APUESTA

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El bullicio en el castillo se escuchaba muy a tope, las pláticas entre los alumnos llenaban los pasillos mientras un chico pasaba entre varios estudiantes que salían del gran comedor, en sus manos habían unos cuantos bocadillos, corrió escaleras arriba hasta llegar a la gran pintura de la Dama Gorda.

—¿Palabra?

—Bowtruckle —la puerta se abrió sin más y él corrió adentro esquivando a sus compañeros que platicaban entre ellos. Subió las escaleras hasta la que era su habitación compartida con sus amigos.

En la habitación estaba el grupo de chicos más desastrosos de la escuela.

James, un chico de lentes y cabello azabache corto, y capitán del equipo de quidditch de su casa, se encontraba sentado sobre su cama; Remus, un chico alto y pelo café oscuro, prefecto de su casa, él estaba sentado en un silla; y Sirius que vestía un pantalón holgado de pijama, el chico más atractivo de su generación, se encontraba en el suelo arreglando sus cosas por el fin de curso.

—Entonces... ¿Aceptas Sirius? —habló James con voz burlona.

—Eres una mierda ¿cómo demonios voy a enamorar a alguien en un curso completo? y peor... ¡Ellos me odian! —respondió indignado el chico de pijama.

—Tranquilo, he escuchado que caen muy rápido, si tú empiezas, el siguiente es uno de nosotros... ¡Oh! Galletas —terminó con emoción mientras caminaba hacia el chico quien tenía una leve sonrisa triunfante para sí mismo —Gracias Peter, ven —se encaminó de nuevo a su cama mientras el más bajo de los chicos se sentaba en la otra esquina

—¡Hey! ¿Y por qué me metes en su apuesta? —se quejó Remus mientras le quitaba una galleta a Peter.

—¿Apuesta? —pregunto confundido el menor.

—James quiere apostar con Sirius como recuerdo de su último año, es estúpido si me lo preguntas a mi —se explico Lunático mientras masticaba la galleta.

—¡Vamos! Sabes muy bien que también quieres ver cómo lo hace. El gran Sirius Black conquistando a un slytherin —James habló con burla mientras hacía una seña como si sus manos formarán un cartel arriba de sus ojos.

—Dios, dime que no quieres que yo también lo haga —se quejó Remus obteniendo la atención del azabache.

—Mmmm... Te doy a elegir como prefecto de nuestra casa, ¿ok? —sugirió al pensarlo un momento

—Entonces NO —exclamó sin dudarlo, exagerando el "no".

James lo miró incrédulo y decepcionado —¿Por qué no? Anda será divertido —trato de convencerlo.

—Pero yo no quiero hacer esto, aparte, no soy capaz de hacerle algo así a una persona solo por jugar.

—Remus tan sentimental como siempre —se burló Sirius mientras se limpiaba una lágrima invisible.

—Escucha, esta apuesta es entre tu y James, a mi no me metas.

—Tienes razón querido Remus —habló James poniendo su mano sobre su corazón —Es mejor no lastimar tus sentimientos, te concedo el derecho de quedarse afuera de esta grandiosa apuesta —terminó James haciendo una reverencia. No pasó ni un par de segundos cuando los cuatro estallaron a carcajadas.

—Eres un idiota —dijo entre carcajadas Remus mientras se sostenía el abdomen.

—Bien, bien. James —lo llamo Sirius con calma después de recuperar el aliento —No me has dicho dos cosas muy importantes.

—¿Cuáles según tu?

—No me has dicho a quien "voy a conquistar" —hizo señas de comillas Sirius al hablar —Y la más importante, ¿qué ganó?

Me Enamore De Mi Apuesta. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora