Capitulo 8: Susurros

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El camino de vuelta a mi casa fue tranquilo, mi abuelo no había podido venir por mi ya que tuvo una cita con el médico de último momento. Afortunadamente fue solo de control, y al parecer su chequeo ha ido bien, ahora está en casa descansando.
Al atravesar por el bosque siento como si alguien me siguiera, extrañamente no me siento del todo asustada, sin embargo la sensación es extraña. Lo ignoro y continuo caminando, hasta que oigo como el crujido de una rama retumba, okey, ahora si me estoy asustando.

-¿Hola?-Preguntó al aire, esperando no sé qué. Quizá nada, desearía que nada. Aunque obviamente un asesino o psicopata no diría "hola", poniéndome en el peor de los casos. De seguro solo fue un animal...Mala idea, esa tampoco es una buena opción. Continuó mi camino, deseando que solo sea mi mente la que me juega malas pasadas, pero esa sensación sigue presente. Sin poder seguir así, me volteo y avanzo hacia un par de arbustos de donde he sentido el último ruido.

Naila...

Escuchó a lo lejos, volteó a ver pero no hay nadie. No logro reconocer la voz del todo pero algo en ella me resulta familiar. Tras unos minutos de no volver a escuchar otra cosa, decido volver a casa. Creo que el nerviosismo está afectándome demasiado. Camino rápidamente hasta que llegó a mi casa, una vez dentro, subí a mi habitación para dejar mi mochila y libros sobre la cama. Me siento en mi cama y chequeo mi teléfono, ya que no pude hacerlo hace un rato.

-¿Naila?.-Es mi abuela.


-¿Si Nani?


-Que bueno que llegaste. ¿Quieres ayudarme con la cena?



-Claro!, ahí voy Nani!-Dejo mi teléfono sobre mi velador y bajo. Al llegar a la cocina veo a mi abuela agregando harina a un bowl.-¿Que preparas Nani?


-Un bizcochó de naranja querida.


-Que delicia, ¿en qué te ayudo?


-Comienza rompiendo dos huevos aquí.-Señala otro bowl y los huevos. Adoro cocinar con mi abuela, además de ayudarla y aprender una receta nueva, pasó tiempo con ella. Usualmente, cuando cocinamos juntas, Nina me cuenta historias de su juventud, como cuando dio su primer beso, o la primera vez que tuvo una cita. Cosas que debería hacer una madre...

Tras juntar todos los ingredientes y depositar la mezcla en un molde, mi abuela lo lleva al horno. Mientras esperamos que el bizcochó se cocine, ambas preparamos la mesa.
Una vez escuchamos el final del cronómetro, sacamos el bizcochó y lo servimos.

-Abuelo!!, es hora de cenar!!.-Aviso, llamando a mi abuelo para que venga a la mesa.

-Jaime!, date prisa, o se enfriará!.-Réplica mi abuela.



-Si, si, ya voy.-Al estar todos en la mesa comenzamos a comer. La cena transcurrió sin ningún inconveniente.-Dime pequeña, ¿Como te fue hoy en la escuela?.



-Muy bien abuelo, ¿que creen?. Entre al equipo de porristas.-Comentó feliz.



-¿Enserio?, ¿Y eso?, no nos habías dicho nada sobre qué planeabas entrar.




-Lo se Nina, y lo siento, es algo que surgió de último momento. Pero es una gran oportunidad.



-¿A que te refieres?



-Podría obtener una beca.



-Eso es fantástico pequeña.-Habla mi abuela feliz. Mi abuelo por su parte me mira con una sonrisa.



-Eres una niña hermosa, pero Naila, no debes preocuparte por eso, hazlo porque te gusta, porque podría ser algo nuevo para ti, te prometo que encontraremos la forma de enviarte a la universidad.-Asegura el. Yo simplemente asiento, no quiero contrariarlo.-Hazlo para divertirte querida.-Yo asentí, sonriéndole.-Estaba delicioso mis ángeles, iré a dormir. Gracias por la cena.-atrás decir esto mi abuelo se levanto de la mesa y se fue. Por mi parte ayude a mi abuela a levantar la mesa y dejar todo listo. Luego de esto fui a mi habitación, era hora de dormir. Estaba sumamente cansada y mañana tenía escuela, además del entrenamiento de porristas y un examen de física. Que emoción. Termino de guardar todo para mañana y me recuesto, mirando por mi ventana el oscuro bosque. Se que mi abuelo no quiere que me preocupe, pero no puedo evitar hacerlo, sé bien que para ellos fue difícil cuidar de mi. Y por lo mismo no puedo dejarles todo a ellos, si puedo los ayudaré en lo que pueda. Cueste lo que cueste...

Pensando en todo esto fui quedándome dormida, pero podría jurar que antes de dormirme escuché un aullido...

Volver junto a ti |Seth Clearwater|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora