Surrender [TodoBaku +18] [FINALIZADA]

XXIV

La hora de visitas empieza a las 4 de la tarde, y Bakugo está en el pasillo, esperando que la enfermera lo deje pasar a la habitación de Todoroki. Ese día, Natsuo y Fuyumi también fueron a visitar a su hermano.

-Solo los familiares pueden ver al paciente -dice la enfermera al ver a los tres jóvenes.

-Ella y yo somos sus hermanos -dice Natsuo apuntando a la chica.

-Y yo soy su novio -dice Bakugo.

Ambos Todoroki lo miran con sorpresa. Ninguno de los dos sabía que el novio de su hermano menor era Bakugo.

-Déjelo entrar con nosotros, por favor -pide Fuyumi a la enfermera, a lo que la mujer asiente resignada y los deja pasar.

Los tres jóvenes entran a la habitación. Shoto está despierto y sentado en la camilla, aunque apoyado sobre varios almohadones. Fuyumi es la primera en acercarse y le toma la mano derecha.

-Estoy tan contenta, Shoto -le dice la chica con lágrimas en los ojos.

-Has mejorado muy rápido, hermano -comenta Natsuo con una sonrisa.

Shoto asiente con la cabeza, devolviéndole la sonrisa.

Bakugo se había quedado más atrás. No quiere interrumpir la pequeña reunión familiar.

-Oye, no nos habías contado que tu novio era este guapo -dice la chica guiñándole un ojo a su hermano menor- Eh, Bakugo, ven aquí.

El rubio se acerca y ve a Shoto ya con las mejillas rosadas y sin la manguera que lo ayudaba a respirar. Fuyumi le suelta la mano a su hermano para que Bakugo pudiera estar junto a él.

-Katsuki... -le dice el rojiblanco dándole una caricia en el rostro. Bakugo le toma la mano y la sostiene en su mejilla, sonriendo.

Shoto aún estaba débil, pero podía hablar frases cortas y hasta reír un poco. Estuvieron toda esa hora hablando sobre el noviazgo de ambos chicos. Los hermanos mayores de Shoto hicieron varias preguntas a Bakugo y él también les hacía algunas de vuelta. Hablaron de cosas superfluas y livianas, nada que tuviera que ver con la batalla. La hora pasó volando y llegó la enfermera para que saliera. Los tres se despidieron y Bakugo le prometió ir a verlo al día siguiente.

-Bakugo, ¿verdad? -le dice Natsuo al rubio mientras caminaban por los pasillos los tres juntos.

-Bakugo Katsuki, así es.

-Nos contaron que tú protegiste a mi hermano hasta el final -dice Fuyumi- gracias.

-Era lo que tenía que hacer. Como mi compañero y como mi novio no podía dejarlo.

-Serás un gran héroe algún día -le dice Natsuo colocándole una mano sobre el hombro.

Bakugo se sonrojó un poco y asintió con la cabeza.

-Tengo que ver a otra persona -dice el rubio.

Los tres se despiden y Bakugo gira por un pasillo hacia la Unidad de Cuidados Intensivos, donde Deku estaba internado.

-Jovencito, la hora de visitas terminó hace cinco minutos -le dice una enfermera.

-Lo sé. Solo quiero saber cómo se encuentra Dek... Midoriya Izuku. Por favor. Es mi amigo.

-Espérame un poco -le dice la enfermera, que se interna por una puerta.

A los pocos minutos sale acompañada de una mujer bajita de pelo verde. Era Inko, la madre de Deku.

-¡Katsuki-chan! -exclama la mujer yendo hacia Bakugo y tomándole ambas manos- gracias por venir a ver a mi hijo.

-¿Cómo está él? -preguntó el rubio sonrojándose un poco.