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Pronto los acuosos ojos del pelirrojo comenzaron a derramar un líquido negro, mientras sus gritos de piedad se hacían escuchar por todo el amplio salón.

Hwanwoong no tenía la menor duda de que si acercaba el agujero más a su cráneo, este terminaría por comérselo...lo que le provocaría una memoria mucho más digna para el anterior rey.

Y así planeaba hacerlo, hasta que una mano lo detuvo un centímetro antes de que este procediera a hacer su fechoría; esta mano era más fuerte y grande que la de los presentes.

Y eso lo pudo corroborar cuando al alzar la vista, sus ojos dieron directamente con otros más oscuros, pero igual de dulces y peligrosos que la primera vez que los vio.

—Hwanwoong...suéltalo...él no merece esto...—su voz era calmada y trasparente.

—Pero...—sus brazos temblaron después de mucho tiempo, tanto que sus piernas le dictaban que corriera...Algo no estaba bien con todo lo que pasaba—...pero...

—Hwanwoong tú no eres así...—la mano del mencionado intentó librarse del agarra más fue inútil pues este parecía incluso más fuerte que antes.

—¡Suéltame! ¡Te lo ordeno! Soy el rey, el maldito rey del puto infierno ¡SUÁLTAME AHORA SI NO QUIERES QUE YO...! —RAVN miraba con incredulidad la mano alzada del más bajo.

—¡¿Qué tú qué?! —su agarre se habia librado y ahora solo se miraban en silencio— ¿Qué vas a hacer?

La boca del demonio intentó decir algo, mas fue detenida por una mano ajena. Esta le acarició el cabello y luego se dirigió a su mejilla con delicadeza. Sus dedos eran gélidos y con un roce casi cortante, pero en ese pequeño toque...varias memorias se le pasaron por la cabeza al rubio.

—Yo sé que tú no eres así hwanwoong. Demuestra quién eres en verdad —algo en la sonrisa del ajeno, hizo que el corazón del menor rebotara de felicidad.

Así, antes de lo esperado, el cuerpo del demonio se desvaneció y cayó al suelo con dolor. RAVN fue a ayudarlo, lo levantó de los hombros y le hizo despertar.

—¿Qué? ¿Qué...? ¿Yo...? RAVN...pero...RAVN...

—Tranquilo, tranquilo. Levántate.

En cuanto volvieron a verse, el pelinegro pudo notar que los ojos ahuecados del menor ya habían vuelto a la normalidad y su rostro estaba igual que como lo vio la primera vez.

—Pero...RAVN, yo...—la voz no salía de sus adentros, todo le provocaba dolor y tristeza.

—Hwanwoong termina con esto —las manos del demonio más alto acurrucaron las del contrario—. Lucha con esos demonios, y termina con esto de una vez por todas.

La seguridad con que decía esto, fue la llama que necesitó el menor para poder asentir y mirar a todos los presentes con melancolía.

Apartó a un lado a RAVN, y moviendo las manos hizo que las sombras dejaran a Leedo, devolviéndole la voz; con un movimiento hacia arriba, hizo que Seonhwa fuera liberado pese a que tenía aún horribles heridas en todo su cuerpo; al siguiente movimiento deslizó el lazo que enredaba a Seoho, dejándolo caer al suelo y con varias marcas alrededor de su cuerpo. Ya casi por terminar de moverse, giró hacia el cuerpo del anterior rey, quien, de tanto pánico, se habia desmayado, liberándolo y soltándolo junto al demonio de saco negro, quien se apresuró a recibirlo.

—Ahora todos están libres otra vez —dijo con odio Leedo, quien se encontraba dispuesto a cualquier cosa.

—Y así debe ser —las palabras del menor, lo hicieron detenerse en el acto. Mirándolo consternado— Ellos ya son demonios, y los haré pagar como se merecen —su vista se posó en los otros demonios—. Por corromper almas puras, impuras y desdichadas. Ustedes no merecen ni siquiera la existencia de sus almas inmortales en el inframundo. Todos a los que utilizaron o utilizan en la actualidad y están bajo su mandato, quedarán libres de su castigo —por un segundo pareció que alguno quiso reclamar, mas enseguida se retractó al ver de nuevo esos ojos tan encendidos—. A partir de hoy, y para siempre.

Al terminar de dictar esas palabras, miró con orgullo a su acompañante vecino quien solo le sonrió de vuelta.

—Ahora ha llegado el momento de hacer que estas palabras queden selladas.

En un movimiento de manos veloz, se comenzó a crear un nuevo agujero dentro de estas y con una fuerza de atracción indudablemente potente. Un giro más en su muñeca y dos brazos sombra cogieron a Seonhwa, Hongjoong y a Seoho desde adentro del hoyo.

—Las cosas deben ser así, por favor, espero que reconsideren en su próxima vida inexistente. Y si nos llegamos a volver a ver.

Y sin decir más, el primer brazo comenzó a apretar al demonio de gran altura quien, sin el menor cuidado, comenzó a ser apretujado hasta llegar a explotar y quemarse como viejos periódicos, terminando finalmente en polvo y siendo este introducido al agujero sin fin.

El demonio de cabellera rojiza intentó zafarse, pero tan pronto su brazo comenzó a hacer presión, siguió el mismo proceso que el anterior y sus cenizas fueron dejadas en la oscuridad.

Al momento de llegar donde el demonio de ojos finos, Hwanwoong lo vio una vez más.

—Tú eres más que ellos. Tú mereces un castigo apropiado —el ya mencionado ya estaba dispuesto a reclamar, cuando con un chasquido hizo que un nuevo agujero proveniente del techo lo absorbiera de un solo movimiento.

Leedo y Xion se miraban con temor y asombro, pues habia cosas que en verdad era mejor no intentar saber acerca de ese pequeño demonio.

Una mirada triste se posó en Hwanwoong, siendo arrebata por el demonio de su lado quien con carió lo abrazó y juntó sus cabezas.

—Hiciste lo correcto —un suspiro se oyó del ya mencionado.

—Falta lo último —diciendo esto, llevó sus manos a la corona sobre su cabeza bajándola hasta la altura de sus ojos—. La condición que me puso la corona para que cumpliera mis peticiones sin sufrir las consecuencias, fue una que solo yo puedo hacer.

Y sin más, pero sobretodo antes de que los demás se percatasen.

Hizo lo que temió hacer desde que esa corona se habia puesto en su cabeza.

Dio un asentimiento y todos cayeron desmayados en su lugar al instante.

—Bueno...un contrato es un contrato ¿no? —una risita nerviosa lo invadió— En especial si es con algo proveniente del infierno.

Miró el agujero aún abierto, y dando un pesado suspiro dejó caer la corona al agujero.

—Tus órdenes siempre serán mis acciones.

𝐂𝐡𝐨𝐨𝐬𝐞 𝐌𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora