3: Rescate inesperado

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Yun Hee estaba completamente impresionada con la presentación de aquella banda; su música era atrayente y le gustaba mucho a medida que iba escuchando más. Todos parecían conocer las canciones a la perfección, los coros de las chicas y el ánimo del ambiente hacían que ella se sintiera tan a gusto que quisiera quedarse mucho más tiempo del que hubiera planeado.

Y fue por todo ello que no logró sentir el vibrador ni escuchar el ringtone cuando su tía llamó unas tres veces a su celular luego de que terminara la tercera canción.

Ahora era el turno de la cuarta, la cual animó mucho más el ambiente en el Music Palace (como si fuera todavía posible): todos estaban fascinados con la presentación de The Band. Parecía que ellos habían capturado no solo la total admiración de su público sino también de aquella jovencita que por primera vez los escuchaba, y que sin poder evitarlo se unió al mar de chicas que coreaban las canciones y pedían más de los talentosos integrantes; aunque en ella se albergaba el deseo de escuchar cantar solamente al guitarrista que había llamado su atención ni bien la banda hizo su entrada. En algunas estrofas había podido escuchar su afinada voz con un matiz tan bello para ella, pero solo le había resultado un pequeño vistazo al potencial que sentía que aquel tenía cuando acercaba sus labios al micrófono para entonar la canción al acompañar al vocalista o al cantar el preludio para otra estrofa. Para Yun Hee, el hecho de que solo pudiera escuchar unos segundos su voz le daba un aura enigmático y aún más atrayente, a medida que pasaban de una canción a otra.

Algo que la hizo reír fue escuchar la conversación de unas chicas a su lado que también querían que él dirigiera una canción —¡ya! —.

Cuando la cuarta canción finalizó con el baterista de cabello castaño tocando con sus baquetas sobre los platillos, dejando un eco que se perdió entre el mar de aplausos y gritos en todo el lugar, el celular de Yun Hee volvió a vibrar por octava vez en aquella noche. Seguía inmersa todavía con la presentación de la banda que, nuevamente, no logró notar a su celular en su bolso.

En el momento en que The Band se despedía del escenario, con la mitad del público pidiendo otra canción y el resto aplaudiendo a los integrantes, Yun Hee buscó su celular para comprobar qué hora era y ver si aún podía quedarse otro rato más, en caso de que le dejasen a la banda seguir tocando. Al revisar su bolso, sintió claramente la vibración, y con velocidad respondió la llamada de su tía al mismo tiempo en que se abría paso entre el público para dirigirse a la salida del local porque el ruido alrededor le impedía escuchar al otro lado de la línea.

Por la casi total oscuridad y la gran cantidad de gente que se había ido sumando desde que ella llegó, no pudo localizar la puerta de ingreso; aunque lo más seguro era que hubiese más salidas habilitadas para tener un cierto orden.

«O es eso, o me he movido de lugar sin darme cuenta porque no tengo idea de dónde están las puertas», pensó con frustración al no ver ninguna.

Caminó a tientas, pidiendo muchos permisos y repartiendo disculpas a las personas que se interponían en su camino, hasta que pudo ver la luz exterior que alumbraba las grandes puertas de salida en un lado del gran local. El aire menos sobrecargado al caminar a las afueras del Music Palace la recibió, y pudo al fin escuchar la voz de su tía.

—¡Yun Hee, estaba muy preocupada! —le recriminó, notándose muy alterada—. ¿Por qué demoraste mucho en responder a tu celular? ¡Te llamé más de 10 veces!

Se lamentó al recordar que no le había enviado un mensaje a su tía, avisándole el cambio de su plan de ir a la cafetería por el evento. Lo último que quería era preocuparla.

—Lo siento mucho de verdad, me entretuve en un concierto y... —Se alejó más de la salida, mirando a su alrededor. No había nadie, todos seguían en el local y no parecía terminar pronto.

Getting to know himDonde viven las historias. Descúbrelo ahora