𝕽𝖎𝖘𝖎𝖓𝖌 𝕿𝖜𝖎𝖑𝖎𝖌𝖍𝖙 ⋰⋰ 𝑺𝒐𝒏𝒈 𝑴𝒊𝒏𝒈𝒊

OO4- 体験❟

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Lee bajo tu propio riesgo.

A la mañana siguiente los rayos de luz dieron directo a su rostro, despertando la rápidamente. Dedicó unos minutos a su aseó personal y se dirigió al pequeño comedor de su casa, en donde su animada madre la esperaba.

-Mi vida, ¿Qué a sido de aquel "principe negro", de plateada carroza? -cuestionó la mujer en cuanto su hija tomara asiento frente a ella.

-Ah, nada realmente... de vez en cuando lo veo cerca de la heladería y eso es todo. -intentó sonar desanimada, no queriendo que un poco de aquellos animos de anoche salieran a flote, al escuchar la mención de su "príncipe"

-Deberías animarte a hablar con él querida, por algo se empieza ¿no? -animaba, sabiendo que su hija podría llegar a ser demasiado tímida e indecisa.

-No hay nada que intentar mamá, un hombre como él jamás me vería en la vida -suspiró de manera dramatica.

Dicho comentario pareció vago y soltado a la ligera, pero en realidad era un silencioso recordatorio, un baño de realidad sobre su situación. Sabiéndose que aun estando cerca, muy cerca de él; siempre estarían a una enorme distancia que ella, lamentablemente jamas podría acortar. MinGi se encargó de dejar eso bien claro y se veía seguro de sus palabras. Demasiado seguro para su gusto.

-La mujer también puede dar el primer paso, recuerda quién fue la que se lanzó por papá -animó con un divertido giño.

-Mamá... -Corto no queriendo alargar de más la platica.

Kyo se consideraba poco apta para algo más de lo que ya tenía, codiciar del mayor algo por encima de su establecida "relación" era impensable para ambos, pues la acaramelada intuía que detras de escena al moreno algo más le pasaba.

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Finalizada su jornada, Kyo volvió a casa y tomó una ducha que no sobrepasó los 15 minutos, desenredo su dificil cabellera y vistió prendas cómodas. No valía la pena crear un outfit muy elaborado cuando a final de cuentas HwaSa se encargaría de transformarla en princesa y para el final de la noche cuando su sección terminara, MinGi no estaría allí para observarla volver a su mortal estado.

Salió de casa con una breve despedida a su madre y se monto al taxi que ya por ella esperaba. No pasó mucho cuando frente a la cotidiana entrada se encontraba. La fila a las afueras del club no disminuía con los días, Kyo se atrevería a afirmar que incluso aumentaba. Se dirigió directamente a un sonriente Tayler que la cadena a su paso ya retiraba. El hombre al igual que HwaSa ya no necesitaba ni siquiera palabras, todo en el sitió se había vuelto rutina para todos.

Un día más recorría gustosa los elegantes y silenciosos pasillos del club rumbo a 'su' habitación reservada. Portando otro hermoso vestido que dejaba al descubierto el costado de su pierna derecha, era una lástima que las hermosas prendas se deslizaran fuera en cuanto a la habitación ingresaba.

Llamó con dos golpes sobre la puerta y al segundo la profunda voz de su maestro le atravesó los tímpanos, con una deliciosa descarga que se enredo por su columna, para finalizar con un apresurado desliz sobre sus piernas.

-Buenas noches amo. -Le saludó un poco insatisfecha. Más de un mes ya ha pasado, pero Kyo aun no lograba formular palabras cercanas para su amo.

-Buenas noches Boo, tu collar resalta brillante con ese vestido. Te vez preciosa -alagó sin pemitirse perder el tiempo.

Kyo sonrió con la mirada puesta sobre la mullida y negra alfombra.

-Gracias Daddy, me alegra mucho que le guste -exclamó tímida, pero el goze la invadía por dentro.