Epilogo

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Austin POV.

Una de las cosas que más odio de California es que apenas me bajo de la camioneta y camino hacía el edificio en donde trabajo y ya estoy sudando.

¡Y apenas es Enero! Debería estar vistiendo chaquetas y guantes en lugar de playera y lentes de sol.

Pero, por Dios, igual amo este lugar.

Y más Santa Mónica. Estamos tan cerca de la playa que casi puedo escuchar las olas del mar.

Sí, es una exageración, pero lo hermoso de la zona compensa el clima cálido de casi todo el año.

Entro al edificio y subo al tercer piso, en donde está mi oficina.

-¡Austin! –Me grita Sophie desde el pasillo en cuanto cruzo la puerta de recepción-. ¿Terminaste el reporte?

Camino hasta ella y la saludo con un beso.

-Te lo mandé anoche por correo, ya lo debes tener ahí –le digo sonriendo.

-Gracias, gracias –exclama-. Eres un amor.

-De nada –le digo.

Y me entrega un vaso de Starbucks.

-Te lo debía –me dice.

Sonrío y asiento con la cabeza.

Me despido de ella y camino hasta mi oficina.

Kevin está ahí, sentado frente a mi escritorio.

-Buenas, buenas –lo saludo en cuanto entro-. ¿Cuándo llegaste?

-¡Hey! –exclama-. Llegué hace como tres días, pero apenas me presenté a trabajar hoy. ¡Que gusto verte muchachón!

Se levanta y me da un fuerte abrazo.

-Ya se, hombre –exclamo-. ¿Cuánto fue? ¿Cómo tres meses?

-Yo creo que más –dice-. ¿Te fuiste en Octubre?

-Así es –le digo sonriendo-. Principios de Octubre.

-Cabron –exclama-. Fueron como cinco meses, porque yo me fui a mediados de Agosto, y regresé y ya no estabas.

-Pues si, fueron como cinco meses –concuerdo-. Y mírate, sigues igual de feo.

Se ríe fuertemente, y vuelve a darme un fuerte abrazo.

-Te extrañaba, hombre –dice-. ¿Cómo te fue? ¿Cómo te trataron? ¿Qué tal es Texas?

-Todo bien –respondo-. No tengo ni una sola queja.

"Pero venga, ya extrañaba California, la playa, el sol.

-Los mariscos, chiquito, los mariscos –exclama-. ¿Te late ir a comer saliendo?

-Va –acepto-. Me parece.

-Excelente –exclama-. Vengo por ti a las cuatro.

Nos damos un abrazo nuevamente y sale de mi oficina después de darme un par de palmadas en mi hombro.

Kevin es una persona efusiva por naturaleza, y es muy noble también. Me llevo muy bien con él.

No puedo decir que es uno de mis amigos cercanos, porque no es así, pero es un excelente compañero, y una persona muy positiva, así que me alegra verlo nuevamente.

Además, técnicamente es mi jefe, aunque desde que empecé a trabajar aquí le respondo directamente a Tracy, la directora de la empresa.

Pero ya extrañaba tener a Kevin por acá, inyecta esa dosis de felicidad diaria que se necesita en las oficinas.

StanfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora