Capitulo 8

1.8K 286 18
                                    


Austin POV.

Son las diez de la noche, y ya no aguanto mis ojos.

Apago todo y tomo mis cosas para irme a casa.

Ya no hay nadie en la oficina, todos se fueron temprano.

Mientras bajo en el ascensor miro mi celular.

Tengo otros tres mensajes de Tom.

Son de hace dos horas, así que decido abrirlos.

"Austin, por favor, déjame hablar contigo una vez más.

"Voy a tener que irme unos días antes de lo planeado. Me voy mañana.

"Déjame verte una vez más.

Suspiro.

-Maldita sea –exclamo cuando mis ojos comienzan a humedecerse.

Odio ser tan puto sentimental.

Hoy es miércoles. Han pasado tres días desde que vi a Tom por última vez.

El lunes estuvo llamándome, pero no respondí.

Esa misma noche contesté uno de sus mansajes.

"Solo necesito tiempo para pensar las cosas y asentarme" le había puesto.

Fue todo.

Y si, el martes apenas me envió un mensaje en la noche. Pero hoy estuvo un poco más insistente.

Yo no quería, de verdad no quería hablarle.

Es... es difícil luchar contra tu propia mente cuando necesitas eliminar todas las ilusiones que te habías fabricado tú mismo.

No puedo culparlo a él, porque quien fue más allá fui yo mismo.

Es cierto, no me dijo la verdad. Pero no tenía por qué hacerlo.

Esto debió ser... solo sexo.

Fue mi culpa pensar que podíamos tener algo más.

Así que no, no lo odio. Ni estoy enojado con él.

Es solo que... todavía me duele.

Es estúpido, lo sé.

Pero así es como me siento.

Aunque quisiera eliminarlo todo de mi mente... sé que debo ser maduro, y que como un hombre de 30 años tengo que afrontar la situación.

Así que en cuanto subo a la camioneta tomo mi teléfono y marco su número.

Solo timbra un par de veces y contesta.

-Austin –exclama, con alivio.

-Hola –lo saludo, intentando actuar con normalidad.

-Por favor, tenemos que hablar, hombre.

-Sí, lo sé –concuerdo-. Por eso te estoy llamando.

-No así –replica-. Quiero verte.

Un nudo se forma en mi garganta al escucharlo.

Y entiendo que no lo resistiré.

Si lo veo una vez más... no lo resistiré.

-Hablemos por aquí, Tom –le digo-. Creo que es suficiente.

-¿De verdad? –inquiere-. ¿Es suficiente? Después de... todo lo que pasamos... ¿Así va a terminar todo?

-¿Qué más quieres? –exijo-. ¿Una cena? ¿Sexo de despedida?

-Un abrazo, Austin –dice firmemente.

StanfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora