Que importa lo que digan de nosotros [Devildice]

•Epilogo•

El día de la boda siempre es el día más importante en al vida de la mayoría de las personas.

Casarte con la persona a la que amas es un momento inolvidable y único, por lo cual debes estar seguro de dar un si aceptó.

El jóven principe arreglaba el moño mal hecho de su prometido con felicidad, ambos seres estaban contentos por al fin estar juntos. Solo faltaba terminar de arreglarse antes de ir a la ceremonia, ambos se ayudaban mutuamente en se punto, como un buen equipo.

— ¿Estás listo? — pregunto el demonio mientras observaba como el joven terminaba de maquillar su rostro.

— Listo — dijo despreocúpado el principe.

— ¿Nos vamos? —

— Por supuesto — afirmó del oji verde.

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Todo era mágico para ambos, una boda privada solo para ellos dos era perfecto, la luz del atardecer tocaba las bellas flores de aquel ramo entre las manos del jóven, sus labios temblaban y sus miradas estaban conectadas, verde y rojo una bella combinación.

Cada respiro que daban inundaban de nervios su mentes, ¿Estaban listos para este gran paso? A decir verdad, sí.

— B-bien si ambos están listos, daré comienzo con su unión — comentó el sacerdote con miedo.

La brisa soplaba débilmente y ambos seres se tomaban de la mano, estaban decididos a tener un compromiso formal.

— Hoy en este día, nos complace que ante los ojos de estas dos almas se celebrará su unión por la eternidad, los años pasarán y su amor seguirá vivo hasta el final de sus días, aunque las palabras puedan cortarlos, a pesar de los gritos o reclamos, ¿Prometen amarse y respetarse durante su vida? —

— Si, nos comprometemos ante ello — afirmaron ambos.

— Bien, antes de proseguir, ¿Los novios quieren dar sus votos? — pregunto él hombre frente a ellos.

— Yo comenzaré, claro si estás de acuerdo King —

El príncipe asintió y sin más dejo que él diablo hablara.

— Mi príncipe, al principio de todo fui escéptico al saber que te entregaría a alguien más y esos días en los que estábamos juntos fueron los que me abrieron los ojos e hicieron darme cuenta del tesoro que encontré entre esas ruinas — dijo acariciando la dorsal de la mano de King — Sabía que no era justo para mi corazón dejarte ir sin decirte un te amo, aunque no fue la mejor manera de a verte confesado mi amor, se que valió la pena que dejara a un lado mi orgullo por qué ahora estarás a mi lado, ante todo sólo me queda decir que si caminamos por las calles y las personas nos juzgan, pues que importa lo que digan los demás por qué eres el rey de los corazones, pero en especial el rey de mi corazón... Te amo King Dice — Pequeñas lágrimas escapaban de los ojos de Devil, realmente se sentía feliz por aquellas palabras que aunque no eran para él mismo se dirigían a la persona que amaba y eso lo llenaba de alegría.

La emoción consumía a Dice, el ser que amaba con el corazón le había dedicado tan bellas palabras que sentía como rompería en llanto, ahora era su turno de hablar y con alegría expresaría lo que siente por él.

— Devil, te amo... Sabes, la emoción que sentí cuando me rescatarte de la torre no se compara con la que siento cuando estoy contigo, eres mi primer y por siempre mi único gran amor — dijo llevando un mano a la mejilla de su prometido — Todos esos pequeños momentos en nuestra aventura por las islas hicieron que deseara estar a tu lado, quiero que sepas que te amo y no dejaría de hacerlo aunque me faltará el aliento. Quiero ser sincero con la persona a la que le confío mi corazón, si me obligarán a volver a la torre no dejaría de pensar en tí... Por qué se que volverías por mí — explico King, mientras acariciaba su mejilla.