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el lobo

Garou se encontraba bajando las escaleras de la gran montaña, miró hacia la ciudad y vió como la altura hacia que la ciudad y sus habitantes se vean muy pequeños, aún le quedaban bastantes escalones, pero esta vez ya no sentía aquel peso que sentía cuando subía aquellas mismas escaleras, ahora sentía una fuerte necesidad de luchar, ya no era aquel lobo lastimado, ahora era un lobo listo para la caza, siguió bajando por las inmensas escaleras hasta llegar al final, esta vez fue directo a la salida, no tenía pensado entretenerse ni un momento más, tenía que salir e ir a buscar la gran nave de los lobos rojos. Entonces llegó al inicio de la carretera, después de unos segundos comenzó a caminar poco a poco comenzó a elevar el paso, hasta el punto que se encontraba corriendo por la carretera, el cielo estaba en su máximo esplendor, Garou caminaba por la carretera, de repente se escucharon los ruidos de unas llantas de auto que se acercaban a gran velocidad, Garou se detuvo para esperar de que se trataba, efectivamente era un auto que se acercaba a gran velocidad, Pero al pasar a un lado de Garou la camioneta dió una vuelta dejando marcas de las llantas en el suelo, Garou seguía quieto mientras solo miraba por encima de su hombro

-¡¡vaya vaya a, ¿quien tenemos aquí?!!-dijo un hombre desde la camioneta

-¿no te dije que si no te ibas te mataria?-dijo la voz

Entonces Garou miró su rostro y vió al mismo hombre que le dijo miserable cuando estaba camino a esa ciudad, entonces Garou apretó los dientes, la camioneta se quedó quieta a espaldas de Garou y de ella salió el mismo tipo

-ahora parece que si tenes algo de valor-dijo el hombre mientras se acercaba caminando Garou

-porque no me las das antes de que tome medidas dras...-expresó antes de recibir un fuerte golpe en el rostro

-deje que conservaras ru vida y ¿ahora vienes a desperdiciarla?-dijo Garou mientras se volteaba dejando ver su rostro furioso, sus venas resaltaban y su expresión helaba los huesos

-¡¡¿t-tu no eres el mismo de aquella vez?!!-dijo el hombre desde el suelo

-si no te largas te arrancaré la cabeza-dijo Garou con la misma expresión

El hombre se levantó aterrorizado y se dirigió al auto, después con mucha desesperacion le dijo a sus compañeros que echaran a andar el auto y así lo hicieron, luego Garou vio como el auto se alejaba, después dió media vuelta y siguió su camino. Metió sus manos a las bolsas de su pantalón mientras daba paso tras paso, caminó por un rato y se topó con la pequeña aldea que había encontrado pero esta vez no se detuvo para nada, sólo siguió caminando, pasó de largo las casas, las piedras y todo lo que estaba en ese lugar. Al salir del pueblo caminó de nuevo por el cendero de pavimento destrozado, caminaba entre las grietas de las destrozadas calles, Garou pensaba en las posibilidades de poder encontrar a Hana y en las maneras en las que podía salvarla, pensaba si los lobos rojos podrían estar en su nave, en si tienen una guarida, en si por casualidad se los encuentra en alguna ciudad desalojada o solamente por pura casualidad. Entre tanto pensar se le fue la noción del tiempo y el sol se ocultó, pero Garou no tenía pensado dormir hasta encontrar a Hana, sólo siguió caminando, entre las oscuras calles desalojadas, miraba a todos lados, con la esperanza de encontrar algo que lo ayude en su búsqueda, pero no había tenido suerte, sólo habia encontrado cadáveres y algunos zombies que caminaban sin rumbo, ya no le causaban sorpresa ni preocupación a Garou, ya que había visto cosas peores.
Se encontraba en una hilera de la carretera, pateando la tierra y las piedras, entonces notó la luz de la luna, aquella tenue y hermosa luz que alumbraba aunque tus días fueran malos, aquella que no le importaba si te sentías mal, siempre estaba ahí, para brindar su luz en las noches más oscuras, Garou la miró con una mirada tranquila, sus pupilas se dilataron al ver aquel satélite, después dió un suspiro largo y siguió caminando.
Después de caminar toda la noche, vió una ciudad a lo lejos