Capítulo 2

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       ▁▂▃▄▅▆▇ Capítulo 2 ▇▆▅▄▃▂▁

Yeosang giró su cabeza para mirar al mayor, sin dejar de correr, y no le hizo faltar una respuesta para acelerar el paso, aunque manteniendo esa característica tan particular se su especie: el sigilo. Y con la misma astucia que empleaba para cazar el kitsune se perdió entre la maleza, siguiendo el sonido de los cazadores, podía contabilizar mínimo dos.

HongJoong por su parte corrió a toda prisa hacia el río, salpicado su pelaje con el agua helada, internado divisar a Wooyoung, porque sólo reconocía el pelaje oscuro de San al otro lado del río. Y cuando volvió a tocar tierra justo frente a él, vio el estrecho sendero que recorría el cauce del río, y a la derecha, el cuerpo de Wooyoung desplomado en la suelo, con su pelaje teñido de rojo en la zona del lomo, pero aún le oía respirar.

Tuvo que ser rápido en la toma de decisiones, así que se lanzó sobre San, empujando a este a unos arbustos cercanos, mientras el menor le enseñaba los dientes: quería ir junto él, quería tratar de salvar a Wooyoung, pero su mayor sabía perfectamente que eso era ponerle en peligro a él también, así que no paro hasta que el muchacho chasqueó su lengua dando a entender que aceptaba lo decidido. Ambos permanecieron allí, agazapados y atentos a Wooyoung, esperando a escuchar algún movimiento, algo que les ofreciera la posición de los cazadores.

San no volvió a replicar, pero el peliblanco podía oler que tenía miedo, incluso diría que sentía la agitación interna. El menor no dejaba de mover sus patas sobre su propia posición, como si intentara de controlar un impulso de salir corriendo hasta el cuerpo de su amigo. Él nunca fue bueno como esa clase de apoyo, así que siguió vigilando la zona, intentando no distraerse con las emociones que San desprendía.

Cuando todo parecía haber quedado en un susto, sólo Hongjoong salió del arbusto yendo hasta el menor para tocarlo con el hocico antes de lamer su herida, esperando a que esta comenzará a sanar. Y así fue como de nuevo Wooyoung pudo ponerse en pie, disculpándose por la falta de responsabilidad que había tenido, pero no obtuvo una respuesta, antes de que pudiese decir nada más su líder había comenzado a correr de nuevo, y ahora los que corrieron detrás fueron San y Wooyoung, preocupados, sabían que el usar los poderes para curar requerían un mayor uso de energía y temían que eso fuese a poner en peligro a HongJoong.

— ¡Te juro que era un zorro! —grito el muchacho mientras señalaba la trampa que colgaba del árbol.

—Es un chico, estúpido, bájalo ahora mismo.

Yeosang estaba encogido sobre sus extremidades humanas, rabioso por haber caído en una trapa mundana. Había corrido para buscarlos, pero ver en qué perímetro se estaban moviendo para evitarlos y de repente, se vio elevado del suelo por una red, y en el acto de pánico, sin saber porque, decidió mutar a su forma humana. Pero había pasado por alto que uno de los cazadores lo había visto todo.

— ¡Te digo que ese chico no es humano! —exclamó golpeando la red con su arma.— Era un zorro, ¡lo vi! Cambio ante mis ojos de forma.

El cazador, que parecía ser un hombre de mediana edad, se acercó a Yeosang con mirada analítica. Estaba seguro de que su joven compañero estaba delirando, al igual que su padre, quién juraba haber visto hacía uno años a un zorro blanco de tres colas. Locos, en esa familia todos estaban locos definitivamente.

— Sólo veo un chico enfadado, Mark, suéltalo ahora mismo. —Miró al rubio.— ¿Te encuentras bien?

Yeosang se removió una vez más furioso y soltó un gruñido mientras miraba al señor, nunca había usado su forma humana y mucho menos sabía hablar su lengua. Lo único que quería era volver al momento donde Wooyoung había salido corriendo, para darle una paliza por haberle llevado a esa situación que, de otra manera, no se hubiese dado.

— Esta bien chico, yo también estaría enfadado si me hubiesen... —le examinó mejor y vio que el chico estaba desnudo.— Este chico... No me suena haberle visto antes en el pueblo.

—¡Te lo estoy diciendo! ¡Es un zorro! ¡Le vi cambiar!

—No digas tonterías, se habrá perdido, quién sabe si viene del pueblo vecino. —replicó el mayor.— Suéltalo, le llevaremos a casa y buscaremos a sus padres.

【 Hola, hola. Antes de nada os agradezco la lectura. Pero    me gustaría saber si os gustaría que hiciera los capítulos más largos.】
                   — Con cariño, —ℳ

Know my nature | Ateez. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora