❥Capítulo cuatro.

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HueningKai anotó la línea pensada para el poema en la linda hoja de papel —Con brillitos, conejitos, color rosado—, para tener ya parte adelantada para el poema.

Aunque, uno no podría imaginar que podría perder la hoja o alguna cosa peor, pero de todas formas, HueningKai no es tan descuidado y él suele ser atento a las cosas que le resultan importantes y necesarias.

En un momento no fue así, en un día, SooBin le pidió a HueningKai que le guardara un lápiz que había encontrado.

—Ten esto por mí, ¿Sí? —Le dio el lápiz.

—Claro, Soobinnie —Dijo.

SooBin tenía que hacer algo y, pensó que HueningKai lo cuidaría pero no. Lo había extraviado, de manera tonta, lo descuidó y ya no estaba —En realidad se le cayó y no escuchó la caída— se había asustado tanto que fue a comprarlo otro nuevo.

—Aquí está tu lápiz, el genuino, el original —Le entregó su lápiz, aunque claramente no era ese.

—¡Gracias, HueningKai! Por comprarme uno nuevo —SooBin lo abrazó.


—Eh... De nada —HueningKai sonrió.

Desde ese momento dejó de ser descuidado.


-ay, menos mal que no soy hyuka en la vida.-

Bubble gum - SOOKAIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora