Capitulo 3

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Austin POV.

Regreso al departamento de Tom con unas hamburguesas para la cena, y el resto de cosas que faltaban para nuestra "fiesta de foráneos".

Me alegra saber que no me equivoqué cuando creí que era una buena y agradable persona.

Estuvimos gran parte del día juntos, y eso sirvió para conocernos más.

Fuimos a almorzar, y lo dejé en su departamento pasando de medio día.

Dijo que necesitaba arreglar unas cosas, y yo tenía que ir a la casa a cambiarme, hacer unas compras para la semana, y recoger algunas otras cosas, ya que me quedaré con Tom porque acordamos resistir despiertos para ver el amanecer por el gran ventanal de la sala de juegos.

Como a las seis de la tarde me fui para la tienda, a comprar algunas cosas que hacían falta, como vasos desechables para beerpong, botana y un par de mezcladores para el alcohol que Tom había comprado.

También pasé por la cena, y conduje hasta su departamento.

Me había dado las claves de acceso así que subí hasta allá por mí mismo.

Una vez en la puerta le mandé un mensaje y él salió a recibirme.

Me ayudó a llevar todas las cosas al cuarto de juegos, en donde ya tenía música encendida.

-Ya empecé –me dice-. No puedes quedarte atrás.

"¿Qué tomas?

-De todo –contesto sonriendo.

Caminamos hasta el cuarto de juegos y colocamos todo sobre la mesa.

-Pues adelante, quiero todas las botellas vacías –exclama.

-Oye, esto es una borrachera, no una congestión alcohólica.

Se ríe, y me ofrece del vaso que estaba tomando.

-Prueba esto –me dice-. Lo encontré en la tienda.

"Nunca lo había probado. Creo que tengo una obsesión ahora.

Antes de darle un sorbo al baso trato de olfatear para ver que es, pero un picor entra hasta mi garganta. Como si hubiera olfateado una salsa.

Le doy un trago, y rápidamente reconozco el Vodka, pero todo queda opacado por el intenso sabor a tamarindo.

-¿Qué le pusiste? –le pregunto, sorprendido porque nunca había probado algo así.

-Es vodka de tamarindo –me explica, extasiado-. Está delicioso, ¿No?

-Pero es... ¿Es solo vodka? ¿O cómo?

-Sí, mira –me entrega la botella-. Dale un trago.

No le tengo miedo al alcohol, así que bebo directo de ella para sentir el sabor del vodka.

Así directo es aún más intenso.

Pero ni siquiera sabe a Vodka. Es como si tomara un jugo de tamarindo picante.

-Lo mezclé solo con agua mineral –me dice-. Pero ¿Te imaginas el sabor al mezclarlo con los jugos que trajiste? Dios, no puedo esperar a probarlo.

Sabe delicioso, honestamente.

Pero de por si el Vodka es peligroso, porque no sientes la cantidad de alcohol que estas ingiriendo hasta que estás completamente perdido.

Ahora imaginen con ese sabor.

Es una bomba letal de embriagues.

Pero ese es el punto de todo esto.

Así que me permito disfrutarlo.

StanfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora