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Los pájaros cantaron y los rayos de sol atravesaron su ventana, iluminándole el rostro. La pequeña hizo una mueca y abrió lentamente los ojos. La luz del sol la cegó y se vio obligada a cerrar los ojos nuevamente.

Se sentó suavemente en la cama y poco a poco volvió a abrir los ojos. Su vista se acostumbro y pudo ver normalmente. 

La pequeña bostezo a la vez que se estiraba.

Y comenzó su aburrida rutina.

***

Nuevamente, Lily salió a las calles. Una parte de ella quería volver a ver el hombre del día anterior. Algo de él la atraía.

Pero las probabilidades de volver a verlo eran casi nulas.

La pequeña castaña observo las calles mientras caminaba, jamás había salido afuera. Era la segunda vez que salía a la calle.

Al estar distraída con su entorno, no se dio cuenta cuando Bruno empezó a acercarse a ella.

—Buon Giorno, Lily—saludó el ojiazul.

La pequeña castaña lo miró sin decir palabra, estaba sorprendida de verlo pero no lo mostró.

—¿Te molesta si te acompaño?—le pregunto amablemente.

—Tu simple presencia es insignificante—le respondió esta.

El pelinegro sonrió sin importar su respuesta y camino junto a ella. La pequeña lo ignoro lo más que pudo.

—¿Quienes eran tus padres, Lily?—le preguntó el ojiazul, suavemente.

—No se sus nombres, solo se como se veían—la respondió.

—¿No sabias sus nombres?—preguntó desconcertado.

—No. A penas y nos hablábamos. Yo nunca salía de mi habitación, y ellos no venían a verme a no ser que quisieran decirme algo importante.

—Entiendo...¿y con quien te quedaras?

—Me quedaré sola.

—¿Por que no vienes conmigo? Así no estarás sola.

Lily lo pensó. Tenía a sus "súbditos" pero aún así estaba sola, y no le agradaba estar en su habitación ni un segundo, por que recordaba todos los años que había estado encerrada en ese lugar.

Su mirada vacía se fijo en los ojos azules de Bruno.

—Si accedo a ir contigo...¿que me darás a cambio? Yo accedo a ir contigo y tu tienes que darme algo. No se puede tener sin dar nada a cambio. 

Bucciarati lo pensó.

—Tendrás un hogar acogedor, y...me tendrás a mi y a mis amigos—le sonrió.

Lily no pudo evitar sospechar. 

—¿Amigos?

—Si. Mis amigos están muy ansiosos por conocerte.

La pequeña castaña suspiró y replicó.

𝑳𝒊𝒍𝒚 [Vento Aureo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora