Me costaba respirar, las motas de polvos suspendidas en el aire se adentraban en mis fosas nasales dificultándome la respiración.
Intenté moverme pero fue inútil, alcé la mirada, toda la ciudad arrasada, ¿mi familia?
No tenía ni idea.
Tenía una placa de algo que desconocía que me cubría el torso y me impedía moverme, me analicé y observé que en mi brazo derecho tenía un corte muy profundo, no paraba de salir sangre como si de un río se tratase, con la izquierda moví un poco el armatoste y conseguí salir lo más ágil que pude.
Me corté un poco de la camiseta extremadamente ancha, lo presioné contra la herida y le hice un nudo, miré mis piernas y estaban bien.
Me giré y aprecié el vacío de la ciudad, tenía que encontrar a mi familia, intenté correr a una intensidad media, solo había tierra, restos de lo que eran edificios y coches y polvo, mucho polvo.
Me paré en seco y dejé caer una lágrima, otra.
-No, no voy a llorar.
Me limpié las lágrimas bruscamente, y seguí corriendo, a lo lejos vi algo que seguí en pie, corrí más rápido, el brazo me dolía, pero mi salvación se encontraba a unos metros.
Al fin llegué, una gran nave en forma de cápsula gigante, las puertas se abrían automáticas, pasé, todos iban de blanco y con el pelo recogido y yo, yo iba echa un asco.
En seguida corrieron hacia mí preocupados, me estaba mareando, había perdido mucha sangre, me hacía débil por dentro, poco a poco noté como desvanecía y lo último que recuerdo fue el contacto de mi cuerpo con el frío suelo, también blanco.
*********
*Está volviendo*
Se escuchaba a lo lejos, empecé a parapadear, se hacía difícil pero cada vez iba recobrando vida.
-¿D-dónde estoy?
Todos empezaron a saltar emocionados.
Una mujer se acercó:
-Estás en buenas manos,tranquila. Me dio la mano apretándola fuertemente, me transmitía confianza y seguridad, así que hice un intento por sonreír.
Me quitaron unos cuantos cables y me trasladaron a una habitación muy amplia, pero solitaria, y eso no me gustaba. Llevaba como una hora mirando al techo, a veces echaba un vistazo a mi herida pero era demasiado,¿cómo decirlo? No me gustaba verme en tan mal estado.
Al fin la puerta se abrió y entró la misma mujer que me atendió abajo.
- ¿Qué tal?
-Mal.
Se acomodó junto a mí.
-Cuéntame.
-Me aburro demasiado aquí sola.
-Um.. Quizá pueda hacer algo.
Asentí sonriendo.
-Oye..
-Sí.
-¿Cómo te llamas?
-01567,¿y tú?
-N-no lo sé.
Removió sus hojas y me miró:
-1781, la última de la lista.
-No quiero llamarme como un número.
-Ah, está bien, pero es así pequeña.
Apreté la mandíbula, yo no era un estúpido número.
Y así se marchó y quedé tan sola como antes. Al poco tiempo la puerta se volvió a abrir, era un chico de mi edad.
-Hola, 01567 me mandó a entretenerte.
-Buenas, yo soy, bueno ahora soy un absurdo número.
El chico rió levemente.
-Yo también lo soy, nadie entiende que quiero un nombre.
Sonreí, alguien que me entendía.
-Voy a ponerte un nombre. Hayes, te llamarás Hayes.
-Me gusta, tú, mm.. Quizá te quedaría bien, Darcy.
-Darcy.. Es bonito.
Se acercó hacia mi brazo, levantándole la manga poco a poco.
-¡No! Prefiero que no lo veas..
-Oh vamos no es nada.
-En serio.
Él insistió y levantó mi camiseta.
-Agh, esto está muy mal, te lo han cosido fatal, déjame a mí.
-¿Qué vas a hacer?
-Te lo voy a descoser para después cerrártelo, pero esta vez bien.
-Hayes,¿¡estás loco!?
-No, tú dejame.
Empezó a quitar el hilo de mi piel.
Apreté aún más fuerte la mandíbula ahogando un grito.
-¿Te duele?
-Un poco.
-No intentes hacerte la dura, estás muriendo de dolor.
-Como morir morir.. Pero duele, duele mucho.
-Vale, voy a anestesiarte.
Me clavó una jeringuilla con un líquido espeso, ya no sentía el brazo.
Ví como Hayes movía las manos rítmicamente.
-Yy, fin, ahora solo hay que esperar a que se pase el efecto de la anestesia.
-Hayes..
-¿Sí?
-¿Puedes explicarme qué ha pasado con el.. Mundo?
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En la galería una foto de Hayes ^^