— ¡Fase depresiva de mierda! — Gritó al espejo donde antes había estado maquillándose. Ahora gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas.
Escuchó el timbre de su departamento sonar, debía ser Drako. No hizo caso. Seguía con la bata húmeda puesta. No merecía salir, no merecía tener amigos, no merecía a nada ni nadie. No merecía ser feliz, porque ella era una mujer terrible, con sus problemas mentales era claro que podría hacer cosas terribles. Cerró los ojos en busca de calmarse, pero en lugar de esos tuvo una macabra idea. Cortarse las muñecas con un cuchillo.
— Es momento de dejar todo por la paz — Se dijo — ¿Quién podría amar a una loca?
Salió del baño tambaleándose de un lado a otro, a la vez el timbre seguía sonando.
— ¡Vete a la mierda! — Gritó desde la sala — ¡Vete! ¡Déjame sola!
— Mione, abre la puerta — Era la voz de Drako — No me iré hasta que sepa que estás bien.
Suspiró pesadamente, no iba abrir la puerta, caminó en dirección opuesta a la cocina. Se dio cuenta de los pensamientos irracionales, solo necesitaba algo de música y sus antidepresivos para relajarse o a este paso terminaría suicidándose.
Como siempre, tras tomar las medicinas me invadió el sueño, era un milagro que no estaba adicta a esto hasta ahora, mis dosis era la misma desde los 16 años.
Despertó siendo sacudida por las manos de Drako. — ¿Qué pasa? — Preguntó una vez que abrió los ojos y notó las manos desnudas de él, ya sobre su frente. — ¿Acabas de tocarme? ¿por dónde ingresaste?
— Escalera de emergencia.
Esa respuesta fue suficiente para que se pusiera en pie y corriera a la ducha para frotarse con una esponja de alcohol y luego pasase a bañarse con litros de jabón antibacterial, todo eso sería exagerado para una persona, pero para ella era tan asqueroso el siquiera pensar en una bacteria, sí que estaba loca.
Una vez fuera de la ducha y limpia. Salió.
— Ve a ducharte, eres un nido de bacterias, si te me acercas juro que dudaré en lanzarte por la ventana. — Amenazó — Usa todos mis productos hasta que te asegures eliminar todo de tu cuerpo.
Así lo hizo Draco, obedeció. Hermione fue a dormir a su habitación, ya pasaría, pronto se estabilizaría.
— Te preparé avena
Hermione abrió los ojos, estaba sentado en su cama sosteniendo la bandeja de comida. — Me gusta, Gracias.
Mientras ella comía notó que era observada, se sintió incomoda. ¿Qué pasaba con ella? Detestaba sentirse cómoda con él.
Al acabar lo miró a los ojos.
— Un día acabaré muerta, no tienes por que amarme.
Draco asintió — Lo sé, pero me gustaría darte años felices.
— ¿Por qué?
— Todos merecemos ser felices, no importa que tengamos un trastorno. Somo personas y las enfermedades no nos definen. — Le sostuvo la mano. — Permíteme quedarme contigo.
Ella dudó, luego sonrió — Todo sea por los seguidores.
— Bien, hagamos felices a los seguidores.
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La Serpiente & La Leona © ||Dramione||
FanfictionDraco Malfoy y Hermione Granger. Manzana y Chocolate. El Dragón y La Princesa. Colección de Drabbles y Viñetas inspiradas por una canción.