Cerré mis ojos y di un paso hacia el frente con la cara en alto, dejé que esa energía me inundará, que poseyera hasta la última célula de mi cuerpo y alma.
Crecí un par de centímetros, me puse aún más pálida, mi cabello creció hasta la cintura, en vez de la ropa que usaba, tendré un vestido blanco, con un cinturón dorado y en él hay una vaina con su espada plateada, cuya empuñadura era de oro macizo y tenía un rubí en el centro con algunas bellas marcas a su alrededor. Mis pies estaban descalzos y tenían dos majestuosas, como las de Ezequiel y Gail, me tenían más ligera, ágil y fuerte. El brillo se desvaneció y observé cómo se iba al cielo a través del agujero donde antes estaba la ventana. Pude ver todo el proceso a través del espejo que estaba en el peinador y la oscuridad de pronto, no era tan profundo. Podía ver más claro con este nuevo don.
En la ciudad se veían más destellos de luces que salí de las casas, donde al parecer había más personas como yo.
—Vamos, mis padres y amigos necesitan ayuda —dije, notando que mi voz sonaba diferente, era más dulce y tierna. Comencé a caminar y noté que mi caminar eran más ligeros. Veo en mi rostro los rasgos más definidos, creo que ahora soy más bonita. Ignoré mi reflejo y me enfoque en lo que de verdad me importa. Mi familia
—¡Izy! Yo sé que no tengo mucho que explicarte, eres toda una guerrera, pero antes tienes que saber, que vas a luchar contra demonios, peores que él que acabas de derrotar, y llegar a millas de ellos, es una guerra llena de peligros y los ellos conocerán todos tus peores miedos y tus más profundos deseos. Los demonios no tratan piedad y los usarán contra ti. Además, puedes imitar las voces de todos tus seres queridos y así lleva las almas al infierno. Tendrás que ser más inteligente y astuta que esas bestias.
—Gracias por tus consejos —le dije.
Hemosmos estado caminando hacia la primera planta de la casa, bajamos las escaleras con cuidado y tomamos rumbo a la cocina.
—Una cosa más. Serán tres días en la oscuridad, en ellos no se nos permitirá ayudar del todo a los humanos, ya que es la etapa de desinfección del planeta, en esos tres días trataremos de la menor cantidad de humanos de corazón puro, sean llevados al infierno , arrebatados por los demonios. Después de esos tres días, llegaremos al momento de la última guerra, viendo hacia la cocina, tuve la mirada perdida como si estuviese viendo, no fuera algo bueno.
Respire hondo, preparándome, para la peor parte.
Un nudo en la garganta, estaba ahogando. Lleve mi mano derecha hacia mi espada, la desenvainó en cuestión de segundos, poniéndome en posición de ataque. Ezequiel estaba a mi lado en la misma posición.
Quería gritar, pero no podría, el maldito nudo seguía atorado en mi garganta.
No podía creer lo que estaban viendo mis ojos.
La parte de enfrente de mi casa había desaparecido y no podía encontrar por ningún lado a mi familia y amigos, ni a Gail, miré hacia cada rincón de la casa, pero no lograba verlos. Sólo los escombros en el suelo.
—El fin de los tiempos ha perdido ... tuvieron éxito Ezequiel. Viendo hacia el frente, completamente serio.
Sabía lo que se significaba esa frase, pero eso no tenía mucha importancia en este momento, deseaba saber dónde estaban las personas que más amo.
¿Dónde están mis padres y mis amigos? —Logré decir, aunque la garganta me escocia.
No lo sé, tengan Ezequiel angustiado —pero estén bien, mientras estén con Gail.
—Eso espero —susurré.
Los demonios de patas metálicas, estaban en todos los lados, pero no eran los únicos, habían otros y eran diferentes a ellos, algunos se veían aún peores de asquerosos, ni las películas de horror podían igualar el terror que esas bestias causaban, un humano común podría morir del impacto que ocasiona al verlos.
₪₪₪₪
Había una larga fila de personas encadenadas una a la otra de sus tobillos y del cuello, no existe duda alguna de quienes eran sus captores.
