La distancia entre las cabañas no era más de dos minutos andando rápido. Cleo tomó buena nota del camino ante la posibilidad de tener que llegar hasta allí en medio de la noche y perseguida por un espíritu.
Cuando estaban a unos metros de la casa de Candy ella señaló a la figura antropomorfa que había salido al porche. La arquitectura de esta era diferente, no había segunda planta pero la primera era mucho más grande.
--Hola, soy Carter.-- dijo él saludándola muy formalmente con un beso en cada mejilla.
Carter parecía el tipo de persona que esperas ver vistiendo un traje elegante, pero llevaba puesto el mismo mono negro que todos los demás. También tenía el mentón cuadrado y la piel tersa y clara, sus ojos eran de color café. El cabello era de un tono castaño, como un batido avellana con cacao.--Yo soy Cleo.-- Cleo concluyó que era curioso que cada nombre de cada campista que conocía comenzase con "c" quizá no consistiera en una coincidencia, quizás el quid de la cuestión en cuanto a su concordancia fuera que aquello les clasificase como seleccionados cuando escogieron los campistas.
--¡Locke! ¡Ash!-- gritó Carter mirando hacia el interior de la casa.-- Venid a conocer a Cleo.-- Así se desmontó la paranoia de la tercera letra.
Aparencieron dos chicos vestidos de negro empujándose el uno al otro para llegar primero.
--Soy Ash.-- dijo él, nada más llegar después de darle un codazo al otro para ganar la carrera. Era básicamente como Carter pero más bajo, con los rasgos menos afilados y el pelo castaño oscuro.
--Ash te ha estado espiando por la ventana desde que te bajaste del coche.-- anunció el otro chico a modo de venganza por el golpe. La cara de vergüenza de Ash mientras le asesinaba con la mirada, corrobora su historia.-- Soy Dylan, por cierto.
--¿Por qué te ha llamado Locke?-- preguntó Cleo llena de curiosidad. Llevaba menos de una hora sin acceso a internet y ya estaba buscando otra forma de entretenerse, resolver misterios que se iba inventando sobre la marcha.
--Porque se ha enterado de que estudio filosofía.-- puso los ojos en blanco.-- Aunque, personalmente no coincido con casi nada de la filosofía de Locke.-- le lanzó una mirada a Carter.-- Pero apuesto a que no sabrías nombrar otros cinco filósofos.-- el aludido abrió la boca para responder pero Candy le interrumpió.
--¿Qué apuestas exactamente?-- preguntó ella con una sonrisa maliciosa.-- Porque yo apostaré lo mismo a que sí que puede.
--¿Segura?-- preguntó Dylan curvando los labios igual que ella. Eso no echó atrás a Candy que asintió sin pensarlo dos veces.-- Me quitaré este estúpido mono.
Todos se sorprendieron. Cleo le mandó un "gracias" a Dios, a la Pachamama, a Satán, o a cualquiera que hubiera hecho que no fuese ella quien participaba en la apuesta.
--Adelante.-- dijo Candy mirando intensamente a Carter.
--Qué presión... ¿Locke no cuenta, verdad?-- Dylan negó con la cabeza manteniendo la sonrisa.-- Platón, Aristóteles...-- hizo una pausa y miró hacia un lado encontrándose con los ojos de Cleo. Ella solo pudo ayudarle mascullando "revolución francesa" disimuladamente.-- Voltaire, Rousseau y... -- parecía bloqueado.
--Vamos, solo te queda uno.-- Candy trató de animarle pero él negó con la cabeza frustrado.
--Uf, me parece que tienes un poco de calor.-- se burló Dylan.
--Me cago en tu madre.-- gruñó ella, estaba empezando a comprender que iba a perder la apuesta.
--¡Sigmund Freud!--soltó Carter. Cleo sonrió, no solo por el gesto que se le quedó a Dylan al oírle, sino porque comprendía cómo el cerebro de Carter había conectado la palabra "madre" con las teorías de Freud.
--Platón, Aristóteles, Voltaire, Rousseau y Freud.-- señaló Ash contando con los dedos.-- Si Pitágoras no miente, eso son cinco filósofos.-- añadió con tono burlón.
Candy sonrió y tendió la mano frente al perdedor, pero cuando Dylan fue a estrecharla ella la apartó.
--Es para que me des tu ropa.-- aclaró ella, tras una carcajada.
--Una apuesta es una apuesta, y yo cumplo mis promesas.-- se encogió de hombros y después se desabrochó la cremallera de la espalda y dejó caer el mono hasta sus tobillos sin preocupación alguna.--Ten, te lo has ganado.-- recogió la prenda del suelo y la dejó en manos de Candy.
--Un placer apostar contigo.-- le miró de arriba a abajo y esta vez sí estrechó su mano.
Cleo aún estaba tratando de procesar el hecho de que la gente pudiese desnudarse con tanta facilidad, aunque Dylan hacía que pareciese extremadamente trivial.--¿Se puede saber qué estáis haciendo?-- la directora apareció dando pasos amenazadores, seguida de otras dos chicas. Candy intentó decir algo pero se quedó muda al darse cuenta de que todas las flechas apuntaban a la que sostenía en sus manos la ropa del chico en calzoncillos.
--Es que hace un poco de calor con esos monos, directora.-- mintió Dylan. Les costó aguantar la risa, pero lo lograron.
--¡¿Pero creéis que soy idiota?! ¡¿Por qué tiene ella tu ropa?!-- la falsa Janis estaba histérica. Lo cierto es que su reacción ante el panorama que se había encontrado era comprensible.
--Bueno, es que yo trabajo en una tienda de moda y pensé que podría hacerle unos arreglos.-- Cleo recordó que eso era lo que ponía en su informe.-- Si está permitido, claro.
--Todo lo que hay en los armarios es vuestro, podéis hacer con ello todo lo que os plazca.-- poco a poco se fue calmando, parecía haberse creído la mentira.--Pero quiero veros siempre vestidos.
--Eso está hecho.--respondió Candy, mientras le devolvía el mono a Dylan. Él se lo puso sin ninguna prisa mientras todos le miraban.
--De acuerdo... Estas son Selene y Effie.-- las señaló según decía sus nombres.
Effie era la que Cleo había anotado en su libreta como fan del Kpop. Era más que obvio a simple vista, iba maquillada con mucha purpurina y tenía un tatuaje de army de BTS en la muñeca. Tenía los ojos rasgados y el pelo castaño.
Selene era la dama de hielo. En su informe no ponía nada más que los datos básicos, era como si no hiciese nada más que estudiar y dormir. Ella también tenía 17 años, según lo que había leído Cleo. Tenía los ojos marrones al igual que su media melena. Se parecía bastante a Bailee Madison.
En cuanto la directora se marchó aprovechó para completar la lista en su libreta.
1 Criminal: Candy
2 Fan del kpop: Effie
3 El que se cree modelo: Ash
4 Filósofo emporrado: Dylan
5 Complejo de papi: Carter
6 Dama de hielo: Selene--¿Qué escribes?-- preguntó Candy.
--Nada.-- dijo Cleo cerrando la libreta tan deprisa se una ráfaga de aire le apartó el pelo de la cara.
--Para arreglar esta ropa necesito tijeras, aguja e hilos.-- comenzó a andar como si supiese hacia dónde.--¿A qué esperas, Cleo? Tendrás que ayudarme a conseguir eso si quieres que me ocupe de tu ropa.
Lo de hacer unos arreglos en el uniforme no sonaba mal, pero no tenía ni la menor idea de qué iba a hacer para conseguir los materiales y su reputación la precedía. Aún así, decidió seguirla.
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Experimento en el campamento
General Fiction🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥 7 jóvenes llegan a un campamento de verano, que promete ser inolvidable. Desde el principio saben que se trata de algo fuera de lo común, pero ni se imaginan lo que les deparará su estancia allí. La protagonista tendrá...