Firme como una roca.

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Transcurrieron aproximadamente cuatro años desde el incidente con la extraña entidad que logró adentrarse a la isla de manera misteriosa, las criaturas que habitaban en ésta, ya se encontraban al tanto de la situación, ya que el sabio no tuvo más opción de notificar lo sucedido para que no les tomara de sorpresa cualquier eventualidad. Para todos era muy extraño, principalmente para Morel, algo que le resultaba imposible de creer ya que ésta gozaba de un escudo de protección otorgado por la Diosa Artemisa, un regalo de su parte por no solo proteger las reliquias encomendadas sino a toda la isla, ya que este territorio era muy valioso para la Deidad, ésta la hacía invisible desde su exterior, con el fin de mantener a la raza de guerreros ocultos del resto del mundo. El territorio de ésta era muy extenso, con diversos tipos de clima que se podían notar a medida que se recorría su entorno, siendo ésta una tierra mágica que albergaba múltiples criaturas de tal origen.

Lo cierto es que durante esos cuatro años los Nahualys se mantuvieron alerta en todo momento, los entrenamientos comenzaron a ser una prioridad. Taikii ya era un Nahual un poco más maduro, con conocimiento de combate y un control básico en la manipulación de los elementos. Su abuelo se ocupó de enseñarle lo esencial en defensa, así como los principios de la magia.

Mientras tanto, Taikii se dirigía a practicar en las afueras de la arena de combate, donde el terreno era rocoso e ideal para que un joven practique sin causar problemas.

En esta oportunidad su maestro se trataba de nada más y nada menos que su nantsin (abuela) Kanami, una antigua guerrera de primera orden, llamados guerreros (Gueday), un rango de élite que solo pocos Nahualys, con una vasta experiencia en misiones y sabiduría, podían alcanzar.

Su vestimenta era similar a la de Morel, puesto que era considerada uno de los sabios de la tribu y consejera de Morel. En su cuello posaba un hermoso amuleto cubierto de pequeñas esmeraldas con un corazón de amatista en el centro. Su piel era un poco menos clara que la de su esposo, con un pelo largo canoso recogido y sujeto por un broche con una linda orquídea de cuarzo. (Cabe destacar que las mujeres de la tribu aprovechan sus habilidades magicas para esculpir sus amuletos y piedras hermosas).

Al llegar al sitio acordado los esperaban sus mejores amigos Vasily y Lars, quienes eran sus compañeros de aventuras y travesuras, así como de entrenamiento.

Vasily tenía la piel clara, con un cabello dorado que a menudo le gustaba raparse. Sus ojos eran de color verde claro y cuya estatura y físico resaltaba entre los tres.

Lars por su parte tenía el cabello castaño oscuro, sus ojos eran de color marrón y su piel era un poco menos clara que la de sus compañeros.

Taikii al verlos se emocionó por comenzar la jornada del día, puesto que lo que más disfrutaba era la compañía de sus amigos:

-Vaya, con que ya están aquí - dijo Taikii.

- Realmente no tenemos mucho tiempo de haber llegado, sabes que no es fácil despertar a Lars - respondió Vasily.

-Bueno, lo importante es que estoy aquí ¿no? Como sea, comencemos ya - dijo Lars

Taikii sonreía mientras escuchaba a sus amigos. Tanto Lars como Vasily se inclinaron bajando sus cabezas ante Kanami, como símbolo de respeto:

-Es un honor poder saludarla mi señora y aun más el poder aprender de usted.

Dijeron los jóvenes Nahuales con un profundo respeto y admiración:

-Gracias por el halago. Estoy segura de que serán unos fuertes guerreros con el tiempo -Expresó la Anciana con un gesto muy cariñoso. - Bueno, demos inicio de una vez.

Kanami les tenía preparado varios ejercicios de concentración y firmeza, algo divertido al menos para ella:

-A ver, todos al frente.

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