Eran más de mil cautivos e iban caminando torpemente, por las cadenas que los unían, en sus caras se podrían ver el dolor y la angustia que sentían, no paraban de llorar y sollozar. Jamás había visto tanto sufrido como el que pude ver en esas personas aquel día.
El nudo en mi garganta se intensificó. Deseaba ayudarles. Sabía que algo no andaba bien. El viento estaba tranquilo, pero apestaba una putrefacción y se encontraba más frío de lo normal, una luz roja iluminaba el panorama, no sabía de dónde emanaba, lo más probable es que era de algún lugar que no sería ver una vista simple. Era como si proviniera del interior de la tierra.
Ya no lograba soportar los gritos de las personas que sufrían. La tierra en ese momento tembló, con gran intensidad. Solté mi espada, hizo un sonido metálico al chocar contra el pavimento, me dejé caer de rodillas y puse las manos en mis sienes, apretando mi cabeza con ellas, enterrando mis dedos en el cabello, me sentí completamente frustrada, había demonios en cada rincón y nadie que ayudara a las personas del mundo, mi respiración se volvía pesada, estaba teniendo un ataque de pánico.
"Tranquila Izy, eres fuerte y puedes lograr cualquier cosa", dije, tratando de consolarme.
Ezequiel me tocó el hombro y al mirarlo noté que una lágrima estaba saliendo de sus ojos turquesas.
No podemos hacer mucho, hasta que los guardianes del ejército celestial: Miguel, Gabriel y Rafael nos den la orden de atacar con la voz aún más baja que un susurro.
—¡Izy !, Cariño, ¿eres tú? —Escuché esas voces que tanto conocía. Mis labios formaron una línea curva, mostrando mis dientes blancos. Estaba feliz por escuchar sus voces de nuevo y saber que aún estaban con vida.
-¡Mamá papá! —Grité de emoción y volví a tomar mi espada del suelo, sintiendo su peso ligero. El metal que debería ser frío, era cálido al contacto con mi piel. Me puse en pie buscando el paradero de mis padres. Sentía mis manos y piernas temblando, no sé si eran nervios o emoción.
Cuando al fin los pude encontrar, la sonrisa de mi rostro se borró. Aferré la espada entre mis dedos aún con más fuerzas, mordí mi labio inferior y un par de lágrimas ruegan por salir de mis ojos. Papá y mamá estaban encadenados dentro de la fila interminable de personas, en su rostro se mostraba dolor y sufrimiento, pero las palabras que habían dicho anteriormente sonaban tranquilas y serenas, hasta podría decir que se escuchaban alegres, no entendía cómo podría estar estar calmados, si se encontraban en el peor lugar y en el peor momento.
Mi respiración se volvió aún más pesada. Dejándome llevar por la frustración, corrí lo más rápido que pude, sin saber dónde iban a hacer exactamente, pero luchando por liberarlos, son lo único que tengo en el mundo, no puedo dejarlos ir o una fuerza sobrenatural los llevara y menos sin luchar.
"¿Por qué las personas que amo me quieren arrebatar de mi lado? Son la única familia que me queda. No me voy a renunciar a que me arrebaten, ya no más" pensé. Estaba temblando y con la garganta seca, por las lágrimas que me negaba a derramar.
—Izy, ¡no te acerques! Sintiendo mi padre atragantándose con la amarga tristeza, que ensombrecía su rostro.
No los dejaré —dije con seguridad y las manos me dejaron de temblar, esta vez mis padres estaban en peligro y yo era la única que podría ayudarlos. No dejaría que el miedo hiciera estragos en mí.
—Yo te ayudo a Ezequiel, con su voz grave y hermosa, literalmente la de un ángel —hoy seremos grandes héroes.
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Tres días en la oscuridad TERMINADA (Disponible en papel)
Mystery / ThrillerEl final de los tiempos se acerca y las almas de las personas es el tesoro que desean los ángeles y demonios. Para nosotros hay tres opciones, quedarnos como humanos o convertirnos en ángeles o demonios... Tú decides... Las trompetas de la guerra y...