Capitulo1.

20 2 0
                                    

Era Viernes en la mañana me encontraba en el liceo desayunando con mis amigas, pero mi mente? Mi mente estaba en otro lado, mi novio se iría pronto a Colombia, Bogotá para ser más exactos, era mi novio desde hace 6 meses pero nos conocíamos al rededor de un año, el era mi gordo y yo su negra, aunque no fuera negra, soy Morena clara, cabello negro y largo, no tan alta. El tampoco era gordo, tiene cabello castaño oscuro y tes blanca un poco más alto que yo. Me encantaba que me dijera negra aunque a ustedes les parezca ridículo, pero la verdad es que nadie más me había llamado así y eso me parecía tierno. Al escuchar la palabra "negra" lo recordaba a él y solo a él, y eso era lo más lindo de todo. Mientras que sus amigos lo llamaban gordo también, solo por molestarlo aunque a mi no me molestaba, solo me parecía gracioso.

Mi Jaden me harás tanta falta en mis días malos.

-Hey, tierra a Angelin- Catalina chasqueaba sus dedos frente a mi rostro.

Catalina es mi mejor amiga desde que entré en 1er año, a estado para mi en los buenos y malos momentos de mi vida al igual que yo para ella y vaya que le ha tocado duro, pero no se ha dejado derrotar, la verdad es que la admiro mucho, no importa lo mal que la este pasando, siempre la verás con una sonrisa plasmada en su rostro, alegrando tu día. Excepto cuando la despiertas, ahi si es un verdadero ogro.
Ley de la vida:
Nunca despiertes a Catalina Castillo de su siesta, nunca lo hagas, a menos que quieras saber hasta del mal que vas a morir.

-Mmm? Si aquí estoy- dije sacudiendo mi cabeza y dirigiendo mis ojos hacia ella.

-Dejala, no ves que ya anda pensado otra vez en su "gordo"- dijo Cataleya enfatizando la última palabra.

Cataleya Quintero, podía llegar a ser muy imprudente y fastidiosa pero como amiga era una de las mejores. Aparte de hermosa, era alta, delgada, tes Blanca cabello castaño claro y ojos azules que te hipnotiza.

-Oh, Cataleya, déjala yo la entiendo perfectamente, se lo duro que puede llegar a ser que tu novio se vaya a otro país- Korney le da un golpecito a Cataleya en el brazo para luego dirigirse a mi- Ven chiquita, dame un abrazo- me abrazo de lado ya que estaba sentada a un lado de mi, acepte el abrazo y le di una sonrisa triste.

-Gracias Korney, pero estoy bien- le dediqué una sonrisa- Pero que les parece si tenemos una noche de chicas y hacemos una pijamada en mi casa?- todas asintieron al mismo tiempo.
Luego de unos minutos se nos acabo el receso y volvimos a clases.

Estaba perdida en el pizarrón tratando de entender lo que la profesora de física trataba de explicar, pero wey, no entendía nada y me dediqué a hacer garabatos en el cuaderno, hasta que el sonido de una notificación llamó mi atención.

Nueva notificación.

Mi gordo❤.
-Negra, hoy iré a tu casa a lo que salgas de clases. Necesito hablar contigo, además te extraño y quiero verte-

Tu:
- Vale gordo, nos vemos hoy ❤ -

Con una sonrisa tonta en mis labios guardé el celular, volvi mi mirada al pizarrón tratando de entender.
El día transcurrió tranquilo. Nos pusimos de acuerdo que para la pijamada Korney trajera películas, Catelya los gallitos y Catalina los bocadillos, ya que ella era amante a la comida. se acabaron todas las clases y ya iba camino a mi casa, las muchachas irían en la tarde. Iba pensando en cómo sería mi vida sin Jaden en ella, ya no me podía imaginarla sin el en ella, aunque para ustedes parezca como tiempo, pues yo lo sentía como si lo conociera desde toda la vida. Pensaba como ese tonto siempre me hacía reír, aunque estuviera muy mal, siempre estaba ahí para mi en los momentos más difíciles y más especiales.
Es increíble como una persona se puede meter en tu corazón y sentirala hasta debajo de tu piel, que cuando estén juntos se sienten una sola persona, como su sincronía va al mismo compás de la tuya, como ese alguien puede llegarse a formar tu otra mitad, y es que una relación solo funciona si ambos tienen la misma mentalidad: crecer juntos, porque no hay nada más efectivo que el apoyo mutuo, ser sus motores, que cuando las cosas se pongan difíciles hacerle saber que podía llegar a ser difícil, pero no imposible. La verdad nunca me ha gustado que traten de bajarme la luna a mis pies, prefiero que esa persona que impulse a bajarla yo misma, porque no hay nada más refrescante que los logros propios, y eso hacia Jaden conmigo, me impulsaba a seguir mis metas, mis sueños y mis anhelos aunque para los demás sea ridículo, el siempre me recordaba que no había nada que yo no podía lograr si me plantaba una meta dividida en paso. Que nunca bajara la cabeza, siempre la tuviera en alto y que sin importar cuántas puertas me cerraran, nunca dejara de creer en mis anhelos y que luchara siempre por ellos. Jaden simplemente era mi felicidad.
Ya me encontraba en mi casa, al entrar me encontré con Jaden sentado en los muebles. Al verme se levantó y se dirigía hacia donde estaba yo.

-Negra, porque lloras?- la verdad no me había dado cuenta que estaba llorando hasta que el paso sus pulgares por mis pómulos secando las lágrimas que habían caído.

-Te extrañaré tanto, gordo- y varias lagrimas gruesas corrieron por mi rostro, en ese momento hundi mi cara en su cuello. Olía tan bien, extrañaría tanto su olor.

-Yo también te extrañaré mucho preciosa- se separó de mi y sujeto mi rostro con sus dos manos, se quedo a centímetros de ella mirándome a los ojos para luego plantar un beso en mis labios.
Le seguí el beso y era tan lento, sueve y romántico. Sus labios encajaban perfecto con los míos, como si estuvieran hechos el uno para el otro.

Directo A Nuestra FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora