Capítulo V: Volverte a ver

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Esther


Llego lo más tarde posible a la oficina, me demoro lo más posible. Sin embargo fracaso en mi plan cuando recibo un mensaje de mi padre.

Se lo que estás haciendo, apúrate. Es importante.

Ya resignada decido cumplir por única vez sus órdenes, solo por una vez no vaya a ser que se acostumbre. Me dirijo a la oficina y al abrir a puerta me doy cuenta que no está solo. Esa debe ser la persona a la debo conocer.

Es extraño, pero me resulta vagamente familiar. Es como si lo conociera y, a la vez, no. Al escucharse el sonido de la puerta se da vuelta, y diablos pienso.

- ¿No vas a entrar?, escucho decir detrás de mí.

Al no recibir respuesta por mi parte continúa...

Dios, no se calla más pienso. Sé que puedo sonar un poco antipática pero este momento es de esos en donde uno no quiere hablar, relacionarse. Estoy a punto de irme. La batalla que ibro dentro de mi es tan grande como mi falta de salud mental en estos momentos.

- Yo tampoco quiero ir, pero me están esperando. ¿Cómo te llamas?

Y antes de que pueda seguir hablando, me voy.

Ay santo cielo, pienso.

Dios de las alturas si existes ahí, te juro que soy buena persona porque me haces eso.

Nunca robe nada.

Nunca mate a nadie.

Fui comprensiva, en algunas ocasiones.

Intento ser buena hija, aunque con mis padres no culpo a quien no pueda serlo.

Fui buena hermana, tengo pruebas.

¿Por qué me haces esto?

Jesusito de mi corazón, que vergüenza.

-Hola, dice.

-¿Se conocen?, pregunta mi padre.

-No, respondo.

El me mira de manera extraña, como si no entendiera. Lo que menos necesito en este momento es que mi padre se entere que fui a una fiesta que no cumple con ninguno de sus estándares de importancia.

-Bueno, Mitch tiene un nuevo proyecto en que quiere que nuestra empresa se vea envuelta, es maravilloso, ¿o no cariño?

-Sí, es maravilloso.

-Bueno, los dejo hablar.

Antes de irse se inclina y repite las palabras que más furiosa me ponen. Es más, la vergüenza vivida hasta ese momento se ve diluida por la furia que lo invade todo.

-Recuerda que esta negociación es la más importante hasta ahora de la empresa, no lo arruines. Yo ni siquiera te lo habría propuesto a vos pero él te pidió específicamente así que no lo arruines.

La indignación que siento en estos momentos ante esa amenaza velada quizá es la más grande que viví en mis 22 años. Ay dios, padres más amorosos no pude haber tenido, ¿no?

Bueno, para ser sincera mi vida no estaría patas para arriba si hubiera tenido otros padres. Pero tampoco puedo echarles la culpa de todo, yo no supe nunca pararles los pies, ponerme firme.

Cuando no quería estudiar finanzas.

Cuando no quería trabajar en el negocio familiar.

Cuando no quería casarme con Brad.

Bueno, en eso si fui firme pero no de manera convencional. Por si se lo preguntan sí, me fugue. Y no es algo por lo que sentirse mal, mis padres me presionaron tanto, sus padres me presionaron tanto que incluso pensé que lo quería.

E incluso querían que pasara por alto su infidelidad, JA.

Eso no iba a pasar.

-¿Sabes?, incluso desde aquí puedo ver todas esas ideas saliendo de tu cabeza.

Mierda, lo había olvidado. No estaba sola.

Bueno, aquí vamos...


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.

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Hola holaaaaaa

Espero que les guste!!! Y recuerden voten la historia y si les gustó mucho recomiendenla. ¡¡Los amo!!

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2020 ⏰

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