez soñando despierto?

— No estoy soñando despierto Yuta... — Yuta era de mis amigos más cercanos durante mi estadía en la academia. Era amable y extrovertido, y tenía linda sonrisa. Muy simpático, por lo que era el crush de más de medio mundo y se llevaba bien con todos. Pónganlo con una piedra y ésta empezará a hablar y a socializar. Y posiblemente a sonreír. 

— ¿Y por qué tienes cara de perrito abandonado? — Mencionó ladeando su cabeza. Yo sólo reí por el gesto.

— Es que; ¡ugh! — Bufé de la frustración. — ¿Te acuerdas del profesor de ayer?

— ¿El que estaba de diez? Cómo no hacerlo, es la cosa más sexy y linda que haya visto en mucho tiempo.

— ¡Oye! — Fruncí mis labios. — No hables así de él. Al menos no frente a mí. — Susurré lo último, con mis mejillas tornándose en un ligero torno carmesí.

Yuta soltó una risita. — ¿Apenas lo viste ayer y ya caíste? Es la primera vez que te veo así por alguien. Bueno, en general no te interesa nadie; siempre ves a todos con cara de muerte.

Solté una sonrisa tímida. — ¿Qué diablos hablas? Sólo me aparece algo atractivo, no es como si le fuese a pedir matrimonio. — Hablé cruzando dos dedos detrás de mi espalda, el matrimonio no todavía. Tal vez después. — De todas maneras, tú tampoco parecías indiferente. ¿Qué opinas de él?

— Parece una persona interesante cuanto menos. Y atractivo sin duda es. Pero no es como que tengas que preocuparte por mí. ¡No le quitaría el novio a nuestro Jaehyunnie! — Rió juguetonamente. 

— Que no es mi novio. — Dije frunciendo mis labios. Pero el sonrojo y la idea de que fuera mi novio no desaparecían de mi cabeza. Creo que sí estoy perdido.

— Además, a mí ya me interesa alguien más. — Desvió su mirada a su reloj. — ¡Mira la hora! Yo me voy. Hasta luego. — Caminó hacia la puerta.

— Espera. Espera. ¿Cómo que ya te interesa alguien? ¿Quién es ese alguien y por qué yo no sabía?

— Vamos Jaehyun, no seas así. Apenas descubrí que me gusta, no necesito que me den más cosas que pensar. Me entra fácil la ansiedad.

— Muchas cosas te entran fácil Yuta. ¡Ahora dime!

Yuta me miró con incredulidad. Simplemente rodó los ojos — Ten buenas noches. — Aceleró su paso haciendo que le perdiera de vista una vez dejó el establecimiento.

— Que era una broma Yuta. ¡No me dejes solito! 

— Yo también te hubiese dejado solito si me dices tal patanería. — Unas palabras se deslizaron a través de una lengua ajena que definitivamente no era Yuta; dicho aire impactó en mi nuca. Sentí un escalofrío y me volteé rápidamente. Mi mandíbula cedió unos centímetros al ver de quién se trataba. — ... ¿Viste un fantasma o? — Puso mi mandíbula en su lugar con un suave toque de su mano.

— ¡Profesor Doyoung! — Tomé su muñeca y la encerré al rededor de mi palma. Él se veía sorprendido. Yo no lo estaba menos que él. 

— Yo también me alegro de verte, Jaehyunnie, ¿pero podrías soltarme? — Sus ojitos se desplazaron y miraban sus zapatillas como si fueran lo más interesante del universo. Mejillas delatando su estado de timidez.

— No quiero. ¿Qué hago si me deja solito? — Dije un tanto socarrón; con mis mejores ojos de perrito. Aproveché de mirarlo. Lucía deslumbrante como siempre, ahora cargaba un suéter color lila de gran tamaño que abrazaba débilmente su delgado cuerpecito, cubriéndole hasta por encima de los muslos; que se encontraban expuestos debido al short hasta la cintura que utilizaba. Se veía tan frágil y hermoso, que inmediatamente volví a sonrojarme.

— Pues tan sólo deberías buscar a ese otro chico con el que andabas, Jaehyunnie.

— Le aseguro que no es lo que piensa.

Él sólo soltó una carcajada suave. Se deslizó con éxito a través de mis oídos y mi corazón aceleró. Qué melodía tan encantadora. — ¿Y qué es lo que pienso? — Dijo con una sonrisita que mostraba su dentadura tan perfecta y tierna; entrecerrando sus ojos.

— No lo sé. — Reí, mostrando mis hoyuelos. — Pero si tiene que ver con Yuta y yo, definitivamente te equivocas. Somos simplemente amigos. — Intenté sostener su mirada. Doyoung hizo una mueca un tanto graciosa y adorable con sus labios.

— Te creo. Pero de todas maneras estás cortando la circulación de mi brazo. — Sus cejas se juntaron y crearon la ilusión de ser una sola. Se veían tan suaves y rectas que fue imposible no mirar por mucho tiempo como el tonto que soy. — Si eres tan amable, ¿me liberas de tu agarre? Prometo no irme a ningún lado.

— Hmm, tu propuesta no suena muy creíble. Hoy no viniste a la clase. ¿Cómo esperas que tenga fe en ti? — Descaradamente hice un puchero.

— Podemos discutirlo si quieres. Sobre lo otro... — Por un momento pareció pensarlo, luego deslizó su mano tan suavemente de mi agarre que si no lo estuviera viendo hacerlo  y mi cuerpo no se estremeciese por el movimiento de nuestras pieles rozándose una con la otra ni me hubiese dado cuenta. Cuando fue libre, alzó su dedo meñique a la altura de mi mano que seguía en el aire y lo entrelazó con el mío. — Así puedes saber que no me iré a ningún lado. — Sonrío dulcemente. — ¡Ahora acompáñame! De verdad quiero hablar contigo. Hay un café cerca. ¿Quieres ir?

Asentí sin siquiera tener la oportunidad de pensarlo bien. Esto de que mi cuerpo reaccione antes que mis neuronas no puede ser demasiado bueno. Pero yo simplemente me encontraba tan feliz de sentir el cálido dedito de Doyoung enredarse con el mío, y sentir su embriagante aroma y su destellante sonrisa me hace sentir que somos los únicos en el mundo. Que tal vez, esa sonrisa era reservada para nadie más que yo.

— Eres tan lindo que no sé qué hacer.

Un sonrojo adornó sus mejillas y la punta de sus orejas, y yo sólo pude sonreír por su capacidad de ser tan adorable involuntariamente. — Simplemente vamos, Jae. — Dijo arrastrándome a la salida.