Surrender [TodoBaku +18] [FINALIZADA]

IX

-Ya llegamos -anuncia Endeavor.

Todos bajan del auto y se quedan de pie por un momento. Están en una calle que ya había sido evacuada, así que no hay nadie transitando.

No muy lejos se ve un brillo azulado, probablemente el fuego de Dabi.

-Shoto, Bakugo, ustedes irán por la derecha. Deku y yo iremos por la izquierda -dice Endeavor- deben estar siempre atentos porque al parecer Dabi no está solo.

Los tres chicos asienten. Se separan y can corriendo hacia algún lugar lo suficientemente cerca para ver al villano y lejos para que no los vea a ellos.

-¿Por qué no puedo usar mis explosiones para ir más rápido? -se queja Bakugo.

-Porque llamarías mucho la atención -le responde Todoroki.

El rubio frunce el ceño y continúa corriendo junto a su compañero. No tardan mucho en encontrar un lugar para observar a su enemigo.

Dabi se encuentra en medio de la calle, justo en una esquina donde convergen dos avenidas anchas. Está rodeado por una columna de fuego, pero no se mueve. Parece estar esperando algo ya que solo está ahí, de pie. Las únicas veces que se mueve es para evitar que algún héroe se le acerque.

-¿Tu hielo podrá apagar ese fuego? -pregunta Bakugo en voz baja.

-No lo creo, es muy poderoso -responde Todoroki mirándose la mano derecha.

-Hey, idiota, tú también eres muy fuerte -lo anima Bakugo tomando su mano.

Todoroki sonríe. Su compañero tiene razón, durante todo su paso por la UA entrenó y se hizo más fuerte. Logró dominar su fuego interior que tanto odiaba y logró que su hielo, ya increíble desde el inicio, se volviera aún mas peligroso. Y su cuerpo también se ha hecho más fuerte y resistente.

-No podemos enfrentarlo cara a cara. Esperaremos que Endeavor y Midoriya aparezcan para hacer cualquier movimiento. Y cuando necesiten protección, los cubriré -dice Shoto.

Bakugo asiente con la cabeza mientras sonríe de lado. No quería admitirlo y nunca lo haría, pero tenía claro que el poder de Todoroki era mayor que el suyo, aunque no por mucho. Y combinando sus quirk ambos podían llegar a ser invencibles.

-Excelente -murmuró el rubio con rabia- yo ya estoy más que listo para detener a ese bastardo de cara extraña que se atrevió a capturarme.

Aún no se soltaban las manos y no pensaban hacerlo hasta que fuera estrictamente necesario. Estaban atentos a todo movimiento, pero aún no aparecía su compañero ni su mentor. Probablemente ellos también estaban sopesando sus oportunidades, los pros y los contras de ir directamente sobre el villano y su peligroso fuego azul.

En un movimiento rápido, Bakugo le robó un corto beso al rojiblanco, que tuvo que suprimir una sonrisa. No era el momento para ponerse románticos, pero nunca estaba demás sentir el apoyo y cariño de aquel chico que lo hacía sentir tan especial y querido y al que también quería con todo su ser.

Estaban juntos en esto, como siempre, y harían que la misión fuera un éxito.