¶5¶

31 5 0
                                    

Un claxon de parte de un bus hizo que abriera sus ojos lentamente, su cabeza estaba recostada en el hombro de un chico más alto que aún seguía dormido y sus pestañas bailaban junto al viento de la ventana.

Lentamente volvió a moverse entre este, y giró a sus lados. A su izquierda se encontraba Seoho, estaba rubio otra vez y estaba descansando en el hombro de un chico con cabello azulino más alto que este, una sonrisa se escapó de su boca; más allá, estaba el mismo chico que una vez lo vio en su pieza, si mal no se equivocaba se llamaba Leedo, y a su lado estaba un jovencito más bajito, pero igual de delgado que el anterior, con cabello castaño, esta vez dio una sonrisa mucho más grande.

—Señor, ¿ya está cerca de la parada? —una voz infantil de una niñita habló.

—Sí, es esta —dijo el hombrecillo riéndose y abriendo la puerta.

De un momento a otro, los ojos del rubio se abrieron más grande de lo normal pues conocía aquella calle tan bien como su cuarto.

—¡Seoho, Seoho! —movió el hombro de este con brusquedad.

—¿Eh? ¿qué? ¿Qué? —sus ojos se abrieron sin saber verdaderamente la razón.

—Se nos va el carro, ¡vamos!

Eso fue lo único que necesito para que algo en el cerebro de Seoho se activara y se levantara sosteniendo la mano del que estaba a su lado, apresurándose a bajar.

—¡Ey! —una voz de protesta lo siguió.

—RAVN levántate vámonos.

—¿Qué? ¿Hwan...?

—¡Nos vamos! —sujetando la mano del mencionado, se apresuraron a bajar también del vehículo— ¡Xion!

Su voz por más leve que pasase, fue al parecer lo suficientemente potente como para alertarlo y hacer que este despierte al otro jovencito. Logrando así que ambos pudiesen bajar con tiempo récord.

Todos estaban exhaustos y sin poder entender la situación.

Mientras que a Hwanwoong no hacía más que divertirlo de sobremanera.

—¡¿Pero a ti qué te pasa, no crees que un demonio debe dormir, aunque sea diez minutos?! —el rubio lo sostenía de los hombros con una furia juvenil irremplazable.

—¿Demonio? —la pregunta hizo que el anterior lo soltase— ¿Estás seguro?

En el acto, este comenzó a verse por todos lados dando así un grito que fue fácilmente callado por los demás vehículos.

—Sorpresa, sorpresa —agitó emocionado el rubio, viendo como todos no dejaban de verse en el reflejo de una pancarta en blanco.

—Espera, espera...eso quiere decir que nos convertiste...—las palabras eran casi como un nudo en el cuerpo de Leedo.

—¿...de nuevo a humanos? —completó la frase Xion con brillo en sus ojos.

—Es correcto. Bienvenidos una vez más al mundo humano —Hwanwoong no dejaba de tener energía al límite. Se notaba que estaba más que emocionado.

—Vaya...—sus ojos se posaron en un jovencito detrás suyo—...hacía tiempo que me habia olvidado lo que era ser humano —habló de nuevo viendo como este admiraba su chaqueta ahora de un material menos brillante—. Apuesto a qué esto debe ser una falsificación, se ve como una. ¿Ustedes qué creen?

—No parece ser así, pero si tienes dudas...tal vez si miras la etiqueta tendrás algo.

Aquella voz hizo que todos volteasen a ver al que habia dado la respuesta. El jovencito de cabello azul, y que ahora contaba con una vestimenta bastante a la moda.

—Lo siento, creo que te he traído por er...

—¡¿Keonhee?!—la voz de Seoho fue la más potente— Pero ¿qué haces aquí?

—Seoho, ¿lo conoces?

—Sí —se posicionó junto al mencionado—. Él antes era mi sirviente personal...pero ahora que somos humanos...¿por qué está aquí?

—No lo sé. El trato consistía en traerlos a este mundo como humanos y a la persona que más amaron en el inframundo...así que...—la voz se hizo acallar lentamente, haciendo así que un tono rojizo se hiciese presente en Seoho.

—Oh, muchas gracias Seoho —el más alto no dudó ni un segundo en abrazarlo—. De verdad eres el chico más dulce que alguna vez conocí. Y, por cierto, creo que no me reconociste por el cabello azul, pero fui tu compañero de clase cuando recién iniciaste la secundaria. ¿Recuerdas? —sus brazos se separaron y ahora sus manos estaban juntas— Salíamos juntos un tiempo.

—Oh sí...lo recuerdo...—Hwanwoong interrumpió— Seoho salió contigo, pero después dijo que temía corromperte cuando eras más pequeño, así que rompieron...Vaya, ¿acaso eres idiota? De verdad que romper por algo así...Solo se le ocurre eso a Seoho...

El rubio no sabía dónde esconderse, pues ahora estaba más rojo que antes. Provocando risas por parte de todos a su alrededor.

—Tranquilo, ahora tenemos más tiempo. Y no permitiré que me termines —y diciendo esto, junto sus cabezas una vez más. En tanto Seoho intentaba ocultarse en su chaqueta blanquecina.

—Y yo que creía que el único idiota era este de acá —apuntó el chico de cabello castaño al más alto de su lado, quien lo miró sorprendido.

—¡Cómo que idiota! Xion, ahora podemos ser humanos, pero sigo siendo mayor que tú.

—Sí, tal vez, pero sigo siendo más fuerte —y diciendo esto, se apresuró a llevar una de sus manos a la boca dejándole una marca de mordida—. ¿Ahora quién es el idiota que se deja morder?

—De eso no hay duda, Leedo siempre lo fue —habló RAVN haciendo reír más fuerte a todos.

Al cabo de unos minutos, se sentaron en la parada de autobús.

El sol casi se ocultaba al frente de ellos y no tenían energía como para decir algo más, al mismo tiempo que querían admirar aquella vista tan conmovedora.

—¿Y ahora qué haremos? —la voz del jovencito más alto lo distrajo de sus pensamientos.

—No lo sé RAVN, no lo sé...pero aún hay tiempo de sobra. Somos humanos y somos jóvenes...—rápidamente se puso de pie y los miró a todos con una sonrisa de oreja a oreja— ¿Alguien quiere ir por helados?

Todos celebraron, dando pasó así...y una nueva aventura.

Habían pasado varias cosas, varios momentos, varios buenos y varios malos...

Pero ahora tenían una nueva oportunidad; y esta vez, ya habían aprendido de sus errores.

𝐂𝐡𝐨𝐨𝐬𝐞 𝐌𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora